Vol. 2 N° 1
Enero - Junio 2025
La educación en los momentos actuales necesita ser replanteada para adaptarla a las características de la sociedad donde convergen distintas realidades, es por eso que se requiere de una nueva racionalidad en la manera de concebirla. En este sentido se hace necesario introducir novedosos paradigmas que le den dinamismo para modernizar los procesos de enseñanza, generando herramientas que tengan pertinencia con un entorno de aprendizaje flexible, creativo y centrado en el alumno. Este artículo explora la importancia de la utilización de las metodologías activas en el contexto de una sociedad compleja, como una forma de introducir cambios que refuercen el autoconocimiento la responsabilidad y la ética. Estas metodologías, se constituyen en una excelente oportunidad para potenciar la manera en que se aprende y enseña, así como por utilizar estrategias que aportan diferentes elementos, para el análisis, la comprensión, la reflexión. De esta manera, posibilitan la introducción de mejoras y transformaciones de las prácticas en los entornos de aprendizaje para favorecer el ejercicio de ciudadanía, valoración de la paz, la sustentabilidad y el respeto a la naturaleza.
Education in the current era needs to be rethought to adapt to the characteristics of society and its changing realities, as it requires a new rationale for how we conceive education. In this sense, it is necessary to introduce new paradigms that give it dynamism and, in some way, modernize educational processes, generating methodologies to make education relevant to the new times. This article explores the importance of using active methodologies in the context of a complex society as a way to introduce changes that reinforce self-knowledge, responsibility, and ethics. These methodologies constitute an excellent opportunity to enhance the way we learn and teach, as well as to utilize strategies that provide different elements for analysis, understanding, and reflection. In this way, they enable the introduction of improvements and transformations in learning environments to promote the exercise of citizenship, appreciation of peace, sustainability, and respect for nature.
La sociedad actual se caracteriza por ser compleja, por su incertidumbre y sobre todo por los vertiginosos cambios en el área tecnológica, designándola como la era digital. Este hecho ha generado profundas y significativas transformaciones que tienen que ver con las formas en las cuales se establecen las relaciones interpersonales. En la actualidad se ha producido un cambio en donde las actividades públicas juegan un papel diferente, se interactúa de una forma que antes no existía, aunque esa interacción sea con personas ya conocidas, o bien, interacciones nuevas que resultan motivadoras.
Estos cambios que se han generado son abrumadores, incluyen modificaciones en los modos de vidas, y en consecuencia también en la educación, básicamente en las formas en las que se desarrollan los entornos educativos y sobre todo en las estrategias que se utilizan para enseñar y aprender. En vista de estos cambios, se hace necesario diseñar y desarrollar una formación educativa que incluya metodologías activas que permitan la superación de las formas tradicionales, y motiven al estudiante, a través de un aprendizaje auto reflexivo con creatividad y sobre todo con la suficiente posibilidad de planificar y diseñar su propio trabajo.
La formación ciudadana, es cambio permanente, su razón de ser radica en las transformaciones que produce en las personas, como lo señala Morín (2006), la educación tiene un carácter de complejidad y esta viene dada porque su razón de ser es el hombre y éste es un ser con conciencia que habita en un lugar determinado, donde vive y tiene que resolver su vida cotidianamente. Ahora bien, esto significa que el hombre debe realizar permanentemente esfuerzos para comprender esas realidades partiendo de la complejidad de la vida, como una forma de superar los obstáculos y así lograr mejores formas de vida.
Dentro de estos referentes, la educación es muy importante y se requiere que se asuman nuevos paradigmas, no sólo se refieran a impartir conocimientos, sino que sea una educación estimuladora, que enseñe a indagar, a investigar y que ayude a la construcción de una forma de pensar creativa, participativa, experiencial, interdisciplinaria, de reconocimiento a la naturaleza, con criterios de sostenibilidad. La educación ha ido evolucionando para responder a las exigencias de los nuevos tiempos, esto implica que tiene que enfatizar el aspecto humano, en lo social, respondiendo a criterios que le permitan al hombre encontrar su lugar en el transcurso de la vida desde una concepción más integradora con el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la cotidianidad.
