Vol. 3 N° 1
Enero - Junio 2022
Voy a tratar de ser muy eficaz con el tiempo, algo que siempre me cuesta mucho. Voy a hablar un poco en la perspectiva de la muy interesante aproximación que nos compartió Julia King. Yo creo que nosotros vivimos una realidad en este mundo del sur global, que va mucho más allá del COVID y tiene que ver con muchas pandemias que coexisten con nuestro contexto desde hace muchos años. Entonces, pensar la ciudad post COVID, como decía un documental alemán que proyectaban en los cines años atrás, “el mundo al instante”, nosotros lo que decimos es lo mismo que antes. Creo que la ciudad es un reto global que sigue estando ahí para todos, seguimos en este proceso de grandes ciudades en formación, con muchísima expansión, esa ciudad que yo llamo la ciudad del siglo XXI, que es la metrópolis, llena de urbanizaciones incompletas, el mundo de una inmigración, una ciudad que se tiene que ir formando a la vez que recibe y recibe más gente, la misma que tiene que entrar a la condición de ciudadanía, en esa necesidad de formar civilidad, de formar cultura urbana.
Entonces pienso que este es un momento muy interesante para el mundo del urbanismo, de la planificación y la gestión. Nunca en la historia de la civilización humana habíamos sido más importantes los arquitectos para la sociedad. Creo que lo que se viene, gradual y permanentemente, es que muchas de las preguntas que nos hacíamos hace muchos años, se van a volver inaplazables, cada vez más prioritarias. Que cuando hablamos de ciudad, realmente debemos hablar de ciudades, porque cada una de nuestras ciudades son muchas ciudades y esta idea de los suburbios y de las periferias, que en algunos países se llaman chabolas, favelas, barrios, villas miserias, al final, de lo que se trata es de precariedad, de pobreza. Entonces, la ciudad formal y las otras, son una suerte de pandemia que coexisten y han coexistido en medio de muchas contradicciones y dificultades a lo largo de los años, lo que nos hoy plantea varios retos.
Uno, es que hemos pensado por muchos años y, últimamente, que el proyecto de urbanismo es suficiente, que hay que abandonar la escala de la planificación y yo, por el contrario, (…) creo que de lo que se trata ahora es de pensar de manera multi-escalar y asumir que todas las escalas son esenciales, porque para resolver, por ejemplo, un problema en una calle o en un barrio, donde se quiera hacer un espacio público y unas viviendas, si se quiere que haya agua potable se tiene que resolver la planificación regional. Entonces, la idea de la vida pública tiene que ir de la mano de una especie de tradición de planificación. La crisis no es el COVID solamente, es también la segregación. Son estos enormes espacios de suburbios y periferias, de pobreza, de precariedad, con una inequidad galopante. La inequidad, el COVID como nueva pandemia y la emergencia climática, son tres mega pandemias que tendremos que resolver.
Como dije hace un rato, creo que las ciudades están preguntándonos lo mismo hace ya mucho tiempo. La realidad es rica en preguntas no resueltas y creo que tenemos muchas décadas de evolución, de expansión, en espera de ideas que nos permitan avanzar. Cuando una sociedad formula las preguntas correctas y agenda colectivamente compromisos concretos para solucionarlas, hay cambios. Yo no tengo la menor duda, vengo de una ciudad, Medellín, que ha tenido preguntas realmente casi sin respuesta y, aun así, hemos avanzado, falta mucho siempre, pero hemos avanzado.
Creo que vivimos un momento donde se reclama más y más planeación, más y más urbanismo. Esta noción de ciudades aplazadas, que no hemos resuelto a pesar de que hemos tenido el conocimiento, la imaginación, pero en las cuales, simplemente no hemos logrado armonizar todas las decisiones institucionales para que resuelva. Una sociedad que se plantea las preguntas adecuadas, y busca respuestas colectivas, está en el camino de la solución. Esto hace que todas estas pandemias se tengan que resolver.
Voy a mostrar estos tres mapas que muestran de una manera muy bella la realidad andina de ese cañón donde está Medellín, cuya geografía tiene cierta afinidad a Caracas, que muestra una biodiversidad y una riqueza natural que hemos degradado. Esa es una pandemia que también tenemos que resolver, por lo que creo que el COVID nos pone en el escenario de la necesidad de regenerar el territorio, en un valle como el nuestro, que es una maravilla, una estructura hídrica riquísima. Aquí en la imagen, se ve la estructura topográfica del valle con el río Aburrá a 1.500 metros de altitud y a medida que cambian los colores, hasta llegar a los 2.500 a 2.600 metros.
