Vol. 2 N° 2
Julio - Diciembre 2025
El presente estudio tuvo como objetivo identificar los factores asociados a la adicción a las redes sociales en adolescentes. Mediante un diseño transversal cuantitativo, descriptivo de campo, se aplicó una encuesta estructurada a 189 adolescentes, evaluando la adicción a redes sociales, variables sociodemográficas —edad, sexo, nivel educativo, estado civil de los padres, número de hermanos y actividades recreativas— y factores psicológicos que incluyeron autoestima (Test de Rosenberg), ansiedad estado-rasgo (Inventario STAIC) y calidad de la comunicación con los padres. Se realizaron análisis de fiabilidad (Alfa de Cronbach), adecuación muestral (KMO y esfericidad de Bartlett) y un modelo de regresión lineal multivariable para examinar las relaciones entre variables. Los resultados mostraron adecuada consistencia interna y validez en los instrumentos utilizados. El análisis de regresión reveló que diferentes dimensiones de la adicción a redes sociales se asociaron de manera diferencial con factores psicológicos, familiares y sociodemográficos. La obsesión por las redes sociales estuvo relacionada con mayores niveles de ansiedad, menor autoestima, menor nivel educativo y dificultades en la comunicación con la madre. La falta de control personal se vinculó con menor autoestima, menor nivel educativo, mayor ansiedad estado-rasgo y el sexo femenino. Por su parte, el uso excesivo se asoció con menor apertura en la comunicación con el padre, menor autoestima, mayor nivel educativo y el sexo masculino. En conclusión, la ansiedad, la autoestima, el nivel educativo, la calidad de la comunicación con ambos progenitores y el sexo del adolescente emergen como factores independientes asociados a distintas dimensiones de la adicción a redes sociales. Estos hallazgos subrayan la relevancia de considerar tanto aspectos individuales como relacionales en el diseño de intervenciones preventivas y terapéuticas dirigidas a esta problemática en la adolescencia, destacando la necesidad de un abordaje integral que considere la diversidad de factores que convergen en el uso problemático de las tecnologías digitales.
The present study aimed to identify factors associated with social media addiction in adolescents. Using a quantitative cross-sectional design, descriptive and field research, a structured survey was administered to 189 adolescents, assessing social media addiction, sociodemographic variables—age, sex, educational level, parents' marital status, number of siblings, and recreational activities—and psychological factors, including self-esteem (Rosenberg Self-Esteem Scale), state-trait anxiety (STAIC Inventory), and quality of communication with parents. Reliability analyses (Cronbach's alpha), sample adequacy (KMO and Bartlett’s sphericity), and a multivariable linear regression model were conducted to examine the relationships between variables. The results showed adequate internal consistency and validity in the instruments used. Regression analysis revealed that different dimensions of social media addiction were differentially associated with psychological, familial, and sociodemographic factors. Obsession with social media was related to higher levels of anxiety, lower self-esteem, lower educational level, and difficulties in communication with the mother. Lack of personal control was linked to lower self-esteem, lower educational level, higher state-trait anxiety, and being female. In turn, excessive use was associated with less openness in communication with the father, lower self-esteem, higher educational level, and being male. In conclusion, anxiety, self-esteem, educational level, the quality of communication with both parents, and the adolescent's sex emerge as independent factors associated with different dimensions of social media addiction. These findings highlight the importance of considering both individual and relational aspects in the design of preventive and therapeutic interventions aimed at this issue in adolescence, emphasizing the need for a comprehensive approach that takes into account the diversity of factors involved in problematic use of digital technologies.
Es irrefutable que, con el advenimiento y desarrollo del internet, y consecuentemente, el crecimiento de las redes sociales, se ha alcanzado un nuevo nivel en las comunicaciones. Su uso generalizado ha incrementado la facilidad de la comunicación interpersonal entre individuos y los procesos de socialización; sin embargo, también ha llevado a que la adicción a las redes sociales surja como un problema.
Hay autores que se inclinan a considerar la adicción a medios virtuales como un problema primario, siendo una variante de posibles trastornos de comportamiento adictivo (Fuertes & Armas, 2018). La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición (DSM-5), ha reconocido el posible impacto negativo de la adicción a las actividades relacionadas con internet en el bienestar de un individuo al reconocer el trastorno por juego en internet como un trastorno tentativo (Asociación Estadounidense de Psiquiatría, 2013). La adicción a las redes sociales se ha constituido como un problema emergente que se puede definir como un uso excesivo y compulsivo de las plataformas de redes sociales que interfiere con la vida diaria y genera consecuencias negativas en el bienestar físico, social y mental (Andreassen, 2015).
