Revista Honoris Causa | ISSN: 2244-8217 / ISSN-L: 2244-8217
Revista Honoris Causa

Vol. 13 N° 1

Enero - Junio 2021

Los migrantes, el covid-19 y el estado en la frontera Chiapas: representación mediatica y construcción social

Migrants, covid-19 and the state on the Chiapas border: media representation and social construction

Aky Kuromiya
Universidad Autónomas de Chiapas - México
Recibido: 23-11-2020
Aceptado: 07-06-2021

RESUMEN

El artículo se basa en una investigación documental con enfoque cualitativo, con apoyo de experiencias y datos etnográficos recolectados durante 10 años de investigación en la zona. Se realizó una lectura crítica de las notas periodísticas de la prensa local mexicana sobre los migrantes en tránsito en la ciudad de Tapachula quienes están “atrapados” en esta zona desde el inicio de la contingencia generada por el Covid-19 y se analiza a la luz de la teoría de representación mediática y la construcción social del problema. El hallazgo es que los estereotipos con relación a los migrantes se reforzaron en las notas periodísticas durante la contingencia de Covid-19, representando a los migrantes como portadores de diversos estigmas, al mismo tiempo que se destaca la inquietud y el descontento local hacia la autoridad mexicana, por su falta de capacidad administrativa en cuanto al sistema migratorio y de control sanitario. A partir del análisis de las notas periodísticas, el propósito de este estudio es, visibilizar el proceso de construcción publica de los problemas, de la figura de otredad y de los miedos que se incrustan en los migrantes desde la prensa mexicana.

Palabras clave:
representaciones mediáticas, migrantes en fronteras, covid-19

ABSTRACT

The article is based on documentary research with a qualitative approach, supported by experiences and ethnographic data collected during 10 years of research in the area. A critical reading was made of the journalistic notes of the local Mexican press on the migrants in transit in the city of Tapachula who are "trapped" in this area since the beginning of the contingency generated by the Covid-19 and it is analyzed in light of the theory of media representation and the social construction of the problem. The finding is that stereotypes in relation to migrants were reinforced in the journalistic reports during the Covid-19 contingency, representing migrants as carriers of various stigmas, while at the same time highlighting local concern and discontent with the Mexican authority, due to its lack of administrative capacity regarding the immigration and sanitary control system. From the analysis of the journalistic notes, the purpose of this study is to make visible the process of public construction of the problems, the figure of otherness and the fears that are embedded in migrants from the Mexican press.

Keywords:
media representations, migrants at borders, covid-19

INTRODUCCIÓN

Desde finales de 2018, las caravanas de los centroamericanos en la zona fronteriza conformada entre Chiapas y Guatemala han sido uno de los principales temas de las noticias locales y nacionales en México. Ellos, después de cruzar la frontera se internan al territorio, y se quedan temporalmente en el sureño estado de Chiapas, sobre todo en la ciudad de Tapachula, para realizar trámites de la Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias (TVRH) o buscar algunas formas de conseguir ingresos y seguir su camino al norte del país. La presencia de los migrantes centroamericanos no es un fenómeno nuevo para esta región, pero su número ha aumentado drásticamente (Rojas y Kuromiya, 2021). En este mismo sentido han aumentado las notas periodísticas que expresan la preocupación sobre la inseguridad entre los habitantes locales por la presencia de migrantes, como se mostrarán más adelante. Si bien, muchos documentos académicos e informes nacionales e internacionales describen la crítica situación de los Derechos Humanos de los migrantes en la región sureste de México (Martínez, 2019; Paris, 2020; Crisis Group, 2018; Meyer e Isacson, 2019), las notas periodísticas van en contracorriente y muestran las supuestas inquietudes de los habitantes locales hacia la presencia de los migrantes.

El presente estudio recolecta las notas periodísticas publicadas sobre el tema durante esta contingencia, tiempo de marzo hasta octubre de 2020 y se enfoca en la representación que hace la prensa local tanto de los migrantes como de la población local exhibiéndolos como rivales. Se trata de aclarar cómo la representación mediática recrea una imagen atractiva y a su vez la divulga en la sociedad para modular su punto de vista. Aunque, como se analizará, la presa construye esas representaciones retomando supuestamente las opiniones generalizadas de los lectores.