Dentro de este contexto, aparece la tecnología en la intención de introducir mejoras y transformaciones de las prácticas y de los entornos educativos, emergiendo nuevas metodologías que se convierten en herramientas que dadas sus características y enfoque constructivista promueven experiencias novedosas en los procesos de aprendizaje, con enfoque centrado en el estudiante, fomentando su participación activa y generando conocimientos, así como, favoreciendo nuevas formas de interrelación entre los estudiantes logrando mejores aprendizajes a través de estrategias colaborativas y motivadoras que despiertan el interés por su proceso educativo.
La tecnología educativa, según Pérez (2021), ha sido asumida en el día a día educativo, como los recursos y herramientas empleados para apoyar, mejorar y complementar los procesos de enseñanza aprendizaje, evaluación o aplicación de los conocimientos adquiridos. Otros autores agregan nuevos elementos a la definición de tecnología educativa, este es el caso de García Vera y Pastor (2021), quien señala que, la tecnología es el estudio y la significación que generan los distintos equipos tecnológicos y demás material didáctico dentro de procesos tecnológicos culturales.
Todo este proceso de incorporación de nuevas tecnologías, plantea el desafío de hacer una revisión integral e integradora de la articulación entre la educación y las tecnologías, específicamente sobre las metodologías activas que se constituyen en posibilidades de intervención que potencian las oportunidades educativas.Sin embargo, para avanzar en ese paradigma educativo, asumiendo los cambios globales, hay una exigencia de nuevos enfoques y metodologías educativas que permitan desarrollar un pensamiento crítico, divergente en los estudiantes y despierten su interés y curiosidad. Este enfoque educativo según (Robinson, 2018) lleva inmerso el concepto de creatividad, que lo define como el proceso de tener ideas originales y que agreguen valor. Por lo tanto, la creatividad emerge de tener un pensamiento divergente, que ofrece la capacidad de ver desde diferentes perspectivas una situación, un fenómeno o una realidad y no solo en una única dirección.
En ese orden de ideas, promover un pensamiento crítico creativo en la educación, significará desarrollar la capacidad de comprender e interpretar la realidad por parte de los estudiantes, así como también obtener diferentes respuestas de las interrogantes, dudas y preocupaciones que se plantea el alumno. En este sentido es importante el trabajo colectivo en las instituciones educativas, en todos los niveles, como un motor para potenciar el crecimiento y el pensamiento divergente. La idea de formar en el concepto de colectivo cobra una gran relevancia, porque los grandes desafíos que están planteados en la sociedad actual no se logran de manera individual. Es necesario conectar a los estudiantes entre sí buscando la comprensión del otro y acercándolo a su ambiente natural, por lo tanto, es de gran utilidad diseñar y desarrollar una formación con metodologías activas que superen los métodos magistrales, tradicionales, que no favorecen los enfoques participativos y de carácter experiencial indispensables para fortalecer la educación hacia la sostenibilidad.
En ese contexto, las metodologías activas, constituyen herramientas para avanzar a una educación fundamentada no sólo en el pensamiento crítico, sino además que ayude a los estudiantes a participar de una manera creativa, usando su imaginación, sus recursos y de esa manera poder producir ideas y acciones para diseñar proyectos sociales que les permitan reconocer y valorar sus entornos, porque las nuevas pedagogías están introduciendo cambios importantes en la educación, aportando elementos nuevos que le den herramientas y competencias para tener un mejor desenvolvimiento en la sociedad.
