En Prospectiva - Revista científica arbitrada | Universidad Yacambú | ISSN: 2959-3425
Revista Honoris Causa | Universidad Yacambú

Vol. 5 N° 1

Enero - Junio 2024

Develando los entramados de la neurogerencia universitaria desde una apropiación ontológica

Unveiling the frameworks of university neuromanagement from an ontological appropriation

Carolina Trinidad Bocaranda
Docente Universidad Yacambú

Recibido: 19-03-2024
Aceptado: 15-04-2024

RESUMEN

La Neurogerencia es una disciplina que aplica los conocimientos de la neurociencia al ámbito empresarial, que investiga y estudia los mecanismos intelectuales y emocionales relacionados con la gestión de las organizaciones y personas desde la neurociencia cognitiva (Braidot, 2008). En este sentido, la intencionalidad del presente ensayo constituye una aproximación teórica acerca de una investigación de mayor alcance cuyo tema es la Neurogerencia en el ámbito universitario desde una visión ontológica. Es así como su propósito consiste en develar la manera cómo ha de ser interpretado y comprendido el ser humano, actor social fundamental en el escenario de las instituciones de educación superior; más allá de la óntica y enriquecido por la concepción ontológica propuesta por Heidegger (2005) desde el ser-ahí o Dasein. A partir de esta propuesta, el proceso de investigación y la significación del conocimiento se fundamentan en un enfoque cualitativo con postura paradigmática-interpretativa, que se vale de fuentes bibliográficas para develar la realidad objeto de interés. Los hallazgos perfilan una serie de inquietudes teóricas y ontológicas capaces de direccionar los futuros pasos del proceso investigativo en un camino de autorreflexión constante que mire el hecho estudiado desde su complejidad humana.

Palabras clave:
gerencia; neurogerencia; ámbito universitario; ontología

ABSTRACT

Neuromanagement is a discipline that applies the knowledge of neuroscience to the business field, investigating and studying the intellectual and emotional mechanisms related to the management of organizations and people from cognitive neuroscience (Braidot, 2008). In this sense, the intention of this essay constitutes a theoretical approach to a broader research whose topic is Neuromanagement in the university environment from an ontological vision. Thus, its purpose is to reveal the way in which the human being, a fundamental social actor in the scenario of higher education institutions, must be interpreted and understood; beyond the ontic and enriched by the ontological conception proposed by Heidegger (2005) from being-there or Dasein. Based on this proposal, the research process and the significance of knowledge are based on a qualitative approach with a paradigmatic-interpretive stance, which uses bibliographic sources to reveal the reality of interest. The findings outline a series of theoretical and ontological concerns capable of directing the future steps of the investigative process in a path of constant self-reflection that looks at the fact studied from its human complexity.

Keywords:
management; neuromanagement; university scope; ontology

Abordaje Inicial

El presente ensayo, constituye la aproximación a una investigación de mayor alcance que pretende estudiar la Neurogerencia en el ámbito universitario desde una visión ontológica; de manera que lejos de afianzarse en certezas, se interroga constantemente acerca del hecho más que meramente administrativo-gerencial, o de la aplicación de herramientas y técnicas propias de la neurociencia en el ámbito gerencial, acerca de la manera cómo debe ser interpretado y comprendido el ser humano que hace vida en el escenario de la educación superior, procurando una mirada más allá de la óntica, enriquecida por la concepción ontológica propuesta por Heidegger (2005); es decir, el ser-ahí o Dasein; y la forma cómo abordar, desde el paradigma interpretativo y bajo un enfoque fenomenológico, el tema de mi investigación.

Por esta razón se realiza un abordaje inicial acerca de las implicaciones de la gerencia y de la Neurogerencia como ciencias que establecen vínculos de comunicación transdisciplinaria en procura del cumplimiento cabal de la misión y visión organizacional, para el alcance de sus propósitos y objetivos. Sin embargo, esta mirada se problematiza cuando se comprende que el insumo trascendental y básico sobre el cual se direccionan todos los proyectos organizativos es precisamente el individuo con sus emociones, sensaciones, aspiraciones e inquietudes naturales. Luego se desarrolla el discurrir propiamente ontológico acerca del ser humano universitario, actor social que hace vida en el escenario empírico, cuya órbita vital se testimonia a través de un ser dialógico y narrativo. Por último, se concluye con un final que deja abierto el deseo por continuar indagando acerca de las inquietudes onto-epistémicas expresadas y que constituyen uno de los estímulos de la investigación.