El hallazgo es que crear estereotipos negativos sobre los migrantes se hizo más patente en las notas periodísticas durante la contingencia del Covid-19, justificándolos con estigmas como “antihigiénicos” e “inmorales”, pues son ellos quienes “no quieren ni les importa acatar las medidas sanitarias nacionales”. Pero, al mismo tiempo, se destaca la inquietud y el descontento local hacia la autoridad mexicana, por su falta de capacidad administrativa en cuanto al sistema migratorio y al control sanitario.

La representación mediática del migrante nos muestra cómo estos actores configuran el miedo de los habitantes de la ciudad de Tapachula, y, a su vez, cómo la prensa intenta hacer visibles y familiarizar los problemas sociales antes no experimentados: es decir, relacionar la presencia de numerosos migrantes varados en la ciudad con la crisis epidemiológica. Como se discutirá a lo largo del este trabajo, hacer visible y familiarizar a los lectores locales con sus supuestos problemas es un proceso de enunciar a los agentes amenazantes y justificar los miedos.

Al analizar este proceso de construcción del problema, también se observa la representación mediática del imaginario del Estado, como aparato burocrático (Escalona, 2011). El imaginario del Estado es uno de actores más importantes en la construcción de problemas de la actual contingencia, en donde los miedos y las esperanzas de los vecinos locales se reflejan. Es decir, de acuerdo con las notas de prensa, al fin de cuenta, la presencia de los migrantes varados fue ocasionada por el gobierno federal mexicano por no gestionar s en forma correcta y eficiente los flujos migratorios, y por esta razón, los migrantes se ven obligados a permanecer en la ciudad. Estas quejas, a su vez, muestran que los habitantes esperan que el “Estado” respondan sus obligaciones como un ente todopoderoso (Nuijten, 2003).

El presente estudio inicia con la contextualización geográfica y social de la ciudad de Tapachula. Luego se describe la metodología empleada, así como el marco conceptual que le sostiene. Posteriormente se presentan los hallazgos con los ejemplos de notas periodísticas encontradas. Finalmente se analiza estos datos a la luz de la construcción social del miedo y el problema, basándose en el planteamiento de que los estereotipos y estigmas hacia los migrantes permiten que los miedos sean algo controlables y familiarizados. En este ejercicio, también se reflexiona cómo el Estado, con su representación mediática como un aparato burocrático, toma una figura principal en el proceso de familiarización de los problemas.

Caravanas migrantes desde 2018

El municipio de Tapachula se encuentra al extremo sur del estado de Chiapas, a 40 km de la frontera con Guatemala. Según la estadística del CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Politica de Desarrollo Social) que tomó los datos intercensales de 2015, más de la mitad (54.4%) de los 403 mil habitantes del municipio se encuentra en situación de pobreza, y el 12.0% vive en la pobreza extrema (CONEVAL, 2015). A pesar de lo que implica esta cifra, esta ciudad es el centro económico y administrativo regional, e incluso binacional, porque parte de la actividad económica del departamento de San Marcos, Guatemala depende de los trabajadores trasfronterizos en el sector agrícola y servicio (Rivera, 2020).

La presencia de los migrantes, principalmente centroamericanos, es parte del paisaje urbano de la ciudad de Tapachula, su flujo es el más importante de la región fronteriza de México con Guatemala. Este es un fenómeno histórico que se remonta incluso hasta antes de establecer la frontera nacional como tal (De Vos, 1993). Recientemente esta dinámica ha experimentado algunas transformaciones: la considerable cantidad de los migrantes en tránsito y diversificación de lugar de origen de los migrantes. Ahora no son sólo de Centroamérica, sino del Caribe e incluso algunos países de África y Asia (Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova y el Colegio de la Frontera Norte, 2020). La ciudad ha recibido una ola de migrantes centroamericanos y de otros lugares del mundo desde octubre de 2018. La llamada “caravana centroamericana” congregó a miles de personas de diferentes nacionalidades, principalmente de Honduras, El Salvador y de Guatemala, quienes intentaron ingresar a México por esta ciudad, según los reportes periodísticos (por ejemplo, Lara, 2019, mayo 8 y 2019, diciembre 18), de octubre de 2018 hasta enero de 2020, hubo un total de seis caravanas que ingresaron a México, de dos a siete mil personas, según las diferentes fuentes.