Numerosos estudios han explorado las variables que impulsan el comportamiento de los usuarios de redes sociales, atribuyendo dicho comportamiento a la interacción de elementos psicológicos, influenciadores sociales y predisposición a la adicción a las redes sociales (Peris et al., 2020; Rodríguez-Sabiote et al., 2024). Se ha descrito un modelo de factor dual en el uso de las redes sociales entre adolescentes (Franchina et al., 2018). Este modelo postula que los usuarios pueden usar las redes sociales para gestionar tanto los afectos positivos como los negativos. El afecto positivo aumenta la satisfacción. El afecto negativo, que denota emociones angustiantes, donde los usuarios podrían usar las redes sociales de forma refleja para contrarrestar sus sentimientos negativos. Si estas estrategias se vuelven compulsivas, podrían fomentar la adicción a las redes sociales.
Uno de los grupos más estudiados en la adicción a las redes sociales es el de los adolescentes, tomando en cuenta como punto de partida, el desarrollo del adolescente asociado a la construcción de su identidad juvenil en el contexto de un nuevo paradigma comunicacional, el de la cibercomunicación, donde el límite entre lo público y lo privado se torna cada vez más difuso (Arab & Díaz, 2015).
La relación entre la adicción a las redes sociales y las variables que pueden explicar esta adicción es muy compleja. La adicción a las redes sociales puede verse influenciada por diversos factores, como las influencias culturales, el estrés por ser ignorado por los amigos, el estrés tecnológico o el miedo a perder el contacto (Fabris et al., 2020), la depresión, la intimidación, el ciberacoso y la autoestima (Shafi, 2021), la ansiedad y el aislamiento social o por variables de control, como el género, el nivel educativo y la edad (Mahamid, 2018). Además, hay estudios longitudinales que han explorado la relación a largo plazo de la influencia parental en el comportamiento en línea. Los hallazgos sugieren que los conflictos en la comunicación entre padre/madre con los adolescentes podría tener un impacto en las conductas problemáticas con el uso de redes sociales, resaltando el papel de las relaciones parentales tempranas en la predicción de la adicción a las redes sociales (Demers et al., 2024).
Diversos estudios se han llevado a cabo para el desarrollo de instrumentos que permitan cuantificar el grado de adicción a las redes sociales, estas son denominadas escalas de adicción a las redes sociales (EARS). Por ello, algunas investigaciones se han centrado en desarrollar un instrumento psicométricamente robusto para evaluar la adicción a las redes sociales, como la Escala de Adicción a Facebook de Bergen (Andreassen et al., 2012) y el Cuestionario de Intrusión de Facebook (Elphinston & Noller, 2011). También se ha descrito el cuestionario de adicción a las redes sociales para adolescentes de Rosero et al. (2022). Cada una de estas escalas posee diferentes propiedades psicométricas, pero con un único fin, cuantificar el nivel de adicción a las redes sociales.
En consecuencia, el objetivo primario de este estudio fue determinar factores predictores de adicción a las redes sociales en un grupo de adolescentes. Se planteó la hipótesis de que algunas características psicológicas y sociodemográficas de los adolescentes están asociadas con valores cuantificables de adicción a las redes sociales. El resultado principal fue la identificación de estos predictores, explorando, además la utilización sistemática de una EARS.
Se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal cuantitativo realizado en la ciudad de Barquisimeto, estado Lara, Venezuela, entre enero del año 2023 y julio del 2025. Donde fue realizada una encuesta que incluyó una EARS en un grupo de 189 adolescentes. A través de un muestreo no probabilístico consecutivo fueron evaluados adolescentes con edades comprendidas entre 13 y 19 años, que acudieron a consulta de psicología o pediatría. Fueron excluidos adolescentes con dificultades de comprensión lectora, discapacidades intelectuales o físicas que impidieran la correcta comprensión y ejecución de respuestas en los autoinformes, y aquellos que negaron su consentimiento. Los adolescentes incluidos en el estudio acudieron por afecciones leves, como enfermedades respiratorias, afecciones gastrointestinales o genitourinarias, y alergia o atopia; o por problemas psicológicos, incluidos: cambios en el estado de ánimo, ira, autolesiones, evitación y aislamiento, ansiedad, o acoso escolar.
Para el cálculo del tamaño de la muestra se utilizó el programa G*Power versión 3.1.9. Con el que para la realización de una regresión lineal múltiple con test F, con modelo fijo y R2 desviado de 0, con un tamaño de efecto f2 de 0,15 (medio); un nivel de significancia de 0,05 (error α); una potencia de 0,95 (95%) y un número de predictores estimados de 13, el tamaño de la muestra fue calculado en 189 sujetos.