Es un valle muy estrecho, un valle que tuvo un río meáandrico que anegaba las tierras planas y que gradualmente fuimos dominando y degradando a partir de su canalización. Y esta otra imagen, presenta la aglomeración metropolitana, ya no solo del valle donde esta Medellín, que se ve a la izquierda, un poco más nítido, sino a la derecha con cerca de cincuenta municipios que ya son ese otro fenómeno, que esperemos no sea tan crítico y problemático en el futuro, como lo que hemos llamado ciudad, que en realidad es la región metropolitana.
Miren este valle que tiene tanto parecido con el valle de Caracas, miren como está ocupado, ésta prácticamente desbordada la urbanización y cómo llevamos años buscando forjar una ciudad compacta, que crece en su interior, preservando la estructura natural en los bordes oriental y occidental, preservando conectividad entre la montaña y el río interior.
Medellín fue una ciudad que vivió un etapa de crisis muy compleja y que se convirtió en una ciudad muy violenta, pero no solo violenta por el narcotráfico, la muerte, el terror y las balas, sino, porque tuvo una etapa de gran auge económico y empresarial, pero también, de inmigraciones y explosión urbanística, de gran segregación socio espacial y urbanización precaria, y posteriormente, un enorme declive económico y empobrecimiento justo cuando más población había, y esa inequidad extrema que se forjó, sumada a la fragilidad democrática y el crimen organizado, generó esa idea de ciudad violenta.
Yo creo que en el contexto de Barquisimeto y de Venezuela, territorio que no solo conozco sino por el que también sufro, (…) es fundamental entonces, hablar de una cosa que aprendimos en Medellín y que es esencial hoy, el diálogo social, fomentar la participación comunitaria apoyados en procesos de planificación. Yo creo que la planificación nos dio una mano fuerte para armonizar no solo la planificación físico espacial, el urbanismo y el territorio, sino también, la planificación social, de políticas públicas, etc. Creo que es crucial en una sociedad que, a través de diálogo, se construyan dinámicas sociales.
Esta es una imagen de lo que nosotros empezamos a hacer en 1990, hace 30 años. Esa es María Emma Mejía, quien fue consejera presidencial para Medellín, con un joven periodista, Juan Mosquera y que representa un proceso adelantado entre 1990 y 1995, que esto permite entender que la recuperación de la ciudad para todos tuvo mucho que ver con diálogo social y la nueva democracia local. Ocupar el espacio público, desarrollar vida pública, tiene que ver con compromisos políticos y sociales. Yo pensaría que Barquisimeto, en esta época o en esta etapa post COVID, debe pensar que el diálogo social es la base de la planificación, y el urbanismo puede ser una herramienta potente.
Estos gráficos sirven para mostrar cómo en una ciudad como Medellín, después de una crisis tan grave como la que describí, los indicadores de carácter económico y social fueron mostrando una evolución en las capacidades colectivas, la capacidad de inversión como ciudad y cómo ha ido creciendo. También, cómo las diversas políticas públicas, las estrategias de gestión de la ciudad, han contribuido a la reducción de la pobreza extrema y la pobreza monetaria moderada, o cómo se avanzó, por ejemplo, en la gestión pública de los servicios para esa ciudad incompleta. Hoy como entonces, la ciudad post COVID nos reta de una manera muy profunda.
Este es un gráfico muy famoso, que permite ver cómo llego al pico de muertes y homicidios, de secuestro, de terror la ciudad de Medellín en el año 1991. Y cómo una sociedad con resiliencia y resistencia ha ido cambiando, un proceso amplio y complejo donde es importante señalar, que el urbanismo es solo un componente de las soluciones. Por supuesto, el urbanismo social no empezó ahí, empieza desde la propia crisis, pero hay muchas otras razones para que este declive de los indicadores de violencia se dé y que la ciudad haya podido avanzar.