Gerencia y Neurogerencia

La gestión empresarial determina el éxito o fracaso de las organizaciones; es por ello que en un mundo globalizado, lleno de incertidumbre y caos, gobernado por fuerzas en constante cambio y transformación, en escenarios de profundas innovaciones generadas por la dinámica mundial, los avances en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), la presencia cada vez más determinante de la Inteligencia Artificial (IA), entre otros aspectos; ha generado un entorno de incertidumbre e invención, a tal efecto las organizaciones requieren cada vez de una gerencia que dé mayor respuesta a esos entornos. Es así como el talento humano conformado por líderes, gerentes y colaboradores debe ser capaz de adaptarse a estos desafíos, vislumbrar las oportunidades y liderar equipos en un entorno empresarial complejo y diverso; por consiguiente, la gestión efectiva es esencial para la toma de decisiones estratégicas, la optimización de recursos y la consecución de objetivos en las organizaciones.

En este sentido, es fundamental que los actores inmersos en la gestión empresarial se adapten a los cambios vertiginosos que ocurren en el mundo corporativo impulsado por los adelantos en las tecnologías, que, de manera recursiva y ascendente, escalan hacia procesos cada día más complejos que retan a la persona conminándolo hacia la toma de decisiones de forma rápida y asertiva. Por lo tanto, cada vez se exige más el aplomo, la entereza, el equilibrio, la ponderación como virtudes potenciales y reales en quienes tienen la tarea de liderar, ejecutar, diseñar y ejercer los diferentes roles que tienen lugar en las organizaciones.

Para conjurar estas realidades cambiantes, debemos estar conscientes de las oportunidades y desafíos que surgen en un mundo de constante evolución y comprender la complejidad de los procesos gerenciales en los cuales conviven elementos sociológicos, políticos, mitológicos, afectivos, económicos, culturales; en general, factores de diversa y variada índole dentro de un clima de gran incertidumbre. Para ello, la gerencia requiere de estrategias, técnicas, procedimientos y, sobre todo, de la transdisciplinariedad para buscar soluciones a las dificultades que se le aparecen de manera cotidiana. A tal efecto Chavarro y Piña (2017) señalan la importancia en las organizaciones de un proceso de mejoramiento centrado en las habilidades laborales, profesionales y personales de los miembros que la integran, así mismo indica que en respuesta a ese cambio, surge la Neurogerencia, como un método derivado de la neurociencia para generar cambios en la gestión empresarial.

En este sentido es importante señalar que la Neurogerencia es la aplicación de la neurociencia a la gerencia para la gestión exitosa en las empresas. Se trata de conocer y comprender el proceso neurofisiológico del ser humano y potenciar sus habilidades para el desarrollo de las competencias personales en el ámbito empresarial. La idea aquí expresada se lee sencilla; sin embargo, constituye un reto pues el cerebro humano, es cada vez objeto del mayor interés investigativo orientado a seguir desentrañando sus procesos biológicos y cognitivos. En breves palabras, la Neurogerencia es una ciencia con grandes potencialidades visto el interés que tiene la comunidad científica en la neurociencia.

En las ciencias de la conducta, es mucho lo que se ha avanzado con respecto del comportamiento neuropsicosocial del individuo; es justo reconocerlo, pero todavía algunas personas distinguen y separan, como si de compartimentos estancos se trata, el cuerpo del alma y la mente del cerebro. Estas reflexiones corren el riesgo de ser consideradas peregrinas, exageradas y hasta inútiles; sin embargo, son la nuez de la investigación científica que he acometido, lo cual pone en relieve la importancia y trascendencia del sujeto que la motiva; es decir, del ser humano; único ente capaz de constituirse en sujeto histórico que reflexiona y actúa de acuerdo con propósitos más que instintivos, se interroga acerca de su propia existencia y de todo lo que le rodea, y fundamentalmente se cuestiona a sí mismo.

Consecuente con lo anteriormente expresado, existe una preocupación de carácter ontológico que manifiesta Hustvedt (2021) cuando interroga:

Si alguien cree que la mente es distinta del cerebro, entonces la pregunta es: ¿qué tiene la mente que no tiene el cerebro? ¿Hay algo más allá de nuestra materia gris que se deba considerar al concebir la mente? ¿Es inmaterial la mente? (p. 26).