Cada adolescente y su representante fueron abordados durante la consulta de psicología o pediatría y se les explicó el propósito del estudio y sus objetivos. A aquellos dispuestos a colaborar se les aplicó una encuesta. La encuesta incluyó una EARS, un conjunto de factores con una influencia potencial sobre la adicción a las redes sociales en adolescentes (sociodemográficos y psicológicos) y el consentimiento informado.
La encuesta autoadministrada se aplicó en dos contextos: sala de consulta de psicología y en consultorio de pediatría, en ambos casos, salas privadas. Antes de la aplicación de la encuesta, se le solicitó el consentimiento informado de los adultos a cargo de los menores, y el consentimiento de los propios adolescentes. Previo a la aplicación de los instrumentos, se leyó las instrucciones y se aseguró la comprensión del adolescente. Se explicó que no hay respuestas buenas o malas. Si durante la administración de los cuestionarios surgían preguntas sobre el llenado o sobre algún término que no se conociera, se suministró la información necesaria en un lenguaje apropiado, con el cuidado de no influir en las respuestas. Dado el caso de que alguna pregunta ocasionara alguna incomodidad o ansiedad en el adolescente, se habló con el participante para ofrecer la ayuda necesaria.
También se les explicó que tenían derecho a interrumpir en cualquier momento la prueba sin tener ningún tipo de consecuencia. Hubo una revisión final del protocolo, basados en que los ítems con omisiones o con respuestas dobles dejaban invalidada la encuesta. Asimismo, se contó con dos sobres, uno para la lista de participantes con el código de identificación, para asegurar la confidencialidad, y otro para el protocolo mismo, el cual no contó con la solicitud de ninguna información de identificación del adolescente o de sus representantes.
Las variables del estudio quedan comprendidas en la EARS (variable dependiente) y un conjunto estimado de factores potenciales sociodemográficos y psicológicos (variables independientes) que podrían estar relacionados con la adicción a redes sociales. La encuesta general comprendió las siguientes escalas, donde, además, se incluyeron los factores psicológicos estimados:
Los factores sociodemográficos evaluados fueron: edad, sexo (femenino y masculino), nivel educativo, estatus de los padres (juntos o separados), número de hermanos y actividad recreacional. El nivel educativo fue el máximo nivel académico alcanzado por el adolescente al momento de la aplicación de los instrumentos: 1° a 5° año de educación secundaria y cualquier nivel de educación superior. En cuanto al número de hermanos se consideró solo a aquellos con los que el adolescente convivía. Se consideró actividad recreacional a la pertenencia y realización de algún deporte organizado, con prácticas de al menos dos veces a la semana, o a la asistencia a actividades como: teatro, música, danza o arte, al menos dos veces por semana, en los últimos tres meses antes de la aplicación de los instrumentos.
El programa SPSS Statistics®, versión 17.0, se utilizó en el análisis estadístico. Las escalas utilizadas fueron sometidas a un análisis de confiabilidad mediante el método de consistencia interna a través del Coeficiente Alfa de Cronbach. Además, de una medida estadística de idoneidad de los datos en un análisis factorial de Kaiser-Mayer-Olkin (KMO) y un test de esfericidad de Bartlett. El análisis descriptivo incluyó medias y desviación estándar (DE) para variables cuantitativas y porcentajes para variables cualitativas. Finalmente, para explorar los factores que podrían influir en la adicción a las redes sociales se realizó un análisis multivariable con modelo de regresión lineal en el que se incluyeron todas las variables sociodemográficas y psicológicas que fueron estimadas para evaluar su relación con la EARS (variable dependiente) como co-variables de la regresión. Se consideró significativo toda p < 0,05.
Se cumplió con las condiciones para la realización de una regresión lineal multivariable: linealidad, normalidad, homocedasticidad, independencia y ausencia de colinealidad. Para la introducción de las variables independientes en el modelo se utilizó un método de: pasos sucesivos, con la finalidad de obtener la mejor ecuación de regresión lineal dependiendo de la inclusión en el modelo de las variables independientes en función del estadístico F. Se calculó además una prueba de ajuste del modelo con R2.
El estudio se realizó basado en el Capítulo I de los deberes éticos en el área de la investigación y del Capítulo III de los deberes éticos relativos a recursos e instrumentos de trabajo psicológico del Código de ética profesional de la Federación de Psicólogos de Venezuela (Federación de Psicólogos de Venezuela, 2013). Se utilizó un formulario de consentimiento informado para la participación voluntaria de los sujetos incluidos en el estudio y de sus representantes legales. Los datos y resultados de la investigación fueron gestionados exclusivamente por los investigadores. Se garantizó la confidencialidad de los datos recolectados y el anonimato de los participantes.