En este empeño de lograr nuevos elementos que modernicen la educación, Cabero (2019), señala que, las instituciones de educación superior han ido integrando las tecnologías de información y comunicación (Tics) para hacer frente a oportunidades y retos de innovación en el proceso de enseñanza aprendizaje. Lo cual representa un gran reto y desafío para las gerencias de las instituciones educativas que tienen la responsabilidad de innovar para que las nuevas tecnologías, estén en sintonía con una educación sustentable para promover la cooperación, la solidaridad, y la responsabilidad.
En este orden de ideas las metodologías activa aplicadas a la educación, son fundamentales para enfrentar estos nuevos procesos educativos y se refiere a un conjunto de técnicas y estrategias didácticas usadas con el fin de conseguir el aprendizaje significativo del alumno; Suniaga (2019) plantea que, las metodologías activas, se caracterizan por diversos aspectos, donde el más importante es que se considera al estudiante como centro del proceso educativo, el desarrollo de un aprendizaje constructivo, el trabajo colectivo, una visión integradora de la realidad, una educación más cercana al estudiante, es decir más humana, integración de las tecnologías de información y comunicación (TIC) y promoción del pensamiento crítico.
En el informe mundial de la comisión internacional sobre los futuros de la educación propuesto por la UNESCO (2025), se plantea el valor de la dignidad de cada persona, los derechos básicos de los individuos, la crisis del planeta, vale decir que todo está en peligro y para que esta situación cambie se requiere pensar con imaginación para precisar futuros posibles alternativos que, reconfiguren las relaciones con otros y con nosotros mismos, con la madre tierra y con la tecnología. En este hilo de ideas se plantea que la participación de los docentes es crucial y por tanto tienen un rol fundamental para evitar que se siga incrementando la forma en que la utilización de la tecnología está transformando la forma de ser, pensar y de vivir.
Es importante aclarar que, la tecnología aporta grandes posibilidades a la educación, pero los riesgos que envuelve también pueden ser devastadores, si no se toman con responsabilidad las medidas correctivas a tiempo y en esto tiene un papel preponderante la participación de los docentes. Los avances de la tecnología de la información producen un gran impulso a la educación, aportando metodologías y herramientas que demandan que el rol del docente se adapte a las nuevas circunstancias, como facilitador y guía en este mundo de avasallante información.
En este nuevo rol, el docente para ser pertinente debe asumir el manejo de las nuevas tecnologías y la implementación de metodologías activas en el aula de clase, con mayor flexibilidad y creatividad dentro del proceso educativo. Debe estar preparado para adaptar sus estrategias abordando con naturalidad las nuevas metodologías y los temas que son fundamentales en esta sociedad para establecer una base ética sólida para una sociedad global emergente que ayude a crear un mundo sostenible, basado en el respeto a la naturaleza, los derechos humanos, la justicia social y en definitiva una cultura de la paz, tan necesaria en estos momentos.
No cabe duda que el rol del docente es crucial y de gran responsabilidad, porque tiene en sus manos la preparación de las nuevas generaciones de ciudadanos para competir, habilidades y valores para enfrentarse a un mundo en permanente transformación. Como podemos evidenciar, se requiere además que los organismos que toman decisiones y todos los involucrados en el sistema educativo, como las Instituciones de educación superior, asuman su responsabilidad desde una perspectiva ética de compromiso que respondan de manera coherente, compartiendo que se necesita una profunda reflexión del sentido de la educación y de su puesta en práctica, utilizando metodologías activas que podrían mejorar las aulas de clase y convertirlas en ambientes sostenibles y creativos, que motiven a los jóvenes hacia un compromiso con su formación
De acuerdo a la argumentación que precede, pienso que los cambios tecnológicos y su inserción en los procesos educativos advierten la necesidad de replantearse la construcción de nuevas realidades educativas, donde el facilitador como lo hemos señalado, tiene unos roles diferentes que los comprometen con el conocimiento y la apropiación de las tecnologías, para poder ofrecer a sus estudiantes los conocimientos que generen visiones amplias ,tal como lo plantea Morín (2021), sea un aprendizaje pertinente, capaz de enseñar la condición humana, la identidad cultural, para enfrentar las incertidumbres enseñar para la comprensión y ética del ser humano.