La mayoría de ellos buscan seguir su camino hacia el norte, apoyándose con las ayudas brindadas por los civiles, redes de casas de migrantes o instituciones religiosas. Mientras otros se quedan en las ciudades fronterizas para preparar e iniciar sus trámites migratorios y obtener la TVRH ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y el Instituto Nacional de Migración (INM). El informe recién publicado sobre las caravanas migratorias elaborado por el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova y el Colegio de la Frontera Norte (op.cit) indican que, en abril de 2019, hubo 38,832 solicitudes de refugiados en espera de realizar el trámite ante el INM, de las cuales 21,325 fueron realizadas en Chiapas, es decir, más de la mitad.

En otra nota del periódico (Gómez, 2020, marzo 1), se informa que el 65 % de las personas que solicitan la calidad de refugiado lo hacen en Chiapas, y durante 2019, se calcula que 70 mil personas pisaron y transitaron este territorio. Mientras ellos están en espera de dicho trámite, deben permanecer en la localidad en donde realizaron la solicitud, en este caso, la mayoría en Tapachula, ya que uno de los requisitos es presentarse ante la COMAR y firmar periódicamente. Estos requisitos implican que un gran número de migrantes se queda “varado” en Chiapas por sus trámites. Una vez que logren tener la TVRH u otra categoría de estancia legal, entonces pueden transitar legalmente y en forma segura por el territorio mexicano. Pero este trámite puede tardar meses, incluso años.

Además, como se describe en otro apartado con más detalle, después de la contingencia internacional generada por la enfermedad Covid-19, la COMAR suspendió su servicio temporalmente, provocando retrasos en el trámite, e incluso, hay otros grupos extranjeros quienes se deportaron desde la frontera norte de México o de los Estados Unidos hasta la estación migratoria de Tapachula y se quedan en esta ciudad al encontrarse con la frontera cerrada (Laparra, 2020, julio 21). Según la misma nota, se estima que cerca de 60 mil migrantes se encontraban en esta ciudad fronteriza durante la crisis sanitaria, su presencia representa como una parte de paisaje urbano durante esta contingencia. Este grupo numeroso de extranjeros llama la atención de la población local, según la misma nota, despertando, se han despertado ciertas inquietudes asociadas no sólo a la seguridad urbana sino también a la propagación del Covid-19 (op.cit). Como veremos más adelante, esta inquietud se reitera una y otra vez en los medios de comunicación durante la contingencia iniciada desde marzo de 2020.

MARCO CONCEPTUAL

Los medios de comunicación y las representaciones sociales

 

Los discursos de los medios de comunicación, incluyendo las notas periodísticas se analizan con base en la premisa teórica de que estos son vehículos para transmitir informaciones de un acontecimiento utilizando el recurso de la construcción de una representación de la realidad (Gutiérrez, 2010). A lo largo del proceso de la elaboración de notas escritas, la realidad del acontecimiento se fue “creando”, atribuyendo los sentidos y significados al acontecimiento, de tal forma que este hecho sea comprensible y llamativo a para los lectores de la región. En otras palabras, el discurso de la nota periodística se encarga de construir un relato que hace entender o familiarizar lo desconocido a los lectores (Jodelet, 1986, citado en Cuevas, 2011).

Gutiérrez (op.cit.) comenta que esta construcción mediática de la realidad social inicia desde que se selecciona el tema para publicar, pues no cualquier acontecimiento será apto para las notas de prensa. Es un filtro de los temas realizado de acuerdo con los intereses previos de los lectores. En este sentido, la construcción social de la realidad no solo está hecha por los medios de comunicaciones, sino también por los lectores, la sociedad en general en donde sus intereses están influenciados por contextos socioeconómicos y culturales. La prensa corresponde a los intereses y opiniones de la sociedad, por consiguiente, construye y refuerza los “sentidos comunes”.

