Vol. 4 N° 1
Enero - Junio 2023
Este fenómeno fue planteado originalmente por el filósofo, militar e historiador ateniense Tucídides, a quien se le atribuye ser el padre de la historiografía científica y de la escuela del realismo político, todo esto a raíz de su narración “Historia de la guerra del Peloponeso”. En esta obra Tucídides toma como punto de partida el conocido “Diálogo de Melos” en el cual los atenienses como fuerza invasora abren un espacio para el diálogo con los invadidos, en este caso los Melios. Se debe destacar que no existe evidencia que de rigor histórico a la existencia de estas conversaciones. Esto lo señala el autor Alfonso Gómez Lobo en el estudio titulado “El dialogo de Melos y la visión histórica de Tucídides” cuando propone lo siguiente (Lobo): “Es muy poco verosímil que el texto de Tucídides reproduzca literalmente las conversaciones, si es que éstas tuvieron lugar.” (p. 248). Ahora bien, lo que actualmente se conoce como la Trampa de Tucídides o Teoría de Tucídides, es un principio o concepto originalmente planteado por el politólogo norteamericano Graham T. Allison, y propuesto como título de su artículo publicado en el año 2015, haciendo referencia a la posibilidad latente de un conflicto armado ocasionado por el miedo de una potencia hegemónica de perder su poder, influencia y autoridad ante una potencia emergente, originalmente en el artículo se aplica el acontecimiento histórico de la guerra del Peloponeso entre Esparta como potencia hegemónica frente a Atenas como potencia emergente, al contexto de la rivalidad entre Estados Unidos y China. En este artículo se aplicará esta teoría al escenario planteado en el conflicto Ruso-Ucraniano, siendo en este caso Rusia la potencia hegemónica y Ucrania la emergente.
Those who do not know their past will be doomed to repeat it, pointed out the North American philosopher originally from Spain, George Santayana. That is why, throughout history, politicians, historians, diplomats, and the military, among many other experts and connoisseurs of history and philosophy, have analyzed the well-known "Thucydides trap" referring to tension with lethal consequences. that is created when an emerging power challenges a hegemonic power, thus creating the necessary conditions for the start of an armed conflict. This phenomenon was originally raised by the Athenian philosopher, soldier, and historian Thucydides, who is credited with being the father of scientific historiography and the school of political realism, all this as a result of his narration "History of the Peloponnesian War". In this work, Thucydides takes as his starting point the well-known "Dialogue of Melos," in which the Athenians, as an invading force, open a space for dialogue with the invaded, in this case, the Melians. It should be noted that there is no historically accurate evidence for the existence of these conversations. This is pointed out by the author Alfonso Gómez Lobo in the study entitled "The dialogue of Melos and the historical vision of Thucídides" when he proposes the following (Lobo): "It is very unlikely that Thucídides' text literally reproduces the conversations, if it is these took place." (p. 248). Now, what is currently known as the Thucydides Trap or Thucydides Theory, is a principle or concept originally raised by the American political scientist Graham T. Allison and proposed as the title of his article published in 2015, referring to the latent possibility of an armed conflict caused by the fear of a hegemonic power of losing its power, influence, and authority before an emerging power, originally in the article the historical event of the Peloponnesian war between Sparta as a hegemonic power against Athens is applied as an emerging power, to the context of the rivalry between the United States and China. In this article, this theory will be applied to the scenario raised in the Russo-Ukrainian conflict, in this case, Russia being the hegemonic power and Ukraine the emerging one.
Tomando como punto de partida la cita del filósofo Tucídides, en su obra “Historia de la Guerra del Peloponeso” en la cual postula (Morales, 2019) “Fue el ascenso de Atenas y el temor que esto infundió en Esparta lo que hizo inevitable la guerra”, el politólogo y autor estadounidense Graham T. Allison postuló lo que conocemos como la Trampa de Tucídides, analizando la tendencia hacia el conflicto armado cuando una potencia dominante (en este caso Esparta) es desafiada por otra potencia emergente (en este caso Atenas). En el escenario planteado por Graham Allison, la potencia hegemónica es Estados Unidos y la emergente sería China. Ahora bien, para el desarrollo de este artículo, los actores sujetos del análisis serían Rusia como potencia dominante y Ucrania como potencia emergente.
Este artículo cobra gran importancia en el contexto del escenario mundial actual, ya que el paralelismo del conflicto armado entre Rusia y Ucrania es muy significativo al contrastarlo con lo propuesto en su momento por Tucídides y posteriormente, por Graham Allison. Se debe tener en cuenta el alcance global que ha tenido este conflicto, creando secuelas políticas, económicas y más importante aún, de derechos humanos, que han vapuleado el equilibrio geopolítico mundial.
