Vol. 6 N° 1
Enero - Junio 2025
Este ensayo argumentativo se propuso explorar los retos y perspectivas inherentes a la gerencia del aula desde una hermenéutica axiológica para la formación universitaria. Para ello, se asumió una investigación documental, haciendo uso de la técnica del fichado que permitió la organización y selección de las fuentes consultadas, en términos de la búsqueda de las sesiones asumidas en el desarrollo teórico: hermenéutica axiológica en la educación universitaria, aula universitaria como espacio de construcción ética y social, perspectivas innovadoras para la formación axiológica. Entre los aspectos conclusivos se distingue que, la gerencia del aula, desde una hermenéutica axiológica, se concibe como un espacio transformador que integra valores éticos y aprendizaje significativo, promoviendo ciudadanos críticos con autonomía, como también en la formación integral para enfrentar los retos de una realidad socioeducativa dinámica y cambiante. La visión de futuro de este ensayo se interpreta hacia la consolidación de la gerencia del aula universitaria como un espacio educativo transformador, capaz de integrar enfoques axiológicos y pedagógicos innovadores que fortalezcan la formación integral con el compromiso del progreso ético y social.
This argumentative essay set out to explore the challenges and perspectives inherent to classroom management from an axiological hermeneutics for university education. For this, a documentary investigation was assumed, making use of the recording technique that allowed the organization and selection of the sources consulted, in terms of the search for the sessions assumed in the theoretical development: axiological hermeneutics in university education, university classroom as a space for ethical and social construction, innovative perspectives for axiological training. Among the conclusive aspects, it is distinguished that classroom management, from an axiological hermeneutics, is conceived as a transformative space that integrates ethical values and meaningful learning, promoting critical citizens with autonomy, as well as comprehensive training to face the challenges of a dynamic and changing socio-educational reality. The future vision of this essay is interpreted towards the consolidation of the management of the university classroom as a transformative educational space, capable of integrating innovative axiological and pedagogical approaches that strengthen comprehensive training with the commitment to ethical and social progress.
En el escenario contemporáneo de la educación universitaria, la gerencia del aula emerge como un espacio significativo en la formación integral de los estudiantes, donde se articulan además de las competencias técnicas y cognitivas en las áreas específicas del conocimiento, también se han de fundamentar los valores que activan el desarrollo ético y humano. En este sentido, la hermenéutica axiológica ofrece una perspectiva profunda para comprender, interpretar y resignificar los valores en el comportamiento sensible de la realidad adquirida a los procesos de enseñanza-aprendizaje y más allá de ello, en el sendero abierto de las interacciones pedagógicas.
Por tanto, el hecho de poder abordar en el aula todas estas implicaciones al considerar el espacio físico pertinente para la transmisión y edificación de conocimientos, se impacta la dinámica comprensiva que conlleva a la construcción de significados éticos y sociales. Esta afirmación se comparte con los planteamientos de Moscoso et al. (2023), quienes fundamentan el papel transformador de la universidad en el marco de atender desde la formación de una cultura ética, la trascendencia de algo más allá de las habilidades técnicas tradicionales.
De esta manera, los precitados autores hacen ver que, las universidades no deben limitarse al desarrollo de competencias técnicas, así como de habilidades duras, sino que deben convertirse en agentes activos en la reflexión y análisis de problemas sociales. Frente a esta realidad, se exige la promoción de responsabilidades compartidas en la generación de valores sociales, entendiendo que el aula, constituye un espacio de transmisión de conocimientos, además de un escenario propicio para el fomento del análisis crítico, la integridad y los valores que configuran el comportamiento ético y la interacción social. La relevancia de estas prácticas radica en su capacidad de modelar profesionales éticamente conscientes, capaces de contribuir al bien común en contextos organizacionales y sociales, así como generadores de desafíos frente a la corrupción y la falta de ética en el desarrollo de procesos y actividades.
De este modo, la gerencia del aula, entendida desde un prisma axiológico, plantea retos significativos en el marco de la formación universitaria. Entre ellos, destacan la necesidad de formar profesionales competentes y sensibles a las demandas éticas de sus contextos sociales; por ello, la capacidad de los docentes para modelar y fomentar valores en un entorno marcado por la diversidad y la globalización; se reconoce de la misma manera, en torno a la responsabilidad de las instituciones educativas en garantizar una formación que integre dimensiones axiológicas como eje transversal de los currículos.