Dentro de este marco, es fundamental la creación de ambientes de confianza en las instituciones educativas, vale decir es prioritario introducir transformaciones en el aula en espacios de confianza, con creatividad y que refuercen el autoconocimiento. Esto es de suma importancia por cuanto ya no se justifican las clases donde el profesor tiene el protagonismo y los alumnos asumen una actitud de oyentes de manera pasiva.
Respecto a estos planteamientos puedo afirmar que con el uso de las metodologías activas progresivamente se ha transformado el proceso educativo, logrando resultados importantes en el aprendizaje combinando tanto el enfoque tradicional con el enfoque digital, lo que necesariamente genera un cambio en el rol del profesor que tiene que estar bien formado en el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Al asumir las posibilidades educativas con las metodologías activas se destaca la importancia de la formación docente, la gestión eficiente de los recursos, así como la inclusión de entornos inclusivos y colaborativos. Para favorecer estos procesos el docente tendrá que cambiar por completo las formas tradicionales para incorporar las nuevas tecnologías y lograr la participación efectiva, consiente del participante.
Márquez (2021), señala algunas metodologías activas: aprendizaje basado en proyectos (ABP), aprendizaje cooperativo, aprendizaje y servicio, aula invertida (o Flipped classroom), e- lerning. Nos referiremos en esta oportunidad, al Aprendizaje por Proyectos (ABP) porque desarrolla un trabajo con un enfoque amplio, que se fundamenta en la estructura cognitiva de los alumnos, y el desarrollo de competencias para observar la realidad como una totalidad sin parcelas ni fragmentos, es decir, de una manera integral, holística.
Al respecto, Medusa (2021) indica que, es una estrategia metodológica de diseño y programación que implementa un conjunto de tareas basadas en la resolución de preguntas o problemas (retos), mediante un proceso de investigación o creación por parte del que trabaja de manera relativamente autónoma y con un alto nivel de implicación y cooperación que culmina con un producto final presentado ante los demás, es decir que conlleva a su difusión y socialización. La estrategia ABP entonces, produce un impacto en los resultados de aprendizaje, por esta razón es muy utilizado como una estrategia que facilita la socialización y en consecuencia la posibilidad de alcanzar aprendizajes significativos.
En el ABP existe un aprendizaje auto dirigido, sustentado en. un currículo centrado en el estudiante y el profesor como facilitador del aprendizaje. Por lo tanto, los estudiantes aprendan a partir del conocimiento del mundo real y de la acumulación de experiencia por su propio esfuerzo, estudio e investigación. Durante este aprendizaje auto dirigido, los estudiantes trabajan juntos, discuten, comparan, revisan y debaten permanentemente lo que han aprendido.
Desde el constructivismo, tal como lo plantea Tam (2000), la responsabilidad central del profesor es crear, así como mantener un ambiente de colaboración para resolución de problemas para que los estudiantes construyan su propio conocimiento. De esa manera, el profesor se convierte en facilitador y guía del proceso. Esta metodología activa requiere la integración por parte del docente de temáticas sobre desarrollo sostenible de forma que los alumnos puedan poner en práctica en su vida cotidiana.
Dentro de este orden de ideas, considero que los docentes presentan limitaciones en la comprensión y en el uso de las nuevas tecnologías y este es un hecho de máxima importancia en los procesos educativos. Sin embargo, la verdadera situación de nuestra realidad, es que gran parte de profesores y facilitadores no cuentan con suficiente preparación y conocimientos para utilizar las tecnologías en el aula, tan importantes para generar interés y motivación en los participantes.
Los docentes, es válido señalarlo, no disponen en su mayoría con recursos propios para actualizarse en el manejo de las nuevas tecnologías y como lo hemos esbozado las instituciones no brindan esas oportunidades de capacitación y mejoramiento continuo. En las instituciones públicas no se invierte en este tipo de infraestructura tecnológica, lo cual necesariamente genera desigualdad en el acceso a la educación tecnológica.