En el caso del presente, las notas de prensa destacan “las opiniones de los habitantes locales” sobre los migrantes, citando directamente los comentarios expresados por los vecinos, que son, desde luego, seleccionados por los periodistas para construir las representaciones de estos sujetos. De acuerdo con esas opiniones que aparecen como “generalizadas”, los migrantes están criminalizados solo por el hecho de “estar aquí, en nuestra ciudad”, además ser “sucios” e “inmorales”, y ahora por ser focos de infección del Covid-19, pues, se enuncia que ellos no quieren respetar las medidas sanitarias establecidas por el gobierno mexicano. Es un discurso mediático producido en tiempos de crisis y en este lugar en particular, así su significado tiene una relación estrecha con los saberes socialmente compartidos por un grupo (seleccionado por el periodista), pero que se convierte en una figura “real” para la sociedad.  Bonilla (2013) comenta que, estas opiniones escritas en forma de notas periodísticas se convierten en opiniones públicas que perduran: “Los medios fabrican [la representación de la realidad social] colectivamente y, aunque esté alejada de la realidad, perdura, porque fortalece las manifestaciones espontáneas y moviliza los prejuicios” (p. 60). El problema, según el mismo autor, es que las opiniones creadas de esta forma llevan consigo prejuicios y estigmas de las personas más desfavorecidas de la sociedad, de tal forma que benefician a las de clases hegemónicas para justificar la discriminación y la marginación de los grupos vulnerables.

Por ejemplo, Parra-Monsalve (2020) estudia cómo ha sido la representación mediática del sinhogarismo en Colombia durante la ejecución de la política de gentrificación en la colonia urbana de Bogotá. El autor descubre que la prensa criminaliza a los que viven en las calles, hablan de sus actos ilícitos y por lo tanto justifican el control para mantenerlos separados de “nosotros, los lectores”, es decir, las clases favorecidas de la ciudad, para la seguridad y el orden social que ellos tienen a su favor. Así, Parra-Monsalve concluye que los medios masivos perjudican una posible resolución del problema, ya que estos divulgan los estigmas y fortalecen los estereotipos sobre la población vulnerable (op.cit.). Su estudio ilustra el proceso de cómo la prensa contribuye a la construcción de los problemas sociales hasta sus causas mediante la representación mediática de las personas en situación de calle.

En las notas periodísticas que se analizan para el presente estudio, también se observan el prejuicio, los estereotipos y estigmas hacia los migrantes, mediante los cuales se normalizan y justifica la mirada xenófoba, además de hacerlos una de las causas del problema social, principalmente de la inseguridad y de la pandemia. Estas representaciones mediáticas crean la figura de “otredad” de los migrantes y la incorporan en el imaginario social. Con los “imaginarios sociales” Cegarra (2012), se refiere a ideas socialmente legitimadas sobre la realidad que dan el fundamento a la identidad colectiva, o a las representaciones simbólicas, que hacen creíble la realidad para asegurar la cohesión y el consenso social. Es decir, mediante los prejuicios y los estigmas, los migrantes se convierten en algo familiar, siendo “otros”, y así los ubican dentro de la realidad comprensible.

No obstante, esta forma de familiarización de los problemas internaliza una clara relación de poder, de dominación: los representados no tienen mucho qué hacer sobre las calificaciones, los prejuicios, o los estigmas que se les incrustan. Bonilla (op.cit.), citando la obra ya clásica de Champagne (2010), explica: “La representación [mediática] manifiesta una parcialidad evidente hacia prejuicios o enfoques del poder, en tanto que los dominados son los menos aptos para controlar la representación de sí mismos” (p. 57).