La EARS de Rosero et al. (2022) resultó estable y confiable, mostrando un Alfa de Cronbach en obsesión por las redes sociales de 0,83 con KMO de 0,87; en falta de control personal en el uso de redes sociales de 0,83 con KMO de 0,86 y en uso excesivo de redes sociales de 0,81 con KMO de 0,86; todas las pruebas de esfericidad de Barlett presentaron p<0,0001. Del mismo modo, el test de Rosenberg, el IDARE y la escala de comunicación padres-hijos adolescentes de Urías-Aguirre et al. (2023) mostraron una alta fiabilidad y una buena adecuación muestral (Tabla 1).
Tabla 1. Fiabilidad y adecuación muestral de las escalas utilizadas en el estudio.
| ESCALAS | Alfa de Cronbach | KMO | Esfericidad de Bartlett |
|---|---|---|---|
| EARS de Rosero y colaboradores | |||
| Obsesión por las redes sociales | 0,83 | 0,87 |
χ2
Esfericidad=462,393 gl=45; p<0,0001 |
|
Falta
de control personal en el uso de las redes sociales |
0,83 | 0,86 |
χ2
Esfericidad=360,940 gl=15; p<0,0001 |
| Uso excesivo de las redes sociales | 0,81 | 0,86 |
χ2
Esfericidad=367,726 gl=28; p<0,0001 |
|
Autoestima Test de Rosenberg |
0,88 | 0,92 |
χ2
Esfericidad=675,748 gl=45; p<0,0001 |
| IDARE | |||
| Ansiedad-estado | 0,71 | 0,72 |
χ2
Esfericidad=495,287 gl=190; p<0,0001 |
| Ansiedad-rasgo | 0,72 | 0,72 |
χ2
Esfericidad=455,311 gl=190; p<0,0001 |
|
Escala
de comunicación padres-hijos adolescentes |
|||
|
Madre: Apertura en la comunicación |
0,78 | 0,85 |
χ2
Esfericidad=321,517 gl=45; p<0,0001 |
| Problemas en la comunicación | 0,71 | 0,73 |
χ2
Esfericidad=170,745 gl=10; p<0,0001 |
|
Padre: Apertura en la comunicación |
0,78 | 0,83 |
χ2
Esfericidad=335,071 gl=45; p<0,0001 |
| Problemas en la comunicación | 0,72 | 0,75 |
χ2
Esfericidad=176,402 gl=10; p<0,0001 |
La media de edad de los adolescentes fue de 15,7 ± 2,1 años. El 54,0% fueron de sexo femenino. El 26,5% cursaba 3° año de educación secundaria y 6,9% educación superior. El 13,2% tenían padres separados. El 33,3% eran hijos únicos. El 11,1% realizaba alguna actividad recreacional. Los demás factores sociodemográficos evaluados en la población estudiada están descritos en la Tabla 2.
Tabla 2. Factores sociodemográficos evaluados en la población de estudio.
| N = 189 | % | |
|---|---|---|
| Edad en años, media (DE) | 15,7 (2,1) | --- |
| Masculino | 87 | 46,0 |
| Femenino | 102 | 54,0 |
| Nivel educativo | ||
| 1° año | 29 | 15,3 |
| 2° año | 38 | 20,1 |
| 3° año | 50 | 26,5 |
| 4° año | 30 | 15,9 |
| 5° año | 29 | 15,3 |
| Educación superior | 13 | 6,9 |
| Estatus de los padres | ||
| Juntos | 164 | 86,8 |
| Separados | 25 | 13,2 |
| Número | ||
| Ninguno de hermanos | 63 | 33,3 |
| 1 | 51 | 27,0 |
| 2 | 54 | 28,6 |
| 3 o más | 21 | 11,1 |
| Actividad recreacional | 11,1 |
La media del test de Rosenberg para evaluar autoestima fue de 33,4 ± 5,0. La media de la subescala de ansiedad-rasgo fue de 53,5 ± 5,0 y de ansiedad estado 50,4 ± 4,9. La media de la subescala de problemas de comunicación con la madre fue de 13,9 ± 4,4 y con el padre de 17,4 ± 4,7. En cuanto a la EARS, las medias de las subescalas: obsesión por las redes sociales, falta de control personal en el uso de redes sociales y uso excesivo de las redes sociales fueron: 29,0 ± 7,7; 14,5 ± 5,7 y 21,0 ± 6,2 respectivamente. Para el puntaje total de la EARS la media fue de 64,5 ± 12,0 con un 84,1% del total de adolescentes con puntajes en el percentil 90 o superior. Los demás factores psicológicos evaluados en la población estudiada están descritos en la Tabla 3.