Desde este contexto, el presente ensayo argumentativo se propuso explorar los retos y perspectivas inherentes a la gerencia del aula desde una hermenéutica axiológica para la formación universitaria, entendida como herramienta interpretativa al desentrañar los valores que configuran la formación integral del estudiante. A través de un análisis reflexivo y crítico, se buscó comprender el papel de los valores en el quehacer educativo, al tiempo que se aportan orientaciones prácticas que contribuyan al fortalecimiento de una educación universitaria comprometida con la ética, justicia y formación integral del ser humano.
En este entorno de ideas, se asumió una investigación documental como estrategia metodológica para analizar, interpretar y contextualizar los conceptos relacionados con la hermenéutica axiológica en la gerencia del aula universitaria. Para ello, se recurrió a la búsqueda sistemática de información a través de la web, seleccionando artículos científicos en idioma inglés provenientes de bases de datos académicas reconocidas.
La técnica del fichado permitió organizar y sintetizar los hallazgos relevantes, garantizando un abordaje crítico fundamentado en las fuentes consultadas con el propósito de construir un referencial teórico que sustente los retos y perspectivas de la formación universitaria desde un enfoque ético con sentido axiológico. Así, se desarrollaron los siguientes subtemas: hermenéutica axiológica en la educación universitaria, aula universitaria como espacio de construcción ética y social, perspectivas innovadoras para la formación axiológica.
El interés por integrar conocimientos explícitos e implícitos en el desarrollo de los objetivos curriculares es un contexto propicio en la formación universitaria que puede significar una oportunidad abierta para fomentar la dimensión ética en el marco de decisiones desafiantes de la realidad social, lo cual en términos de Serrano y Altamirano (2021) se trata de un escenario comprensible para que el docente proporcione el puente esencial de argumentos vinculantes entre la hermenéutica y axiología en la gerencia del aula, en tanto; ambas disciplinas permiten interpretar y valorar los elementos tácitos y explícitos involucrados en el proceso educativo.
De hecho, la hermenéutica, como método de interpretación, permite desentrañar los significados implícitos en las prácticas pedagógicas, mientras que la axiología ofrece un marco distinguido en la comprensión de los valores que orientan el hacer pedagógico hacia fines formativos éticos y humanistas. He allí donde el escenario de la gerencia del aula, encuentra focos iluminativos del saber hacer docente a través de manifestaciones que implican el reconocimiento de los valores y principios éticos puestos en práctica en virtud de las estrategias pedagógicas y las interacciones entre los actores educativos.
Al parafrasear los razonamientos de los precitados autores donde se reconoce la prioridad de la integración del conocimiento basado en evidencias y valores que guía decisiones críticas en la educación universitaria, también se ha de asimilar que la formación no se limita a la transmisión exclusiva de contenidos explícitos, sino que incluye el desarrollo de habilidades reflexivas que connotan la construcción de un ethos educativo favorable a la comprensión de la realidad socioeducativa, empatía y el respeto por la dignidad del ser humano.
Por ende, la hermenéutica axiológica emerge como una herramienta medular que garantiza la gestión pertinente de los retos educativos contemporáneos, permitiendo a los docentes interpretar y adaptar sus prácticas educativas y asesoramientos pedagógicos en función de contextos cambiantes, mientras cultivan en los estudiantes competencias éticas y valorativas esenciales para su desarrollo integral.
Ahora bien, la relevancia que da lugar a la interpretación de los valores en los procesos educativos universitarios radica en la capacidad del docente para transmitir principios éticos y morales que guíen a los estudiantes en su formación integral. Acá, vale la pena resaltar la investigación de Belarmino et al. (2024), relacionada con la enseñanza de valores que influyen en el desarrollo de la personalidad y el comportamiento de los estudiantes, al actuar como un eje transformador en su interacción con los demás y en la construcción de su rol como ciudadanos responsables.
En este sentido, el rol significativo del docente en atención a la dinámica señalada, se devela en términos de su actitud hacia la educación en valores, y en el marco distinguido de la orientación efectiva del proceso formativo. Por lo tanto, los valores enseñados en las aulas universitarias permiten que los estudiantes adquieran herramientas para ponerlas en práctica cuando se presenten desafíos sociales, exigentes de la convivencia armónica y el fortalecimiento de su capacidad de decisión ética en contextos complejos. Esta perspectiva, coincide con el enfoque de Bera y Chaterjee (2020), quienes argumentan que la educación en valores contribuye significativamente al desarrollo emocional, la tolerancia y el sentido de pertenencia, elementos esenciales en la formación de profesionales íntegros.