En este tenor de ideas, se refleja la estructura del poder donde siempre las clases privilegiadas tiene palabras y poderes para que los menos favorecidos sean “criminales” u “origen del problema social”, para hacer del fenómeno desconocido algo entendible. Como discuto más adelante, con la pandemia del Covid-19, donde el origen de este problema (el virus) es literalmente invisible y desconocido, se hace más evidente el esfuerzo de los periódicos para hacer comprensibles las crisis sociales y buscar un culpable.

Por otro lado, en ese proceso de familiarizar los problemas, también se observa la representación de los migrantes (así como los habitantes locales) como víctimas de las vicisitudes políticas y burocráticas del gobierno nacional: en ella, el origen del problema, tanto de los migrantes varados como de la pandemia de Covid-19, se localiza en el mal o nulo funcionamiento de las autoridades correspondientes. Esto es un imaginario del Estado como aparato burocrático inacabado (Escalona, 2011), y al mismo tiempo, se puede analizar que sus descontentos sobre el mal funcionamiento expresan que hay esperanza en el poder central (Nuijten, 2003).

De esta forma, el discurso mediático combina dos representaciones: los migrantes como agentes peligrosos y las autoridades sin capacidades correspondientes, cuyo resultado es la construcción de la prensa local del problema social ante la crisis global que experimenta la región. A continuación, veremos cómo es la construcción de la realidad relacionada a los migrantes y Covid-19, con los ejemplos de notas periodísticas.

METODOLOGÍA EMPLEADA

El presente articulo emplea la metodología documental: específicamente la búsqueda de notas periódicas en diarios locales vía internet, y se analizan con enfoque cualitativo y crítico a la luz de la teoría de representación mediática y la construcción social de los problemas. La selección de la técnica no es casual; se debe a la contingencia sanitaria que impidió tener un acercamiento directo, porque las visitas al campo no fueron posibles. No obstante, es importante aclarar que la autora tiene experiencia de investigación en la zona de estudio, donde se ha llevado a cabo estudios etnográficos con trabajos de campo durante casi 10 años Los datos acumulados y las experiencias previas, así como las numerosas interacciones en campo con los funcionarios municipales, los habitantes locales y los migrantes construyeron la hipótesis del presente trabajo, y también el marco teórico-conceptual, tal como se presenta más adelante.

Con base en los conocimientos anteriores, se seleccionaron dos periódicos locales, el Diario del Sur y el Orbe con el fin de capturar las notas en donde se reflejan supuestamente “las voces de los habitantes locales”. En Tapachula, existen otros periódicos de circulación nacional (alrededor de 6 periódicos) y de estatal (tres), que también cuenta con la sección regional o local. No obstante, para la presente investigación, se excluyeron otros medios y periódicos, para concentrarse en recopilar las notas de dos periódicos que son elaborados por los periodistas locales y que son populares en la región.

Se utilizó la herramienta de la búsqueda por palabras clave en la página web oficial de los periódicos. Las palabras utilizadas son “migrantes Covid-19” y “Caravana”, con las que se obtuvieron más de 3 mil registros. De ello, delimité el periodo comprendido entre marzo hasta julio de 2020, con algunas excepciones para recopilar la información sobre la caravana que inició en octubre de 2018. En total, cerca de cien notas fueron revisadas y lo que presento en este trabajo son algunas notas ilustrativas sobre el tema, las cuales me permitieron generalizar las opiniones locales registradas en la prensa: los estigmas, las preocupaciones, la inquietud y descontento de parte de los habitantes durante la contingencia.

LOS HALLAZGOS

En las notas periodísticas locales se han rescatado dos (2) aspectos de las representaciones sociales relacionados a la crisis que se vive: el primer aspecto es la imagen amenazante de los migrantes en cuanto a la propagación del virus; el segundo es la deficiencia administrativa de parte de las autoridades, sobre todo el gobierno federal, donde se caracteriza a los migrantes y los habitantes locales como víctimas del gobierno.