Tabla 3. Factores psicológicos evaluados en la población de estudio.
| VARIABLES | Mínimo | Máximo | Media | DE |
|---|---|---|---|---|
| Autoestima | ||||
| Test de Rosenberga | 11 | 39 | 33,4 | 5,0 |
| IDAREb | ||||
| Ansiedad-rasgo | 39 | 65 | 53,5 | 5,0 |
| Ansiedad-estado | 37 | 62 | 50,4 | 4,9 |
| Escala de comunicación padres-hijos adolescentesc |
||||
| Madre | ||||
| Apertura en la comunicación |
13 |
45 |
30,8 |
7,1 |
| Problema en la comunicación | 5 | 22 | 13,9 | 4,4 |
| Padre | ||||
| Apertura en la comunicación | 10 | 43 | 26,7 | 8,2 |
| Problema en la comunicación | 5 | 24 | 17,4 | 4,7 |
| EARSd |
|
|
|
|
| Obsesión por las redes sociales | ||||
| Falta
de control personal en el uso de redes sociales |
1 | 24 | 14,5 | 5,7 |
| Uso excesivo de las redes sociales | 6 | 32 | 21,0 | 6,2 |
| EARS puntaje totale | 34 | 86 | 64,5 | 12,0 |
La Tabla 4 muestra los factores asociados a obsesión por las redes sociales. En ella se observa que los factores independientes en la población estudiada fueron: Ansiedad-rasgo (B=0,620; IC95%: 0,428 – 0,812; p<0,0001), autoestima (B=-0,329; IC95%: -0,521 – -0,137; p=0,001), nivel educativo (B=-0,919; IC95%: -1,561 – -0,277; p=0,005) y problemas en la comunicación con la madre (B=0,217; IC95%: 0,004 – 0,430; p=0,046). La R2 fue de 0,325; lo que significa que el 32,5% de la varianza observada en obsesión por las redes sociales queda explicada por las variables incluidas en el modelo. Con coeficientes positivos, para ansiedad-rasgo y problemas en la comunicación con la madre, por lo que, a mayor nivel de estos factores, mayor obsesión por las redes sociales. Por el contrario, el test de Rosenberg y el nivel educativo mostraron coeficientes negativos, por lo que su relación resulta inversa. De esta forma, a menor autoestima y a menor nivel educativo, mayores niveles de obsesión por las redes sociales.
Tabla 4. Factores asociados a obsesión por las redes sociales en adolescentes según análisis de regresión lineal multivariable.
| Variable | Coeficiente (B) | E.T.(B) | IC 95% (B) Límites Inferior Superior |
t | p | |
|---|---|---|---|---|---|---|
| Constante | 6,642 | 7,012 | -7,193 | 20,476 | 0,947 | 0,345 |
| Ansiedad-rasgo | 0,620 | 0,097 | 0,428 | 0,812 | 6,372 | <0,0001 |
| Autoestima (Test de Rosenberg) |
-0,329 | 0,097 | -0,521 | -0,137 | -3,377 | 0,001 |
| Nivel educativo | -0,919 | 0,325 | -1,561 | -0,277 | -2,825 | 0,005 |
| Problemas en la comunicación con la madre |
0,217 | 0,108 | 0,004 | 0,430 | 2,012 | 0,046 |
| Suma de cuadrados | g.l | Media cuadrática | F | p | ||
| Regresión Residual Total |
3628,887 | 4 | 907,222 | 22,198 | <0,0001 | |
| 7519,854 | 184 | 40,869 | ||||
| 11148,741 | 188 | |||||
La Tabla 5 muestra los factores asociados a la falta de control personal en el uso de redes sociales. En ella se observa que los factores independientes en la población estudiada fueron: Autoestima (B=-0,244; IC95%: -0,390 – -0,097; p=0,001), nivel educativo (B=-0,914; IC95%: -1,390 – -0,437; p<0,0001), ansiedad-rasgo (B=0,260; IC95%: 0,118 – 0,402; p<0,0001), sexo femenino (B=2,092; IC95%: 0,706 – 3,478; p=0,003) y ansiedad-estado (B=0,186; IC95%: 0,040 – 0,332; p=0,013). La R2 fue de 0,338; lo que significa que el 33,8% de la varianza observada en la falta de control personal en el uso de redes sociales queda explicada por las variables incluidas en el modelo. Con coeficientes positivos, para ansiedad-rasgo, sexo femenino y ansiedad-estado por lo que a mayor ansiedad-rasgo, a mayor ansiedad-estado y las adolescentes femeninas, hay mayor falta de control personal en el uso de las redes sociales. Por el contrario, el test de Rosenberg y el nivel educativo mostraron coeficientes negativos. De esta forma, a menor autoestima y a menor nivel educativo, se asocian mayores niveles de falta de control personal en el uso de redes sociales.