Por otra parte, la falta de conectividad en los centros de educación se convierte en un obstáculo, por cuanto el uso y la práctica de las distintas estrategias tecnológicas se dificultan y este es un hecho que necesariamente, limita el desarrollo del proceso de enseñanza desde una perspectiva creativa y novedosa que motive al participante en la búsqueda de nuevos conocimientos a través de estas estrategias tecnologías.
Estos procesos de desarrollo y evolución de las metodologías activas, que indican que la educación como derecho humano, debe adaptarse a los cambios paradigmáticos tal como lo señala la AGENDA 2030, la cual es un compromiso firmado en el año 2015, por 193 Países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dirigido a desarrollar planes y acciones para el desarrollo de personas, el planeta y la prosperidad que ofrecen una oportunidad a la sociedad para propiciar el desarrollo de une educación sustentable adaptada a los nuevos tiempos, equitativa, inclusiva y de calidad, lo cual plantea nuevas formas de enseñanza, porque en resumidas cuentas, desde la educación se trasmiten según Rodríguez (2023), no solo conceptos sino formar ciudadanía, donde se aprecie la valorización de los aprendizajes como experiencias de carácter colectivo, con la capacidad y comprensión para adaptarse a las exigencias de los estudiantes, siempre dentro de un entorno de respeto, con la suficiente apertura para la flexibilidad ante los pensamientos divergentes.
Es importante hacer referencia a la Comisión internacional sobre la educación del siglo XXI, que asigna a la educación, su énfasis en aprender a vivir juntos y el aprendizaje durante toda la vida, estas dos premisas tan importantes se refieren a lo necesario de establecer relaciones con los otros, que redunden en el logro de esfuerzos colectivos. Adicionalmente, la Organización de las Naciones Unidas agrega, que debemos tener en cuenta dos consideraciones muy pertinentes, primero, cómo nos relacionamos con el planeta y luego, como nos relacionamos con la tecnología, estas dos premisas cobran una gran importancia en este momento Sobhi (2025).
De acuerdo a la argumentación que precede, pienso que los cambios tecnológicos y su inserción en los procesos educativos advierten la necesidad de replantearse la construcción de nuevas realidades educativas, donde el facilitador tiene unos roles diferentes que los comprometen con el conocimiento y la apropiación de las tecnologías, para poder ofrecer a sus estudiantes los conocimientos que generen visiones amplias, que como lo plantea Morín (ob.cit.), sea un aprendizaje pertinente, que sea capaz de enseñar la condición humana y la identidad cultural, para enfrentar las incertidumbres y enseñar para la comprensión y ética del ser humano.
La sustentabilidad, es tema de obligatoria presencia en la educación, porque tiene que ver con lo urgente de reducir los efectos negativos y los impactos que causa el ser humano en el medio ambiente, tratando de establecer un deseado equilibrio entre el medio ambiente, la sociedad, las comunidades y la economía, a fin de lograr un desarrollo más sostenible.
La educación es cambio permanente, debe adaptarse a las características de esta era digital, reconociendo sus ventajas, sin embargo representan una responsabilidad para los docentes, los cuales deben tener preparación, lo cual significa que deben actualizarse para que los conocimientos tecnológicos estén articulados con contenidos como los temas que se desprenden del paradigma propuesto por Bolf (2000), quien promueve una ecología que surge de la educación iniciada por Paulo Freire y que ofrece un conjunto de conocimientos y valores interdependientes como educar para pensar en forma holística, educar en sentimientos, enseñar sobre la identidad de la tierra como esencial para la condición humana, moldear la conciencia planetaria, educar para la paz, para la ciudadanía, la simplicidad, la relación con los otros, el cuidado y la paz.