En cuanto a la figura amenazante de los migrantes, en realidad se han publicado varias notas desde años anteriores del comienzo de la contingencia epidemiológica. Por ejemplo, durante la primera mitad de 2018, hay notas en donde podemos observar los miedos y odios de los habitantes de Tapachula:

[un líder de agrupación ciudadana expresa] en el albergue hay un desorden, no da las garantías para los vecinos, porque afuera, en la calle los extranjeros hacen sus necesidades fisiológicas, a las jovencitas les quitan su celular, pero no hay nadie que vigile el albergue, pero no vemos que ninguna autoridad esté interesada de garantizar la seguridad para quienes vivimos ahí (Zuñiga, 2018, s.p.).

Esta nota es claro ejemplo de estereotipar a “los otros” por su falta de higiene y criminalidad por su naturaleza “inmoral”. En otra nota publicada en 22 de octubre de 2018, siguen la misma línea del estereotipo:

[los habitantes locales] informaron que continúan los desmanes, rapiña y actos inmorales realizados por migrantes que acuden a ese sitio. Relataron que varios de ellos, gusta[n] de consumir bebidas embriagantes y hasta fumar mariguana en las calles de esa colonia, lo que ha ocasionado que los vecinos no pueden vivir con tranquilidad (Zuñiga, 2018, s.p).

En esta misma nota, presentan varios testimonios de los vecinos sobre sus miedos, tales como:

No todos los migrantes [tienen] un plan migratorio con fines de llegar a Estados Unidos, muchos vienen a robar a la colonia, y a cualquier hora que vengan van a sentir el olor a mariguana en nuestras calles, y por la noche o madrugada van a encontrar a los migrantes ingiriendo bebidas alcohólicas, orinando, es muy preocupante que nos puedan hacer algo (op.cit.).

Este miedo aumentó notablemente por la caravana que inició en octubre de 2018. En parte, los miedos se deben también a que, junto con la caravana, aumentó la presencia de los poderes policiacos a nivel estatal y nacional, implicando un posible enfrentamiento con los migrantes. Este miedo generalizado se puede observar en la decisión de la autoridad federal el día 19 de octubre de 2018, cuando se informó el cierre de las escuelas públicas en la ciudad de Tapachula:

El delegado de la Secretaría de Educación Federalizada en el Soconusco, José Nieves Peralta aseguró que a manera de preventiva por la caravana de migrantes proveniente de Centroamérica se decidió la suspensión de clases en por lo menos 15 escuelas ubicadas en la zona centro de Tapachula. El funcionario federal aclaró, que está decisión no se trata de un acto xenófobo, mucho menos escandalizar por la llegada de los migrantes, sin embargo, se debe garantizar la seguridad de los estudiantes en caso de cualquier eventualidad, por lo que es mucho mejor que se queden al cuidado de sus familias (González, 2018).

Por otro lado, al examinar las notas periodísticas, el descontento de la sociedad local está dirigido no sólo a la presencia de estos “extranjeros”, sino también al mal funcionamiento de los gobiernos correspondientes, es decir, a nivel federal, o incluso su ausencia, quienes, según los comentarios, tienen la última responsabilidad hacia los migrantes. Por ejemplo, la misma nota del 1 de junio de 2018 se cierra con la siguiente frase, apoyándose con los comentarios de los vecinos:

Expuso que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), debe ser minuciosa al momento de dar el documento de refugio, porque ‘algunos migrantes vienen con problemas de migración, de cuestiones políticas, algunos vienen huyendo de ese país con problemas de la justicia, y vienen a delinquir’ (op.cit)

Los trámites ante la COMAR y luego con el INM son un proceso arduo para los migrantes: numerosos documentos requeridos, paciencia y dinero para que proceda el trámite. Además, como mencioné en la introducción, los solicitantes están obligados a permanecer en el lugar donde se inició su trámite y tienen que presentarse cada cierto tiempo para firmar y seguir con las indicaciones: todo ello implica que hay una necesidad de trabajar, consumir, trasladarse, entre otras actividades diarias durante la espera del trámite burocrático.

Una nota del Diario del Sur informa que un migrante hondureño pasó más de 15 horas formado en la fila de la COMAR, y no logró terminar el papeleo (Hernández, 2018, noviembre 1). Las vicisitudes burocráticas son las principales quejas tanto de los migrantes como de los habitantes locales, ya que, por esta razón, la ciudad se convierte en un tipo de “embudo”, y aumenta el número de los migrantes. Como veremos más adelante, esta queja se agudizó durante la crisis.