Entonces, yo resumiría esa historia del diálogo social como un enorme trabajo comunitario de arriba a abajo y de abajo hacia arriba, construyendo la esperanza. Nadie va a llegar a salvarnos. Esa idea cristiana de que el mesías va a volver, puede que vuelva, pero si nos ponemos a esperarlo, creo que nos vamos a demorar un ratico, por eso creo que hay que convertir las universidades, las escuelas nuestras de las áreas sociales, la arquitectura y el urbanismo, así como las de ingenierías y leyes, en laboratorios profundos sobre los problemas de la ciudad.
Lo que Julia mostró antes, me pareció fascinante porque creo que es lo que hay que hacer en muchos sentidos. Pero también el arte, la cultura, los museos, las ONGs, las fundaciones, son medios para tocarle el alma a la ciudadanía y empezar a cambiar. Y para entrar en la fase final, desde la arquitectura, el urbanismo, la planificación, de la mano de las infraestructuras, pues son una herramienta para lo que mencionaba hace un rato: las ideas de una acción multiescalar, que combine la acupuntura urbana, la pequeña escala del vecindario y del barrio, con la región, atravesando la ciudad y la metrópolis.
Igualmente, la regeneración del territorio toque la renovación urbana, con nuevos proyectos, pero siempre, con planeación participativa, siempre de la mano de las comunidades, con planes de desarrollo comunitario. Nosotros, incluso, ya hemos aprendido a hacer protocolos legales para protección a pobladores que son vinculantes para los proyectos, buscando que el bienestar llegue totalmente a las comunidades, complementado con planeación y urbanismo de carácter estratégico.
Tenemos el proyecto de pequeña escala, pero necesitamos el proyecto de gran escala, de modo que esta idea de re-urbanizar la ciudad completa, para buscar equidad creo que es el reto POST COVID.
El Covid es una buena razón para tomarnos en serio el problema y para que empecemos a trabajar más y más en el mejoramiento integral de barrios, más y más en proyectos urbanos integrales, en un plan de espacios públicos y equipamientos para la gente, donde haya agua potable, educación, salud pública, recreación, transporte, lo esencial y lo mínimo, porque tenemos que completar la urbanización e integrar cada vez más, el territorio.
Hagamos un recorrido breve por algunos proyectos que han sido conocidos, este tipo de actuaciones que en Venezuela hay muchas, también en Brasil, en Argentina, , en Perú, que han empezado a existir hace un tiempo. Yo creo que esta es una realidad y creo que no puede seguir siendo una excepcionalidad o una coyuntura, esta es la verdadera realidad de nuestras ciudades pre y post COVID. Una ciudad que tenemos que completar, porque además tiene que ver con lo que Julia mostró en India, es el mundo que nos está preguntando con la condición de más de 1.000 millones de personas en el planeta y esta no puede ser una pregunta sin respuesta, pues además es el caldo de cultivo de tiranías, de gobiernos mediocres con ignorantes que llegan al poder a hacer las barbaridades que ustedes tanto como yo conocemos. Es un tiempo para preguntas serias, con respuestas rigurosas y liderazgos de calidad superior.
Entonces, son estos proyectos que nacen de la inteligencia colectiva, donde siempre hay unos arquitectos y unos planificadores capaces de interpretar estas realidades, los que representan nuestro camino. No es que todos tengamos que dedicarnos a hacer lo mismo, por supuesto que no, hay que seguir haciendo los museos, las torres de oficinas, hay que hacer los equipamientos para los trenes de alta velocidad y en general todas las infraestructuras que sea necesario, pero también hay que ocuparnos también de estos fenómenos de la ciudad incompleta.
¿Cuantas de nuestras ciudades tienen montañas de basura a cielo abierto? Comunidades como ésta de Moravia que aparece en la imagen, ubicada en medio de Medellín, donde durante varias décadas un piloto que creo que vale la pena entender, cómo fuimos capaces con universidades, con ingeniería, expertos ambientalistas, abogados, arquitectos, de llegar a esta realidad, para desalojar esa montaña y empezar a salvar a esas comunidades de esa condición de vida tan riesgosa, precaria y difícil, buscando alternativas desde el conocimiento, con participación e imaginación. Es decir, cómo una sociedad es capaz de priorizar que hay que invertir en este tipo de fenómenos. u otro aspecto, es que hay asuntos de la planificación que son esenciales para que todos podamos vivir mejor. Miren como ejemplo, el modelo de urbanización periférico de Medellín, que no ha contado con tiene esas maravillosas decisiones que ustedes tomaron para proteger el Ávila en Caracas. Y es que la urbanización tanto con los barrios de alta sociedad como los barrios informales, han venido destruyendo la montaña, subiendo hasta la ladera y la montaña.