De tal manera que, la formación docente es vital, porque resulta claro que deben inspirar a la nueva generación a convertirse en agentes de cambio para un futuro más equitativo y sostenible. Se trata de desarrollar en los estudiantes las habilidades que le permitan comprender el mundo desde los desafíos de la sostenibilidad, no sólo para las instituciones educativas, sino que su impacto trascienda positivamente a las comunidades y entornos enclave.
Es un gran desafío plantearse responsablemente, cómo podemos utilizar el potencial de las metodologías activas para construir una educación transformadora generadora de conocimientos, habilidades, competencias y actitudes en los estudiantes para enfrentar situaciones ambientales, sociales y económicos, porque la realidad nos ha demostrado que el uso de las tecnologías sin control genera problemas humanos muy importantes como la soledad y el aislamiento, razón por la cual es cada día más urgente el diseño de políticas públicas que abarquen con decisión temas cruciales como la capacitación permanente de profesores, la conectividad y las dotaciones de escuelas que favorezcan una educación de calidad y pertinencia social.
En este sentido, consideramos que la construcción de nuevos entornos educativos requiere de profesores actualizados y apoyados por las instituciones en la adquisición de recursos tecnológicos que refuercen su rol de facilitador de procesos. En este orden de ideas, según Hernández (2020) con la creación de espacios de confianza en el aula, se pueden identificar diversas dimensiones que potencian las prácticas pedagógicas. Desde la perspectiva fenomenológica podemos comprender cómo los estudiantes viven sus entornos educativos, este enfoque hace énfasis en la importancia de crear espacios donde los participantes se sientan reconocidos y respetados en sus intereses como parte integrante de su institución.
En este sentido es interesante hacer referencia a los siguientes recursos que facilitan la integración de los estudiantes:
En cuanto a las nuevas tendencias, actualmente se discute un nuevo Informe, publicado en 2021 por la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura, denominado Reimaginar Juntos Nuestro Futuros. Se plantea la función que puede cumplir a futuro la educación para dar forma a nuestro mundo común y nuestro futuro compartido a cara de 2050. Según INTEP, (2024) plantea que las propuestas que se presentan son el resultado de un proceso mundial de participación y creación conjunta de niños, jóvenes y adultos, conscientes que mejorar el planeta exige trabajar juntos. Para lograrlo el Informe propone:
El informe plantea que, debido a los avances tecnológicos generados en el ámbito educativo, han abierto nuevas oportunidades y desafíos a toda la comunidad educativa y se hace necesario una reforma urgente y radical de la educación para subsanar injusticias del pasado y reforzar nuestra capacidad de actuar juntos a fin de lograr un futuro más sostenible. Según este Informe se señala que tanto los métodos de enseñanza y aprendizaje están desfasados y algunas veces resultan hasta contraproducentes.
Este planteamiento nos resulta muy pertinente porque estamos convencidos que para que se produzcan transformaciones sustentables que aseguren la integridad de las personas, así como una base ética, que genere las posibilidades para el desarrollo de una sociedad más justa, equitativa, que respete la naturaleza, los derechos humanos, en definitiva, que eduque para ejercer ciudadanía y para comprender y en consecuencia actuar para el logro de la paz, es fundamental que la educación sea pertinente y que responda a las necesidades de la sociedad como lo ratifica el informe INTEP (ob.cit) ‘’ para unirnos en torno a esfuerzos colectivos y aporta el conocimiento y la innovación necesaria para forjar futuros sostenibles y pacíficos para todos, basados en la justicia social, económica y ambiental’’
Es muy interesante señalar que, para el éxito del proceso de enseñanza aprendizaje, resulta beneficioso, los conocimientos claros de los significados y uso de las tecnologías por parte de los docentes, porque es la única forma de que se produzcan cambios significativos en las aulas de clase, las cuales, no tienen que ser un espacio físico determinado, si no que pueda desarrollarse el proceso de enseñanza aprendizaje en cualquier entorno que ofrezca condiciones para ello.