A partir del marzo de 2020, al iniciar la política de “Sana Distancia” y “Quédate en Casa”, en el periódico El Orbe se observa un elevado número de notas relacionadas con la presencia de los migrantes, recogiendo las quejas y los miedos expresados por los vecinos de Tapachula. Resumiendo varias notas periodísticas, los problemas ocasionados o agravados por esta contingencia son varios: primero, se cerró el servicio de la COMAR el día 30 de marzo, por lo que hay un mayor número de migrantes varados en esta ciudad, esperando que reanude su servicio para obtener la TVRH; segundo, algunas casas de migrantes también cerraron sus puertas, por lo que muchos migrantes tuvieron que salir a la calle; y tercero deportaron varios migrantes desde el Norte de México para que crucen la frontera por tierra entre Chiapas-Guatemala, mientras Guatemala cerró su frontera oficialmente desde 18 de marzo.

Por estos hechos, se hizo más notoria la presencia de los migrantes varados en la ciudad, ya que los mexicanos están en las casas por la política nacional. Así, los migrantes sin acceso al trámite ni albergue, se quedaron en esta región sur, sin poder cruzar la frontera. La estación migratoria de Tapachula tampoco tenía suficiente espacio para todos los migrantes, y, según la prensa, los dejaron salir de la estación.

Estación migratoria a rebosar, abandonan a migrantes en la calle
Les dieron la indicación de buscar cómo volver a sus lugares de origen por sus propios medios.
La ilusión de lograr el sueño americano se acaba para muchos migrantes cuando logran llegar a la frontera norte del país, normalmente las condiciones de cruce son extremadamente duras y le han costado la vida a cientos de personas, pero ahora con la pandemia declarada por el Coronavirus en el mundo, las medidas se han endurecido y es virtualmente imposible lograr el paso.
[…] Es así como llegaron a Tapachula migrantes detenidos por el INM en la frontera norte de México y fueron entregados como corresponde al INM en la ciudad, en teoría deberían ser recibidos en la Estación Migratoria Siglo XXI […] considerando el respeto a los derechos humanos de quienes ahí son albergados en espera de la resolución de su situación migratoria.
Sin embargo, este espacio, ampliado se encuentra actualmente a rebosar debido a las distintas caravanas que han arribado a esta frontera sur, por lo que ante esta situación y quizá por la cercanía con la Semana Santa, optaron por hacer lo que Poncio Pilatos: se lavaron las manos y simplemente dejaron a los migrantes abandonados a su suerte en la plena vía pública. (Gómez, 2020, abril 8)

En las notas revisadas, el descontento social hacia el mal funcionamiento de las instancias gubernamentales siempre es mencionado, combinándose con los prejuicios hacia los migrantes, quienes requieren el debido control de las autoridades mexicanas. Estos estigmas hacia los migrantes se hacen más evidentes durante la contingencia del Covid-19. Ahora no solo son antihigiénicos y criminales, sino son foco de infección por ser ignorantes y rebeldes con las medidas sanitarias establecidas. Algunos ejemplos de las notas son las siguientes:

En Plena Cuarentena Migrantes Siguen Invadiendo el Centro de Tapachula
Estamos alarmados y preocupados ante esta situación del Covid-19 que se está viviendo a nivel mundial y nacional, sobre todo por la presencia de miles de extranjeros en el centro de la ciudad, que se resisten en acatar las disposiciones de salud”, sostuvo el comerciante [local]. […] las calles del primer cuadro de Tapachula prácticamente están invadidas por migrantes indocumentados, “quienes, al no tener lugares propios, hacen sus necesidades fisiológicas en cualquier parte, dando un aspecto denigrante al centro de la ciudad, además de la contaminación que eso representa (Bautista, 2020, abril 21).