Esta situación es aún más grave, con la evidencia de la foto de la derecha inferior. Esta es el resultado de la política pública de vivienda social y eso no puede ser así por más tiempo. Tenemos que cambiar. Es por eso entonces, como representan estos otros gráficos del Plan de Ordenamiento Territorial, que la ciudad reclama estrategias diferentes. Esta escala de la planeación general, con alcance estratégico, también es vital, porque es en esta escala que aparecen ideas como la creación de un cinturón verde de protección en las periferias de las laderas para asegurar no solo áreas verdes y paisajes sino preservación de fuentes hídricas, biodiversidad, protección frente a deslizamientos, avalanchas, desastres, y así tener el cuidado de la vida como un propósito.
Entonces, el COVID no es la única aproximación a la vida que tenemos que entender. La movilidad y el transporte sostenible no son solamente un problema de movilidad y de transporte. Son un problema de equidad, inclusión social y derecho a la ciudad. Tenemos que pasar la página de la ingeniería de transporte y entender que si queremos tener soluciones frente a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS); si queremos resolver agendas frente el cambio climático y si queremos tener una sociedad saludable, la movilidad, la accesibilidad plena, es un asunto fundamental y si una ciudad de verdad tan pobre como Medellín, -porque nosotros no somos una sociedad rica-, ha logrado invertir, miles y miles de millones en estas cosas, todas las ciudades podrían hacerlo.
Y no solo hay que hacerlo, además hay que hacerlo bien. Por eso se necesitan más urbanistas, más planificadores, más arquitectos, mejores cada vez, porque esos proyectos son de una enorme complejidad, de una enorme dificultad y hay que aprender a hacerlos. Este proyecto, las Unidades de Vida Articulada UVAS, lo quiero mostrar, aunque es un poco exagerado que muestre este detalle, por una razón, porque muchas veces las soluciones son simples, obvias y están ante nosotros, pero no las vemos.
Esto que ven en la imagen, es un muro en un barrio muy denso, nuestro tipo de barrios, donde la gente abre un orificio en el muro que cierra una infraestructura solo para poder ver el verde. Es la situación de muchos barrios en Medellín, donde había o hay tanques de acueducto, rodeados de áreas verdes, en medio de barrios muy densos, con gran concentración de crimen y de delito y con mucha oscuridad y dolor. Y este es el mismo muro donde salen los orificios que mostré antes y estos niños juegan al borde de ese muro, frente a sus casitas. Abren orificios en el muro para poder ver este parque, pues con esta condición, el alcalde decidió, de la mano de buenos arquitectos, convertir este tipo de tanques, 21 tanques, en estos equipamientos cívicos, con internet gratuito, con clases de danza, con clases de literatura, con áreas para los adultos mayores.
Cada uno de estos proyectos se llamó UVA: Unidad de Vida Articulada. El programa de contenido se diseñó con la comunidad del propio barrio, aquí les muestro, dos o tres ejemplos. Pero incluso, en una planta gigante de tratamiento de aguas residuales, se utilizaron las áreas verdes para hacer otra UVA. Entonces, la inventiva, nuestra capacidad está para ese tipo de soluciones, pero tenemos que focalizarla.
Y lo otro, y ya termino, es que tenemos que entender que los planes estratégicos tienen que complementar esta escala. A mí me ha tocado la suerte de trabajar en la escala de municipio, en la escala metropolitana y hoy en la escala de la región, que en Colombia se llama departamento, lo que ustedes llaman estados. Entonces, estas preguntas que están aquí hay que resolverlas en varias escalas de planeación, porque nuestro tipo de ciudades, que tiene un primer mundo en unos pedacitos, y una gran cantidad de terceros y cuartos mundos en las periferias, no esperan más.