Al parecer existe un amplio debate donde se distingue entre mente y cerebro, que opina que la primera es inmaterial y no así el segundo; sin embargo, cada día se reconocen más íntimamente vinculados e indisolubles: entonces, ¿cómo explicar la unidad de dos entes disímiles? Es más, aunque en la actualidad muchos filósofos y científicos descreen de la dualidad cartesiana que separa al cuerpo (res extensa) del alma (res cogitans), y se inclinan por el monismo spinoziano, conviene admitir que el Racionalismo se sigue imponiendo como una corriente de pensamiento dominante. Es claro que los temas aquí expuestos sirven de antesala a una reflexión más profunda acerca de la naturaleza y esencia de las cosas, del ser: es decir, se trata de un tema ontológico que será abordado a continuación.

Una Disertación Ontológica

La fuente primigenia de toda ciencia nace a partir del cuestionamiento. Es improbable que una mirada acomodaticia, complaciente y satisfecha conduzca al saber. La duda es el motor de la investigación. En el acontecer científico, dicha duda ha de ser metódica, ordenada, clara en sus propósitos; en consecuencia, resulta natural preguntarme acerca del fin último, es decir, teleológico de una investigación que persigue generar una aproximación teórica acerca de la Neurogerencia en el ámbito universitario desde una visión ontológica. ¿Cómo abordar la dimensión ontológica dentro de la cual se circunscribe mi propósito? ¿Cómo tender esa visión ontológica; esa mirada que pretende captar una realidad que vaya más allá de lo concreto y se fundamente en la esencia? Por ahora, creo que puedo anticiparme a toda respuesta y reconocer que el tema es complejo, pero su complejidad genera el deseo de intentar un acercamiento donde muy seguramente emergerán más preguntas que respuestas.

La cuestión ontológicasurge en la antigüedad gracias a filósofos y pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes se abocaron al estudio y comprensión del ser; sin embargo, se atribuye a Parménides haber incluido antes esta temática dentro de la filosofía como ciencia madre preocupada por indagar acerca de todo lo que hay. De allí que la ontología es la rama de la filosofía que se dedica a reflexionar sobre los modos esenciales de existencia de las cosas; es decir, es el estudio del ser, su naturaleza, la existencia y la realidad, tratando de determinar las categorías fundamentales; pretende explicar la parte del ser o de la realidad que nos rodea y que desde una mirada científica se constituye en objeto de estudio. En breves palabras, la ontología se interroga acerca del por qué existe algo en lugar de la nada.

Es así como desde los griegos, la realidad era apreciada como un hecho externo, independiente, subsumida dentro del propio discurso metafísico donde la preocupación por el ser paradójicamente lo dejaba afuera. Para los griegos y luego, para Occidente, los entes (las cosas) eran “ajenos” a los hombres y se encontraban del lado de “afuera”; por esta razón, Aristóteles dijo que llamar entes a las cosas resultaba incorrecto y propuso la denominación de substancia como categoría básica de la cual se desprenden otras categorías o accidentes: cantidad, cualidad, relación, acción, pasión lugar, tiempo, posición y hábito (García, 1981). Con la publicación en 1927 de Ser y Tiempo, Heidegger (ob. cit.) romperá con la tradición cuestionando que la filosofía se ha dedicado a hacer metafísica, poniendo a un lado la auténtica temática del ser por concebirlo omniabarcante, indefinible y autoevidente, lo cual no deja de ser cierto, pero es insuficiente.

En vista de lo precedente, Heidegger (ob. cit.), producirá un entramado teórico que permita burlar el error arrastrado por la historia de la filosofía que hasta ahora ha tratado de comprender al ser desde la perspectiva del ente considerándolo una cosa más. Emerge entonces el neologismo Dasein (ser-ahí) para distinguir al único ente que interroga acerca de la existencia del ser; de esta manera la óntica se ocupa de la existencia de las cosas por si mismas, de la ontología, y la adopta para indicar el modo propio del ser humano en el mundocapaz de interpretar la esencia de las cosas. De esta manera y desde la perspectiva del filósofo alemán, la realidad en nuestro entorno no es independiente, es relacional, es consistente, pues existe cony no se trata de meros objetos que nos rodean: ellos son el resultado de nuestra visión y percepción.

Es oportuno insistir con Heidegger (ob. cit.) en su afirmación de que:

Toda ontología, por rico y sólidamente articulado que sea el sistema de categorías de que dispone, es en el fondo ciega y contraria a su finalidad más propia si no ha aclarado primero suficientemente el sentido del ser y no ha comprendido esta aclaración como su tarea fundamental. (p. 21-22)

De la anterior conjetura surge una de mis primeras inquietudes al posicionarme como investigadora que, desde un enfoque fenomenológico, desea ocuparse del tema de la Neurogerencia, siendo que Heidegger (ob. cit.) nos advierte que la estructura misma de la realidad está escondida tras la banalidad cotidiana de los hechos humanos y que no es nada fácil ir más allá de representaciones esquemáticas preconcebidas.