Al analizar el conflicto Ruso-Ucraniano, a través de un contraste con lo propuesto por Tucídides, se manifiesta la pregunta central de este artículo: ¿Es posible analizar el conflicto armado entre Rusia y Ucrania desde la óptica de la teoría de Tucídides acerca de la guerra del Peloponeso? Este punto constituye un interesante y vasto objeto de investigación que se hace eco de una teoría nacida en la Grecia clásica, según la cual el temor de una potencia hegemónica de perder esta hegemonía frente a otra potencia en desarrollo puede desencadenar una escalada en hostilidades que derive en una guerra, esto aun hoy, en pleno siglo XXI, aplica al contexto de los conflictos modernos entre potencias con alcance global.
El caso particular analizado en este artículo sería el interés de Ucrania por una parte, y de Rusia por otra, de controlar los territorios que constituyen la frontera común entre ambos países, así como aumentar su influencia global y regional respectivamente.
El militar e historiador prusiano Carl Von Clausewits (Sáez, 2019) “La guerra es la continuación de la política por otros medios” la cosmovisión de Clausewits ha hecho de su postulado uno de los más analizados actualmente tanto en escuelas militares como de negocios y aplicando este tratado al objeto de este artículo, es evidente que el conflicto entre Rusia y Ucrania tiene su origen en intereses y ambiciones de carácter geopolítico que han marcado el actuar de las potencias beligerantes.
La ambivalencia política según la cual el conflicto bélico es consecuencia de intereses de otra naturaleza, no representa ninguna novedad. Así mismo, ha de tenerse en cuenta que la rivalidad entre potencias se ve contenida por las consecuencias de un conflicto abierto, para explanar este punto de vista desde el contexto histórico, en este contexto Morales (2019) plantea: “aunque la rivalidad entre Atenas y Esparta era inevitable, probablemente hubiera podido evitarse una gran guerra” (p. 932).
Ahora bien, en lo referente a las causas que derivaron en el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, existen dos tendencias que explican cada una desde su perspectiva, las causas de la guerra: el realismo clásico y en yuxtaposición, el realismo ofensivo. Quienes amparan sus conclusiones en el realismo clásico señalan que la causa del conflicto es la continua ampliación territorial de la OTAN en las zonas limítrofes con Rusia, acerca de esto Busso y Barreto (2022), plantean lo siguiente: “la continua ampliación territorial de la OTAN en las fronteras con Rusia en el contexto histórico que siguió al colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como una de las mayores causas de la guerra” (p. 56).
De forma paralela, quienes mantienen una postura neoconservadora amparada en el realismo ofensivo, niegan que la expansión de la OTAN a través de la anexión de nuevos estados miembros de la alianza sea causante del conflicto actual, mantienen que el origen de la guerra son las tensiones de la era postsoviética, junto con el deseo de expansión territorial ruso.
A partir de este punto, podemos observar que las partes en beligerancia se señalan entre ellas como responsables, a pesar de esto, encontramos también un punto en común, y es la ambición de ambas potencias por el dominio territorial, creándose un conflicto de intereses que tuvo como consecuencia un enfrentamiento armado.
Luego de la disolución de la Unión Soviética, se sucedieron una serie de conflictos que conllevaron a una gran complejidad en el proceso de creación de las repúblicas independientes, consecuencia directa de la disolución soviética. En fecha 31 de agosto del año 2008, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa Dimitri Medvedev, precisó cuáles son los principios básicos de la política exterior rusa, a saber:
Al manifestar de forma pública estos principios, en particular el quinto “Reconocimiento por parte de Rusia de zonas geográficas de interés privilegiado”, mismo que sirve de guía para la política exterior rusa, dejando planteada la base para futuras intervenciones rusas en el exterior y que irrevocablemente al colisionar con los intereses de otras potencias se crean conflictos que, dependiendo de la naturaleza de los intereses y de las circunstancias, pudiera ser armado.
Esta doctrina en cuanto a política exterior en Rusia, surge como consecuencia de las ampliaciones de la OTAN, comenzando con la anexión de la República Checa y Polonia en el 1998, continuando con Europa Oriental y Central, posteriormente, los países bálticos en el año 2004, a esto se suma la residencia de ciudadanos rusos ya sean étnicos o naturalizados en Osetia del Sur, Abjasia y Transnistria.