Tabla 5. Factores asociados a falta de control personal en el uso de redes sociales en adolescentes según análisis de regresión lineal multivariable.
| Variable | Coeficiente (B) | E.T.(B) | IC 95% (B) Límites Inferior Superior |
t | p | |
|---|---|---|---|---|---|---|
| Constante | 1,072 | 6,455 | -11,665 | 13,808 | 0,166 | 0,868 |
| Autoestima (Test de Rosenberg) |
-0,244 | 0,074 | -0,390 | -0,097 | -3,279 | 0,001 |
| Nivel educativo | -0,914 | 0,242 | -1,390 | -0,437 | -3,782 | <0,0001 |
| Ansiedad-rasgo | 0,260 | 0,072 | 0,118 | 0,402 | 3,604 | <0,0001 |
| Sexo femenino | 2,092 | 0,702 | 0,706 | 3,478 | 2,979 | 0,003 |
| Ansiedad-estado | 0,186 | 0,074 | 0,040 | 0,332 | 2,514 | 0,013 |
| Suma de cuadrados | g.l | Media cuadrática | F | p | ||
| Regresión Residual Total |
2081,793 | 5 | 416,359 | 18,660 | <0,0001 | |
| 4083,350 | 183 | 22,313 | ||||
| 6165,143 | 188 | |||||
La Tabla 6 muestra los factores asociados al uso excesivo de las redes sociales. En ella se observa que los predictores en la población estudiada fueron: Apertura en la comunicación con el padre (B=-0,286; IC95%: -0,382 – -0,189; p<0,0001), autoestima (B=-0,357; IC95%: -0,518 – -0,196; p<0,0001), nivel educativo (B=0,939; IC95%: 1,479 – 3,427; p=0,001) y sexo masculino (B=2,655; IC95%: 1,055 – 3,274; p=0,001). La R2 fue de 0,256; lo que significa que el 25,6% de la varianza observada en uso excesivo de las redes sociales queda explicada por las variables incluidas en el modelo. Con coeficientes positivos, para nivel educativo y sexo masculino por lo que, a mayor nivel educativo y adolescentes masculinos, mayor uso excesivo de las redes sociales. Por el contrario, la apertura en la comunicación con el padre y el test de Rosenberg mostraron coeficientes negativos. De esta forma, los adolescentes con menor apertura en la comunicación con el padre y con menor autoestima, mostraron mayores niveles de uso excesivo de las redes sociales.
Tabla 6. Factores asociados al uso excesivo de las redes sociales en adolescentes según análisis de regresión lineal multivariable.
| Variable | Coeficiente (B) | E.T.(B) | IC 95% (B) Límites Inferior Superior |
t | p | |
|---|---|---|---|---|---|---|
| Constante | 39,018 | 3,283 | 32,540 | 45,495 | 11,885 | <0,0001 |
| Apertura en la comunicación con el padre |
-0,286 | 0,049 | -0,382 | -0,189 | -5,849 | <0,0001 |
| Autoestima (Test de Rosenberg) |
-0,357 | 0,082 | -0,518 | -0,196 | -4,374 | <0,0001 |
| Nivel educativo | 0,939 | 0,274 | 0,398 | 1,479 | 3,427 | 0,001 |
| Sexo masculino | 2,655 | 0,811 | 4,255 | 1,055 | 3,274 | 0,001 |
| Suma de cuadrados | g.l | Media cuadrática | F | p | ||
| Regresión Residual Total |
1875,522 | 4 | 468,881 | 15,838 | <0,0001 | |
| 5447,430 | 184 | 29,606 | ||||
| 7322,952 | 188 | |||||
La exposición continua a las redes sociales facilitada por los dispositivos móviles plantea preguntas sobre su impacto emocional y psicológico sobre los usuarios, sobre todo entre adolescentes. Las redes sociales se han convertido en un nuevo entorno de socialización grupal para los adolescentes. Sin embargo, el uso excesivo de sitios de redes sociales puede tener consecuencias no deseadas, como estados de ánimo negativos, problemas de concentración y menos interés en pasar tiempo con amigos y familiares (Ostovar et al., 2016).
En este estudio se logró establecer una combinación de variables sociodemográficas y psicológicas que pueden influir en el uso problemático y en la adicción a las redes sociales entre adolescentes. En los modelos de regresión se identificaron como factores asociados a la adicción a las redes sociales: la ansiedad -estado y rasgo-, la autoestima, el nivel educativo, los problemas en la comunicación con la madre, la falta de apertura en la comunicación con el padre, y el sexo, tanto femenino, como masculino.