Hay que asumir que la ciudad post COVID es esa. Miren en la imagen lo que nos ha pasado a nosotros, cómo se ha urbanizado prácticamente toda el área posible de urbanizar en este valle y, entonces ahora, la propuesta que nosotros hacemos desde la planificación de gran escala, utilizando instrumentos de gestión de suelo, plusvalía, valorización, obligaciones urbanísticas, captura del valor del suelo de las dinámicas urbanas privadas, es que hacemos una planificación de lo que llamamos Plan de Ordenamiento Territorial, que incluye proyectos estratégicos como los Macroproyectos del río, que incluyen 36 planes parciales, con 120.000 viviendas potenciales, que por norma nacional para renovación urbana deben incluir el 20% como vivienda de interés social, aportada por la operación privada. Entonces, esas cosas aquí ya están pasando. En la imagen pueden ver este proyecto que ya está comercializado, en el basamento está la vivienda de interés social, con estas características que ustedes ven: accesible, vecinos con sistema de transporte masivo contiguas al río. De modo que yo creo que es posible implementar estos modelos de gestión de la ciudad.
Para terminar, voy a mostrar rápidamente el entorno del río en el área del llamado centro cívico que muestra dos cosas: una, que a largo plazo si funciona, con continuidad, si hay plan y proyecto. En el año 50 José Luis Sert y Paul Wiener propusieron esto que ven en la imagen, que es el plan piloto de la ciudad con un nuevo centro cívico.
Les voy a pasar gradualmente imágenes sobre cómo ese centro cívico fue apareciendo de la mano de la urbanización funcionalista, la ciudad de las autopistas. La canalización del río y estas áreas van a hacer que se desarrolle lo que hoy es el centro cívico. El centro tradicional estaba localizado arriba, a la derecha de la imagen, pero miren cómo, ese nuevo centro cívico, de la mano de arquitectura, urbanismo y planificación, cómo ha ido cambiando. Apareció primero el edificio de la justicia, la alcaldía y la gobernación; luego el teatro metropolitano, todo esto era suelo de los antiguos talleres del ferrocarril, más adelante apareció la sede de Empresas Públicas de Medellín, y aquí, en su entorno se hizo el proyecto del parque de los Pies Descalzos, que lo hicimos desde la Universidad Pontificia Bolivariana. Aparecieron después, derivados de la planeación, algunos concursos para el centro de convenciones Plaza Mayor, el nuevo edificio de Gobierno Plaza de la Libertad, la Biblioteca de EPM y la Plaza de Cisneros, que cono se puede ver, configuran gradualmente el Centro Cívico planeado en 1950.
Esto lo muestro porque, además, la ciudad de esta imagen que ustedes ven arriba a la izquierda ha reverdecido, en solo 20 años, hay esperanza, la planificación, la arquitectura y el urbanismo son esperanza. Hicimos el concurso de Parques del Río, un plan maestro para toda la ciudad, y pasar de la ciudad de las vías ferroviarias, de las autopistas y de la cloaca a cielo abierto, a una ciudad que recupera el río y que lo regenera ambientalmente, el río, que nunca tuvo como conectarse peatonalmente, hoy tiene sus dos primeros puentes peatonales y gradualmente se convierte en la nueva centralidad metropolitana, esto es una integración plena entre dos ciudades que antes eran como dos mundos. Hemos hecho muchos concursos, muchos proyectos y esto es lo que estoy tratando de sintetizar. Estas imágenes representan la propuesta para el plan piloto en el año 50, que proponía el nuevo centro de gobierno y todo esto son proyectos que se han ido haciendo los últimos 30 años y que finalmente todos estos proyectos, ahora son complementados con Parques del Río (el ponente presenta un video y explica que no quería dejar de mostrarlo porque hubo un debate, incluso muy profundo, sobre si estas cosas son prioridades) Y ahora, cuando llegó el COVID, y la ciudad tiene que tener el encierro que todos tenemos, y aparecen espacios colectivos donde la gente puede salir un momento a tomar el sol, a ver un lugar distinto a un apartamento minúsculo donde vive, pues, esto que ven en las imágenes, se vuelve vital entonces.
Cuando la sociedad humana aprenda que estas cosas también son prioridades, que hay que tener salud pública, que hay que tener educación, que hay que tener ese tipo de cosas; pero que también hay que tener espacios para habitar, para socializar y para coexistir, yo creo que vamos a ser una sociedad humanamente superior a lo que tenemos hoy. Entonces, quería mostrarles este video para finalizar, y agradecerles a Franco Micucci y a todo el equipo, por la invitación. Gracias.