Por otra parte, la enseñanza de valores en la educación universitaria enfrenta algunas situaciones adversas, que son vistas por Dela Cruzu (2019), como la supuesta falta de tiempo y de énfasis en los valores, generando de este modo, conductas inapropiadas, además de problemas de disciplina en los estudiantes. Por ello, es fundamental que los docentes integren los valores en las asignaturas que administran, además de vivirlos y modelarlos en su interacción diaria con los actores socio educativos.
La idea que subyace a esta proposición, es el refuerzo en el diseño de estrategias que prioricen la formación axiológica, el fomento de competencias éticas y sociales sembradas en el ámbito académico y reflejadas en una contribución positiva a la sociedad. La interpretación y aplicación de los valores en el contexto universitario, por tanto, enriquecen el aprendizaje mientras se refuerce el rol del docente como facilitador del cambio social, promotor de una ciudadanía ética y responsable.
Igualmente, los fundamentos de la hermenéutica axiológica en la educación universitaria, cursan su dominio en la conexión entre la gerencia del aula y los principios axiológicos. Para este argumento se trae a colación la investigación de Ramírez (2025) quien proporciona un enfoque transdisciplinario y complejo, donde se hace énfasis en la integración de valores como una dimensión esencial en la educación, superando la mera transmisión de conocimientos. La investigación identifica que los docentes, como mediadores en el proceso de aprendizaje, desempeñan roles diversos y significativos, lo cual da a entender el interés por promover la autonomía y responsabilidad estudiantil.
Este planteamiento se alinea con las teorías de Vygotsky y Piaget, quienes enfatizan el aprendizaje como un proceso activo de construcción de significados, facilitado por la interacción entre estudiantes. En este contexto, la gerencia del aula es significativa al asumir sus espacios dentro de los principios axiológicos, como la equidad, inclusión y el respeto por la diversidad, integrados al desarrollo conjunto de las prácticas pedagógicas, para ir fomentando el desarrollo ético y social.
De forma similar, la investigación de Ramírez (2025) destaca el valor de la colaboración, junto al pensamiento crítico y la reflexión ética que se convierten en pilares que sostienen el enfoque gerencial en la educación basado en la ética de la complejidad, reconociendo su vez, una realidad educativa compuesta por múltiples dimensiones interconectadas, en tanto se exige un modelo de gerencia del aula que trascienda las fronteras disciplinarias y promueva la integración de saberes.
La universidad contemporánea enfrenta el reto de transformar el aula universitaria en un espacio que trascienda su función arquitectónica y se convierta en un ámbito de construcción ética y social. Según González et al. (2020), el diseño y la gerencia del aula tienen un impacto directo en la motivación académica, el bienestar socioeducativo y las relaciones interpersonales de los estudiantes. Este planteamiento se enmarca en la teoría del bienestar, que parte del principio del desarrollo de las capacidades y potencialidades de los individuos en un entorno educativo saludable y sostenible.
Desde esta perspectiva, el aula no se concibe únicamente como un contenedor de actividades, sino como un entorno sinérgico de actuaciones humanas, psicosociales, emocionales, pedagógicas, entre otras, dentro de las cuales se fomenta el aprendizaje significativo, las relaciones afectivas y la apropiación territorial por parte de estudiantes y docentes. Situación que da lugar a la promoción de un ambiente amigable y de satisfacción, ideal para el desarrollo integral de los estudiantes como agentes éticos y sociales en sus comunidades.
En este entorno de ideas, el aula universitaria se configura como un espacio de convergencia de variables históricas, culturales, sociales enriquecidas con las relaciones entre los agentes educativos. Es de este modo, como la gestión de este espacio se integra en los aspectos físicos, ambientales y motivacionales, alineados con las necesidades de bienestar y calidad de vida de los estudiantes.