También es importante destacar que el 84,1% de los adolescentes encuestados presentaron puntajes en el percentil 90 o superior de la EARS, por lo que se considera que tienen un riesgo elevado de adicción a las redes sociales. A pesar de los diferentes criterios que pueden emplearse en la literatura revisada para definir adicción a las redes sociales, estos datos son similares a los reportados en la literatura (Sakina & Amean, 2025; Victor et al., 2024). Sin embargo, también hay reportes con cifras más bajas (Caner et al., 2022; Ciacchini et al., 2023).
Diversas investigaciones han establecido una asociación entre la adicción a las redes sociales y la ansiedad (Ghozali et al., 2024; Vannucci et al., 2017). Al igual que en esta investigación donde al incrementarse los niveles de ansiedad, aumentó el nivel de adicción a las redes sociales. Los mecanismos que podrían explicar esta asociación podrían ser diversos. Un posible mecanismo podría ser la comparación social (Fuentes et al., 2025), donde el adolescente se siente de alguna manera superior al compararse con otro usuario. Por el contrario, otros podrían sentirse inferior al resto, provocando inseguridad. En ambos casos, puede ocurrir adicción a las redes sociales, en el primero, por satisfacción, y en los segundos, como compensación de carencias psicológicas.
La relación entre el uso de las redes sociales y la autoestima es compleja, multifactorial y presenta patrones mixtos. Algunos estudios indican una relación negativa significativa entre el uso problemático de las redes sociales y la autoestima, especialmente en jóvenes (Cingel et al., 2022; Sireli et al., 2023). Resultado similar a lo descrito en este estudio, donde a menor autoestima, los adolescentes mostraron un mayor nivel de obsesión, falta de control personal y uso excesivo de las redes sociales. Diversos autores han concluido que los niveles altos de adicción a las redes sociales se relacionan con una menor autoestima debido a la presencia y desarrollo de conductas compensatorias de búsqueda de validación en línea (Kircaburun et al., 2018; Andreassen et al., 2017). Por el contrario, hay autores que han señalado que el uso excesivo de redes sociales se ha asociado con niveles más bajos de autoestima, mientras que un uso moderado (menos de 2 horas) se relacionó con niveles más altos (Villarreal-Espinosa, 2024).
En cuanto al nivel educativo, diversos autores han señalado que los adolescentes con menor nivel educativo tienden a presentar un alto riesgo de adicción a las redes sociales (Boer et al., 2022; Mérelle et al., 2017). En este estudio también se obtuvo este hallazgo. Donde, a menor nivel educativo, mayor obsesión y falta de control personal en el uso de las redes sociales; sin embargo, a mayor nivel eduactivo, mayor uso excesivo de las redes sociales. Es posible que la obsesión por las redes sociales y la falta de control personal en cuanto a su uso puedan ser explicadas por la falta de habilidades digitales para utilizar las redes sociales de una manera crítica y responsable en los adolescentes con menores niveles educativos, lo que incrementa la vulnerabilidad a los efectos negativos de la exposición a las redes sociales (Valencia-Ortiz et al., 2021). Por otro lado, el hallazgo de que los adolescentes con mayor nivel académico usen excesivamente las redes sociales podría estar relacionado con una menor vulnerabilidad a la comparación social por una mayor alfabetización digital (Bozzola et al., 2022).
El rol de la familia y de los padres influye significativamente en el desarrollo de la personalidad de los adolescentes. Los comportamientos de niños y de adolescentes, influenciados por factores parentales, tienen efectos duraderos en los hábitos sobre el uso de redes sociales. Por el contrario, los conflictos entre padres e hijos adolescentes se han asociado directamente con la adicción a las redes sociales, no solo durante la adolescencia, sino también, durante la adultez (Demers et al., 2024). En este estudio, los problemas de comunicación con la madre se relacionaron con mayor obsesión por las redes sociales, del mismo modo, la falta de apertura en la comunicación con el padre se relacionó con mayor uso excesivo de las redes sociales en los adolescentes encuestados. Lo que está en concordancia con otros estudios que han mostrado una asociación negativa entre la calidad de la relación entre padres e hijos y la adicción a redes sociales (Valencia-Ortiz et al. 2021; Wang et al., 2022).
La teoría del apego de Bowlby J. establece que los adolescentes desarrollan mecanismos de afrontamiento basados en la influencia de sus padres y el entorno familiar para lidiar con el estrés, pero las experiencias adversas durante este periodo formativo pueden perturbar el desarrollo de un autoconcepto saludable y vínculos afectivos seguros (Kim et al., 2022). Es por eso que el rol de la familia y la comunicación con los padres es fundamental, dado que la exposición acumulativa a la adversidad puede conducir al desarrollo de un autoconcepto deficiente, baja autoestima, autoevaluación negativa y retraimiento social, lo cual podría constituirse como un mecanismo asociado a la adicción a las redes sociales.