En este contexto, la política exterior de Rusia se ha orientado en asegurar su influencia y dominio sobre las Repúblicas exsoviéticas, potenciando así sus intereses nacionales en el ámbito territorial y de seguridad, así como en el afán de asegurar su relevancia como pieza importante en el ajedrez de la política internacional.
Asimismo, es relevante destacar, la forma en que Rusia ejerce esta política exterior de corte agresiva y expansionista, la cual no es uniforme ni tampoco igual en cada territorio ocupado, sino que se desarrolla de diferentes maneras y modalidades según el caso, nos permitimos citar al autor Jiménez (2018), para quien “La creciente política intervencionista por parte de Rusia en los diferentes territorios adquiere diversas modalidades” (p. 2).
Este expansionismo ruso tiene amplios antecedentes, citando a Sanchis (2022) “El Kremlin lleva bastante tiempo valiéndose de conocidos como "conflictos congelados" para expandir el alcance de su influencia y sus fronteras” (p. 3). A lo largo de los últimos 30 años, Rusia ha respaldado los regímenes prorrusos en Transnistria, Moldavia y Georgia, así como ha apoyado a los separatistas en Abjasia y Osetia del Sur, estas provincias cuentan con una amplia población de habla rusa, posteriormente, Rusia anexó por la fuerza Crimea a su territorio y a continuación dio su apoyo a los separatistas en el Donbas.
En todos estos casos, el temor ruso de perder la influencia en estos territorios fue el detonante para iniciar estas intervenciones, enarbolando siempre como excusa el actuar como protector de los ciudadanos étnicamente rusos.
Ahora bien, al ubicarnos en el contexto de la geopolítica internacional del escenario actual en el conflicto armado en Ucrania, tenemos que Rusia ha aplicado la misma lógica en la toma de sus decisiones según la cual justifica sus intervenciones anteriores, sosteniendo “que los ciudadanos de habla rusa en territorio ucraniano eran víctimas de un genocidio" (Sanchis, 2022).
Dichas expansiones territoriales y la subsecuente guerra en Ucrania, parten del sentir ultranacionalista del presidente Vladimir Putin, que tiene la determinación de revivir la antigua grandeza rusa de los tiempos de los zares, así como la reintegración de los territorios que en otra época fueron parte del imperio ruso y que considera le fueron arrebatados a Rusia. Por todo esto, se puede afirmar que el conflicto ruso-ucraniano fue causado por el deseo de Vladimir Putin de dominar Europa, y ante este escenario, Ucrania que manifestaba su proximidad hacia occidente, representaba una amenaza para estos proyectos geoestratégicos por parte de Rusia, y por tanto, al analizar estos hechos desde la óptica de la Trampa de Tucídides es claro que el conflicto armado solo sería cuestión de tiempo.
A raíz de la llegada de Putin al Kremlin, Rusia ha sufrido una evolución acelerada en cuanto a la mejoría económica y su creciente influencia en el ámbito internacional. Así también, ha surgido el fenómeno del culto a la personalidad del presidente Putin, aunque hasta cierto punto esto podría considerarse normal dado el sistema político ruso, donde el presidente ocupa la cúspide en una línea vertical de poder.
Esto crea una profunda dificultad para realizar un correcto análisis de la política internacional rusa, la cual como ya se ha explicado está condicionada a los intereses de corte postsoviéticos. En su mayoría, estas doctrinas en política exterior comenzaron en el año 2000. Esto podría considerarse como un retorno a los intereses de la Rusia tradicional, en lo que en el ámbito ruso denominan “su posición en el mundo”.
Así las cosas, abordando el tema del conflicto actual entre Ucrania y Rusia, surge un claro paralelismo con lo planteado en la Trampa de Tucídides o la Teoría de Tucídides, ya que dicha teoría postula que cuando emerge una potencia que amenaza con terminar con la hegemonía de otra potencia, el conflicto entre ambas prácticamente es inminente.
La Teoría de Tucídides explicaba originalmente el conflicto hegemónico entre Esparta y Atenas, y subsecuentemente, se ha aplicado la misma lógica teórica al análisis de acontecimientos acaecidos en gran cantidad de conflictos en la historia. Y este es precisamente el eje central de este artículo, aplicar esta teoría al actual conflicto entre Ucrania y Rusia, mismo en el que Rusia vendría a ser la potencia hegemónica y Ucrania la potencia emergente, y se plantea el conflicto por el interés de ambas potencias por ejercer el control de las zonas fronterizas ubicadas en el territorio limítrofe entre las naciones beligerantes.