Vale la pena destacar que, las tendencias investigativas recientes señalan un interés creciente en la relación entre el diseño del aula, su influencia en la reducción del estrés, la promoción de la inclusión y la diversidad. Estos desafíos requieren que la universidad adapte sus espacios, así como sus metodologías para responder a las demandas de una sociedad en constante transformación, consolidando el aula como un lugar donde se construyen valores éticos dado el fortalecimiento del tejido social a través de procesos educativos innovadores y humanizantes.
De esta manera, en este ejercicio reflexivo se atraen los elementos significativos respecto al rol del docente en la formación de valores éticos, actuando además de un transmisor de conocimientos especializados, como un modelo a seguir. Según Faujiah y Rezki (2023), el profesor tiene la capacidad de influir en el desarrollo integral del estudiante, promoviendo una conducta ética que abarca diversos aspectos de la vida, desde el comportamiento en el aula hasta la interacción en contextos sociales y profesionales. En el ámbito universitario, este rol se intensifica, al orientar y guiar a sus pupilos en senderos abiertos de reflexión y toma de decisiones responsables, lo que significa actuar desde la internalización de principios éticos que trascienden lo académico. La capacidad del educador al integrar estos valores en su práctica pedagógica es un ejemplo de conducta ética esencial para formar profesionales con un compromiso ético coherente.
Asimismo, el impacto del docente en la formación ética se extiende más allá de las aulas, configurando la personalidad y el carácter de los estudiantes en su transición hacia el mundo profesional. Sobre esta base, explican Faujiah y Rezki (2023), que la calidad educativa de una institución está intrínsecamente ligada a la habilidad con la cual son guiados los discentes hacia una comprensión profunda de los valores morales y éticos.
Por lo tanto, este proceso exige esfuerzo y dedicación, en la proyección de nuevos horizontes constructivos desde una visión holística que consolide el pensar, hacer y sentir con el conocimiento académico, desarrollo humano y ético, al tiempo que, el docente universitario tiene la responsabilidad de diseñar ambientes de aprendizaje que promuevan la reflexión ética, la tolerancia, justicia y paz como ideales transformativos de las aulas en espacios donde los valores éticos y humanos se vivencian y consolidan en la práctica cotidiana.
A ello se agrega, las dinámicas del aula para fomentar el análisis crítico y la reflexión ética, fundamentadas en estrategias de aprendizaje activo y enfoques colaborativos, como lo señala Domínguez (2024), al abordar la colaboración y el compromiso en las actividades promoviendo la socialización del conocimiento, creando un entorno de aprendizaje más inclusivo y democratizado. Estas estrategias van de la mano con la conexión de los conocimientos teórico-prácticos e interdisciplinarios, ampliando su comprensión de la disciplina.
La incorporación de evaluaciones formativas, como la autoevaluación y la evaluación entre pares, resalta el papel de la reflexión en el desarrollo de perspectivas éticas y críticas. Al alinear estas dinámicas con marcos colaborativos y de trabajo en equipo, los educadores pueden crear una cultura de aula donde la reflexión ética y el análisis crítico se nutran a través de interacciones compartidas y la resolución colectiva de problemas, posicionando a los docentes como facilitadores clave del crecimiento intelectual y moral.
Estas perspectivas, atraen el sentido de la integración de la ética y la axiología en los currículos universitarios, los enfoques pedagógicos basados en la hermenéutica axiológica, así como las propuestas de prácticas educativas que promuevan una formación integral. Ahora bien, al hacer énfasis en la gerencia de aula, se ha de asumir como un proceso esencial para fomentar la formación disciplinar del conocimiento, así como el desarrollo holístico del ser humano.
Tal como lo presentan Hess et al. (2024), se trata de una enseñanza ética significativa de enfoque contextualizado que respete y construya sobre las experiencias y valores previos de los estudiantes, respaldado por la participación activa de los docentes, quienes, mediante iniciativas como comunidades de aprendizaje interdisciplinarias, pueden transformar la percepción y habilidades para incluir principios éticos en sus currículos de manera coherente con las identidades académicas y personales.
De esta manera, se entiende que la ética no debe limitarse a reglas o códigos, sino promover una indagación reflexiva que conecte la práctica profesional con la vida personal. Se trata entonces de los esfuerzos para diseñar currículos éticos en la consideración de valores individuales, departamentales e institucionales, así como una reflexión continua sobre las identidades de los docentes; advirtiendo el hacer efectivo de los profesores como agentes de cambio capaces de integrar la ética de manera intencionada, representando así el aspecto medular de la gerencia del aula, formadora de ciudadanos críticos y responsables.