Entre las muy variadas metodologías activas, considero que cada una de ellas tiene un objetivo y una intencionalidad específica, todas aportan elementos y estrategias que dinamizan para fortalecer los procesos educativos. En mi opinión, considero que el aprendizaje basado en proyectos es una gran innovación en el área educativa, porque es una metodología con carácter de autodirigido, lo cual genera la responsabilidad del alumno en sus aprendizajes.
Considero, además, que si esta metodología que le permite al estudiante relacionarse con la realidad, para estudiar situaciones reales y concretas, se combina con la gamificación que es una técnica lúdica interesante que despierta el interés y la creatividad del alumno, o con el Flipped Classroom, que combina el trabajo de clase en compañía del profesor y compañeros con el trabajo en casa de manera personal.
Este ensayo, como experiencia de indagación me estimuló a adentrarme de una forma decidida en el desarrollo y uso de las tecnologías, para conocerlas y valorar su importancia en el proceso educativo, por cuanto las innovaciones han introducido cambios en las estructuras tradicionales, introduciendo nuevas herramientas y procedimientos donde la creatividad, el pensamiento crítico, la ciudadanía y el abordaje de la sustentabilidad son fundamentales como competencias necesarias para estudiantes del siglo XXI.
El cambio de paradigma educacional como consecuencia de la tecnología y su inserción en los procesos educativos, plantea nuevos desafíos que sugieren el surgimiento de un nuevo educador con un conocimiento y comportamiento totalmente distinto, comprometidos con el uso de la tecnología, pero preparado para promover un aprendizaje pertinente para enfrentarse a la incertidumbre con pensamiento crítico y sentido ético.
Cabero Almenara, J., y Palacios Rodríguez, A. D. P. (2020). Formación y competencias del profesorado en la era digital. Crónica: revista científico profesional de la Pedagogía y Psicopedagogía, 5, 113-127.
García-Mendoza, M. y Vera-García, K. (2022). Docentes y la nueva era digital, en el uso de las plataformas virtuales como herramientas de trabajo. Revista Dominio de las Ciencias, 8(1), Febrero Especial 2022, pp. 970-979
García-Vera, A. y Pastor, A. ¿Qué es tecnología educativa?: Autores y significados. Pixel-Bit. Revista De Medios y Educación, (9), 51–62.
Hernández, A. (2020). Dr. José padrón guillén: una vida dedicada a la investigación. Aportes a la formación de investigadores y a las teorías y tecnologías de la investigación. https://www.researchgate.net/publication/344434664
Márquez, A. (2021). Metodologías activas: ¿Sabes en que consisten y cómo aplicarlas? UNIR. https://www.unir.net
Medusa (2021). Aprendizaje basado en proyectos. Kit de Pedagogía y TIC. https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/pedagotic/aprendizaje-basado-proyectos/
Morin, E. (2021). La Multiversidad Mundo Real, un modelo educativo. http://www.multiversidadreal.org
Pérez, L. R. (2021). Tecnología Educativa en América Latina. Revisión de definiciones y artefactos. Revista EDUTEC. No. 81
Robinson, K. (abril de 2018). Cambiando paradigmas. https://www.youtube.com/watch?v=Z78aaeJR8no
Rodriguez-Domenech, M.A. (2020): Patrones de conocimiento escolar sobre el patrimonio local en ciudades de mediano tamaño de Castilla-La Mancha. El caso de Ciudad Real. Revista estudios regionales, 119, 149-175.
Sobhi, T. (2025) Reimaginando el futuro. Instituto Nacional de Tecnologías educativas y de formación del profesorado. INTEF. http://www.intef.es
Suniaga, S. (2019). Metodologías Activas: Herramientas para el empoderamiento docente. Revista Internacional Docentes 2.0. Tecnológica-Educativa, 19(1).
Tam, M. (2000). Constructivism, Instructional Design, and Technology: Implications for transforming Distance Learning. Educational Technology and Society, 3(2), 50-60