Es indudable que existen muchos otros factores que ejercen influencia en un acontecimiento que tiene repercusiones globales, como lo es una guerra abierta y a gran escala en el territorio de la Europa continental. Aun así, el aspecto hegemónico y el dominio fronterizo teniendo como objetivo imponer intereses y afianzar la seguridad nacional, es la causa predominante de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Teniendo este hecho bien establecido, debe también considerarse la máxima filosófica propuesta por el historiador, militar y teórico prusiano Carl von Clausewitz (Sáez, 2019) “La guerra es la continuación de la política por otros medios”, esta visión global ha convertido al tratado propuesto por Clausewitz en uno de los más estudiados en tiempos contemporáneos en las escuelas de negocios y academias militares al rededor del mundo. Por tanto, es posible concluir que el conflicto entre Ucrania y Rusia responde a intereses geopolíticos que han dictado el proceder de las partes en beligerancia.
Tomando en cuenta que todo conflicto entre naciones responde a un compendio de intereses políticos que buscan imponerse prevaleciendo sobre el rival, podemos observar como Rusia en el transcurso de los últimos 30 años ha respaldado los regímenes prorrusos en Transnistria, Moldavia y Georgia, así como ha apoyado a los separatistas en Abjasia y Osetia del Sur, estas provincias cuentan con una amplia población de habla rusa, posteriormente Rusia anexó por la fuerza Crimea a su territorio y a continuación dio su apoyo a los separatistas en el Donbas.
En todos estos casos, el temor ruso de perder la influencia en estos territorios fue el detonante para iniciar estas intervenciones, enarbolando siempre como excusa el actuar como protector de los ciudadanos étnicamente rusos.
Ubicándonos en el contexto de la guerra actual entre Rusia y Ucrania, Rusia sostiene sus acciones justificándolas con la misma lógica aplicada anteriormente sosteniendo “que los ciudadanos de habla rusa en territorio ucraniano eran víctimas de un genocidio” (Sanchis, 2022). Argumentando también la necesidad de desnazificar el territorio ucraniano, para así garantizar la seguridad de los ciudadanos rusos.
Todas las expansiones territoriales llevadas a cabo por Rusia, así como la guerra en Ucrania, surgen impregnadas de un arraigado sentimiento nacionalista del presidente Vladimir Putin, en una ciega determinación por reestablecer la grandeza rusa vivida en la época de los zares, que considera le fue arrebatada. El rescate de lo que se considera un derecho ancestral, más allá del dominio territorial, siempre ha sido un potente catalizador y detonante para las aspiraciones imperialistas rusas, junto con la búsqueda de ser un miembro influyente en la política internacional con el objetivo claro de ser una potencia hegemónica en los escenarios internacionales.
A todo esto, se suma la impresión que tienen las elites rusas de que su país se encuentra en una visible desventaja frente a las potencias occidentales en la competencia por la hegemonía y poder mundial, y esto conduce a una política exterior rusa basada en la desconfianza por el acercamiento ucraniano hacia occidente. Por lo tanto, a pesar de la mejoría en la situación económica rusa desde la llegada al poder del presidente Putin, Rusia evidencia una marcada obsesión que la impulsa de forma constante a demostrar su fuerza ante las potencias que considera rivales en el escenario internacional, en puntos que pudieran estar más allá de lo conveniente para la economía nacional rusa.
Busso, A. & Barreto, M. (2022). Revisitando las visiones occidentales sobre la guerra en Ucrania. Principales teorías, enfoques y actores. https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/15469/1/revisitando-visiones-occidentales%20.pdf
Jiménez, J. Á. (2018). El Vecindario oriental de la Unión Europea y los conflictos postsoviéticos. Revista de Estudios en Seguridad Internacional 4(2). 49 – 66. http://www.seguridadinternacional.es/resi/index.php/revista/article/view/97/163 http://dx.doi.org/10.18847/1.8.4
Lobo, A. G. (s.f.). El diálogo de Melos y la visión histórica de Tucídides. Estudios Públicos. 44. 247 – 273. https://www.estudiospublicos.cl/index.php/cep/article/view/1409/2380
Morales, S. (2019). La validez de las enseñanzas de Tucídides en el siglo XXI. Tres siglos. 931 – 940. https://armada.defensa.gob.es/archivo/rgm/2019/06/cap08.pdf
Sáez, S. V. (2019). Los mandamientos para la guerra según Clausewitz. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20190929/47682162765/los-mandamientos-para-la-guerra-segun-clausewitz.html
Sanchis, A. (2022). Recuperando la Gran Rusia: el expansionismo de Putin durante los últimos años, explicado en mapas. https://www.xataka.com/magnet/recuperando-gran-rusia-expansionismo-putin-durante-ultimos-anos-explicado-mapas