Bajo estos argumentos, Lozano (2015) aporta:

Se trata de distinguir entre lo existentivo (existenziell) u óntico del ser hu­mano, aquellas propiedades o aspectos que posee en cuanto es un ente más, y lo existencial (existenzial) u ontológico, aquellos elementos que se refieren al ser humano en tanto condicionado por su comprensión del Ser, aquello que lo convierte en un ser-ahí. (p. 3)

En definitiva, me propongo conocer el modo del ser humano (más propiamente, Dasein) y la realidad objeto de estudio a través de la interrelación con los actores sociales por medio de la observación y la entrevista a profundidad; es decir, de sus aportes lingüísticos, tomando como punto de partida la cotidianidad de sus labores, de su realidad subjetiva.

De esta manera, la dimensión ontológica, me lleva a entender la importancia de comprender esos significados desde la intersubjetividad de ellos, así como la construcción de su realidad en atención a la Neurogerencia. Tal como lo expresa Pérez (1994), para quien conocer la realidad significa acercarse a ella, desvelarla, con el fin de transformarla, es el ámbito en el cual se desarrolla la vida del hombre; a tal efecto desde este plano del conocimiento investigaré la naturaleza, existencia y lo concerniente a la realidad de los actores sociales y su ámbito laboral, donde se desenvuelven diariamente.

Es así como, esta realidad por investigar es dada por la percepción que tiene cada actor social que la capta como propia y no como sucesos externos a ellos. Apropiándome de las reflexiones de Lozano (ob. cit.) tematizo a modo de pregunta lo que para dicho autor es una afirmación: ¿Podré acaso alcanzar este propósito?:

Lo primario que se trata de entender no será accesible desde los conocimientos de un sujeto acerca de los objetos, ni siquiera desde los actos del sujeto sobre los objetos, sino desde los comportamientos del sujeto, que incluyen tanto a los objetos como a lo que el propio sujeto experimenta en sí mismo. Comportamientos del sujeto que son previos u originales respecto a la posterior nivelación que producen las categorías objetivantes de la teoría y de la razón. (p. 2).

He allí parte del dilema, lograr enfocarse en el comportamiento de los sujetos (los actores sociales y de mi propia persona en calidad de investigadora que como observadora también participa de la realidad presente), el cual se produce de manera original y precede o se antepone a toda consideración teorizante que pretende encasillarlo en categorías preestablecidas. Para expresarlo, en otros términos, se trata de aplicar la epojé reclamada por Husserl (1991), cuando estudiamos el fenómeno.

En atención al discurso precedente, resulta oportuno señalar que la Neurogerencia se relaciona con la ontología toda vez que se centra en el desarrollo personal y profesional de los colaboradores, así como en la creación de un ambiente laboral saludable y productivo: mientras la ontología irrumpe en la naturaleza de lo que existe, el objetivo de la Neurogerencia es conocer y comprender el proceso neurofisiológico del ser humano y potenciar sus habilidades para el desarrollo de las competencias personales en el ámbito empresarial.

A su vez, Braidot (2008) aporta que el Neuromanament (como es denominada la Neurogerencia en inglés), es la aplicación de las neurociencias cognitivas al gerenciamiento y la conducción de organizaciones, se enfoca en los procesos neurológicos relacionados con la toma de decisiones; la inteligencia del individuo y la inteligencia de equipos, así mismo, la planificación y gestión de personas relativos a la selección, formación, interacción grupal y liderazgo; lo que significa que ciertas estructuras cerebrales están asociadas con la toma de decisiones efectivas y desenvolvimiento de los colaboradores, y desde una perspectiva ontológica podría influir en la percepción que tiene los colaboradores de su realidad en el escenario objeto de estudio.

Irrumpe entonces otra inquietud y es la relacionada con lo que Heidegger (ob. cit.) llama ciencias positivas y que define como aquellas que se ocupan de un ente claramente demarcado dentro de un ámbito y que él también llama ciencias ónticas, entre las cuales incluye la Física, la Lingüística, la Teología, la Biología, la Antropología y la Psicología. Por el contrario:

En tanto que ciencia del Ser, la Ontología o Filosofía es la ciencia que se ocupa de la dimensión a partir de la cual aparece cualquier ente o cualquier dato de una ciencia positiva. La filosofía, ontología fundamental o analítica existencial del ser-ahí, es previa al trabajo positivo de las diversas ciencias específicas que se ocupan del ser humano (Lozano, ob. cit., p. 3)