En este estudio las adolescentes femeninas mostraron mayor falta de control personal en el uso de redes sociales y los adolescentes masculinos mostraron mayores niveles de uso excesivo de las redes sociales. La mayoría de las investigaciones informan que las mujeres tienden a tener un mayor riesgo de adicción a las redes sociales (Boer et al., 2022; Kircaburun et al., 2019; Martínez-Ferrer et al., 2021; Mérelle et al., 2017). Sin embargo, otros estudios informan que el género masculino es el de mayor riesgo (Lou et al., 2021; van Duin et al., 2021). Más allá de estas diferencias, un hallazgo resaltante de este estudio es que ambos sexos tienen riesgo de adicción a las redes sociales, posiblemente en dimensiones diferentes, pero con la misma significancia. Una posible explicación a esta brecha de género puede estar basada en el tipo de uso específico que cada género le da a las redes sociales. Algunos autores has descrito que las adolescentes femeninas utilizan las redes sociales con fines más comunicativos, y para la búsqueda y descarga de música o imágenes. En cambio, los adolescentes masculinos se decantan más por utilizar las redes sociales para el ocio, juegos en línea o la visualización de materiales audiovisuales online (Espinar & González, 2009; Tejada et al., 2019).
Es importante destacar que aún no existe una comprensión teórica integral sobre cómo se desarrolla la adicción a las redes sociales, lo que dificulta la investigación práctica dirigida al diseño de programas educativos y de intervención para prevenirla. Los modelos teóricos que podrían explicar la adicción a las redes sociales incluyen entre otras a la Teoría de Usos y Gratificaciones, que se enfoca en la búsqueda de recompensa y gratificación (Ferris et al., 2021), y el Modelo de Comparación Social, que sugiere que las personas con baja autoestima tienden a compararse negativamente con otros en línea, aumentando así su necesidad de validación y riesgo de adicción (Kim et al., 2021). Además, la comparación social, asociada con la depresión, está influenciada por el uso activo y pasivo adictivo a redes sociales entre adolescentes (Ahmad et al., 2024).
Esta investigación tiene limitaciones que son importantes acotar. El diseño transversal del estudio limita la posibilidad de establecer una relación de causa-efecto. No es un estudio multicéntrico, y a pesar de que se calculó el tamaño de la muestra en función del tipo de análisis estadístico a realizar y de las variables estimadas incluidas de acuerdo a la revisión bibliográfica y factibilidad de la investigación, la muestra total podría ser restringida y no ser suficiente para generalizar los resultados a otros contextos. No se investigó las redes sociales más utilizadas. No se indagó sobre la presencia de nomofobia, miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés), soledad, ni rasgos de personalidad, o nivel socioeconómico. Además, el uso de autoinformes puede permitir la posibilidad de sesgos cognitivos, de selección y de deseabilidad social.
A pesar de las limitaciones mencionadas, se puede concluir que este estudio muestra evidencia de que la ansiedad, está relacionada con obsesión y falta de control personal por las redes sociales; además, una menor autoestima está vinculada con obsesión, falta de control personal y con el uso excesivo de las redes sociales. Por otra parte, a menor nivel educativo, mayor obsesión y falta de control personal en el uso de las redes sociales, y a mayor nivel, mayor uso excesivo de las redes sociales; los problemas de comunicación con la madre se relacionaron con mayor obsesión por las redes sociales y la falta de apertura en la comunicación con el padre se relacionó con mayor uso excesivo de las redes sociales. Por último, las adolescentes femeninas mostraron mayor falta de control personal en el uso de redes sociales y los adolescentes masculinos mostraron mayores niveles de uso excesivo de las redes sociales.
Estas características pueden detectarse rápidamente en adolescentes para identificar a aquellos con mayor riesgo y así iniciar una intervención preventiva en una etapa temprana. Finalmente, es importante destacar la gestión de políticas relacionadas con el uso de las redes sociales. En tal sentido, se podría proponer un enfoque matizado para regular el uso de las redes sociales por parte de los adolescentes, que incluya no solo, las opciones psicológicas, sino también, las políticas de estado, basados en: fomentar las habilidades de auto-regulación emocional, leyes de verificación de edad obligatorias, consentimiento de los padres para ofertas a través de Internet para menores de 18 años, exigir acceso total de los padres a las cuentas de redes sociales de los menores de edad, y la promulgación de un cierre completo de las plataformas de redes sociales por la noche para los niños y menores de edad.
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