En concreto, la integración de la ética y la axiología en los currículos universitarios, con énfasis en la gerencia del aula, responde a la necesidad de transformar el enfoque educativo hacia una formación que fomente competencias Evalorativas y éticas, esenciales para enfrentar los desafíos del entorno contemporáneo. Al respecto, complementan Dauyenov et al. (2022) sobre el desarrollo de nuevos enfoques metodológicos en la formación docente en la intencionalidad de generar un impacto significativo en los estudiantes, promoviendo el pensamiento independiente y creativo más allá de la simple repetición de contenidos.
Asimismo, el concepto de axiología, entendido como la capacidad de valorar y asimilar el conocimiento desde una perspectiva espiritual y humana, requiere un modelo pedagógico centrado en el desarrollo integral del estudiante. Bajo este enfoque ético-axiológico se mejora la calidad del aprendizaje, al facilitar la conexión entre el educador-estudiante, permitiendo una interacción que promueva la reflexión crítica, así como la autorregulación emocional dentro del aula. En este sentido, la gerencia del aula debe trascender la instrucción técnica para convertirse en un espacio que motive el diálogo interno, la introspección y el desarrollo de habilidades éticas, contribuyendo así a la formación de ciudadanos conscientes y comprometidos con la sociedad.
Al tener en cuenta el propósito de explorar los retos y perspectivas inherentes a la gerencia del aula desde una hermenéutica axiológica para la formación universitaria, este ensayo concluye sobre la idea de conectar la interpretación y fundamento de los valores éticos en las prácticas pedagógicas, a fin de ir fortaleciendo la gerencia del aula como espacio transformador, en torno al desarrollo de competencias éticas, autonomía estudiantil y formación integral que responde a los desafíos de la realidad socioeducativa contemporánea.
Asimismo, se concluye que el aula universitaria, más que un espacio físico, emerge como un entorno dinámico y transformador donde convergen valores éticos, aprendizaje significativo, así como los procesos de socialización en las relaciones humanas. Su gestión integral fomenta una formación que articula el desarrollo académico, social y ético, consolidando ciudadanos responsables, comprometidos con una sociedad en constante cambio.
Las perspectivas innovadoras en la formación axiológica destacan la integración de valores éticos en los currículos universitarios, promoviendo el desarrollo integral del estudiante. Por lo tanto, a través de enfoques pedagógicos contextuales y reflexivos, la gerencia del aula se transforma en un espacio de diálogo, introspección y formación de ciudadanos críticos y éticamente responsables.
Belarmino, T.; Jianson, M.; Asdali, M. & Book, R. (2024). Learners' perspectives: Relevance of teaching values education in the 21st century. Psychology and Education: A Multidisciplinary Journal, 19(6), 690–695. https://doi.org/10.5281/zenodo.11114511
Bera, S. & Chaterjee, P. (2020). Theoretical study on the relationship between education and values. Journal of Interdisciplinary Cycle Research, 12(12), 841-849.
Dauyenov, Y., Zhumataeva, E., & Orynbekova, A. (2022). Methodological framework for the axiological paradigm in the learning environment. Frontiers in Education, 7(Digital Education). https://doi.org/10.3389/feduc.2022.895470
Dela Cruzu, F. (2019) Students’ Perceptions on Teaching of Values Education in Lumbangan National High Schoo l. Ascendens Asia Journal of Multidisciplinary Research Abstract 3 NLB Singapore-Registered Publisher. https://ojs.aaresearchindex.com/index.php/AAJMRA/article/view/8338
González, M.; Ortiz, L.; Sánchez, A. & Abad-Segura, E. (2020). The impact of the university classroom on managing the socio-educational well-being: A global study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(3), 931. https://doi.org/10.3390/ijerph17030931
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Moscoso, X., Bersosa-Webster, J., Durazno-Silva, C., & Quintanilla-González, B. (2023). The role of the university in building an ethical culture from the students’ perspective. In K.-V. Bermeo-Pazmiño, M. D. C. Aguirre-Ullauri, & M. Avila-Calle (Eds.), Proceedings of the 3rd International Congress on Ethics of Cuenca. IntechOpen. https://doi.org/10.5772/intechopen.112341
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