Aclaro que la inquietud va dirigida a cómo lograr combinar la condición de ciencia óntica que ampara la Neurogerencia, sin desperdiciar ni poner a un lado las virtudes de la ciencia ontológica que permita aprehender al ser. Esta preocupación me lleva a caminos trasegados por Ontiveros (2022), cuando se plantea, en el plano universitario, -un escenario empírico coincidente con el de mi investigación-, en lograr pasar del ser filosófico, heideggeriano, cuya identidad humana es ser en el mundo, la cual es difícil de percibir si se desea de ella un sentido lógico al cual se ata: ser, saber y trascendencia; y en su lugar, hablar de: ser, aprender y vivenciar, que la autora denomina: desatadura del ser en una lógica de vida cotidiana y de acción.

En este caso, se prefiere el aprendizaje y la vivencia a la sabiduría y trascendencia como manifestaciones que rigen el ser universitario en cuyo sentido lógico se hace narrativo, objetable y vívido dentro del espacio académico. Así, Gadamer (citado por Ontiveros, ob. cit.), interpreta que el sentido verdadero del ser reside en el habla, por lo cual se intercambia el plano del ser hermenéutico, materializado en el texto escrito, por el ser dialógico, narrativo, que se apoya en lo hablado “donde se amalgaman teorías, pensamientos, saberes, ideas, reafirmaciones y críticas, hecho realidad por el ser docente universitario” (Ontiveros, ob. cit., p. 288).

Consecuentemente, la autora antes citada abunda en las cualidades de un ser que se realiza en los espacios de la universidad, que deja su huella de vida en los pasillos donde conversa, indaga, cavila y que se manifiesta de diversas maneras; dígase constituido en ser: presencial, existencial, comprensivo-interpretativo, audaz, valiente, objetor-reflexivo, experiencial y proporcionador. ¿Son estas las formas y maneras distintas como debo aprehender y aprender de los seres que cohabitan en los espacios universitarios donde me muevo y donde desarrollo mi investigación? ¿Asegurará esta visión ontológica mi deseo de captar a un ser sujeto de acción, intersubjetivo, conducente a reconocer las potencialidades de la Neurogerencia como un modelo apropiado para dirigir los procesos universitarios?

Un Final Que No Termina

En este sentido, el discurso sostenido a lo largo de este ensayo, se insiste en su motivación primordial: aproximarse a la visión ontológica que inspira Heidegger (ob. cit.) para asir al ser que palpita en el Dasein (ser-ahí), capaz de manifestarse como ser en el mundo, a través de los actores sociales que viven la realidad universitaria cuando se trata de estudiar el proceso de aplicación e implementación de la Neurogerencia, como corriente transdisciplinar de la gerencia.

Con ello se busca evitar una perspectiva meramente instrumental y pragmática que solo atiende a los procedimientos y que olvida lo primordial: el ser humano. La tentativa se reconoce como difícil, aunque no imposible; en consecuencia, se han puesto de manifiesto inquietudes teóricas y ontológicas que pueden orientar la investigación para obtener dicho propósito. De allí que los caminos se consideran abiertos dentro de un horizonte reflexivo e intersubjetivo que busca co-construir una teoría acerca de la Neurogerencia en el ámbito universitario desde una visión ontológica, como unmodo de aprender desde la vivencia.

REFERENCIAS

Braidot. (2008). Neuromanagement: Cómo utilizar a pleno el cerebro en la conducción exitosa de las organizaciones. Ediciones Granica S.A.

Chávarro J, Piña L. (2017). Neuromanagement. Una estrategia gerencial para el éxito de una organización. Formación Gerencial, Año 16 (2).

García Bacca, J. (1981). Elementos de Filosofía. Caracas: Ediciones de la Biclioteca. Universidad Central de Venezuela (UCV).

Heidegger, M. (2005). Ser y tiempo. (Traducción de Jorge Eduardo Rivera de la versión original en alemán de 1972). Santiago de Chile: Universitaria.

Husserl, E. (1991). La crisis de las ciencias europeas y la Fenomenología trascendental. Barcelona: Crítica.

Hustvedt, S. (2021). Los Espejismos de la Certeza. Reflexiones Sobre la Relación Entre el Cuerpo y la Mente. Barcelona, España: Editorial Planeta.

Ontiveros, I. (2022). El ser y su Lógica. Revista In Situ, 5(5), pp. 285 - 290.

Pérez, G. (1994). Modelos Cuantitativo \Versus Cualitativo. Métodos. Madrid: Editorial Muralla S.A. https://concreactraul.weebly.com/uploads/2/2/9/5/22958232/investigacin_cualitativa.pf