Temen Empresarios que Migrantes Varados Sean un Foco de Infección
“Tenemos conocimiento que, en Tapachula, hay alrededor de 75 mil migrantes varados que, en cualquier momento, se podrían convertir en un foco de infección porque no acatan las medidas sanitarias”, señaló el empresario. […] gran parte de esos extranjeros no cuentan con el servicio de salud en sus propios países y, por lo tanto, desconocen las obligaciones que tiene la sociedad para la protección comunitaria. “Vienen en grupos numerosos que se mudan a otros lugares donde creen que la situación está mejor que en sus naciones de origen, sin saber que ellos, si no están preparados, no van a conseguir ningún trabajo”, indicó [el empresario local] (Cancino y Ochoa, 2020, junio 3).

No utilizan cubrobocas, gel antibacterial, ni guardan la distancia, y se pasean en las calles sin que autoridad alguna ponga orden. la ciudadanía tapachulteca exige se les obligue
Desde que empezaron a llegar las caravanas de migrantes, hace ya casi dos años, sectores productivos, colegios, cámaras, asociaciones civiles y representantes de la sociedad han externado su inconformidad por la presencia de los indocumentados. Y es que los han relacionado con el incremento de los nivele de inseguridad y con el brote de enfermedades que estuvieron desterradas por muchos años en territorio nacional; además del desplazamiento de la mano de obra y de quedarse con los apoyos gubernamentales. Una y otra vez se ha pedido una sola cosa: Que el INM aplique lo que establece la ley migratoria y cumpla con su responsabilidad (Bautista y Ochoa, 2020, junio 10).

Estas notas en las que califican a los migrantes como un foco de infección se observan una y otra vez, sobre todo, en el periódico El Orbe, citando los comentarios de los vecinos de la ciudad. Vale la pena añadir una anécdota para dar referencias de este periódico: durante los años 2011 y 2012, cuando estuve realizando una estancia larga en dicha ciudad, en la radio anunciaban dicho periódico con el siguiente lema “El periódico que dice lo que otros callan”. De hecho, como puede notarse, la tendencia de sus notas es recoger los testimonios de las personas del barrio local quienes quieren denunciar su inconformidad.

En los comentarios que recupera este periódico, como vimos en los ejemplos arriba presentados, los migrantes llevan los calificativos como antihigiénicos, ignorantes con las medidas sanitaria, inseguros, pero incluso rebeldes con el orden impuesto, al considerarse que por su voluntad no acatan órdenes. Los miedos y descalificaciones hacia los migrantes ahora tienen más peso por la cuestión sanitaria, y desde el punto de vista del periódico (por consiguiente, las voces de población representadas en este), la crisis epidemiológica como problema social se agudiza debido a su presencia.

Además, como se observa la última nota citada, destacan las opiniones de los vecinos donde están convencidos de que toda esta crisis, de los migrantes y del Covid-19 se debe a las instancias gubernamentales a nivel federal donde tienen que atender a las solicitudes de los migrantes en forma efectiva y controlar, atender, y resolver los problemas sociales. En este discurso, los habitantes locales y los migrantes aparecen como víctimas.

Mantiene Varados INM más de 75 Mil Migrantes de la Comunidad Negra que Exige Irse de Tapachula
Desde principios del año, más de 75 mil migrantes de la comunidad Negra, permanecen varados en Tapachula, luego de la promesa del gobierno federal de regularizarles su situación migratoria en el país, aunque ha sido solo eso, puras promesas, y que para ello la delegada en Chiapas, Carmen Yadira de los Santos Robledo, se ha encargado de frenar los trámites para obtener sus pases de salida (2020, mayo 12).

Negocios Aledaños a las Oficinas del INM Posible Foco de Covid por Migrantes
Varios negocios que se encuentran en las inmediaciones de las oficinas de Regulación Migratoria, al sur de la ciudad, ha decidido cerrar sus instalaciones ante el temor de que los miles de migrante que ahí se aglomeran, pudieran estar contagiados de Covid-19.
[Un empresario local] señaló que la pandemia del Covid-19 ha afectado a todos en lo general. En su caso, dijo, aplicó medidas para garantizar la seguridad de sus empleados y otras restricciones.
Sin embargo, dejó en claro que lo que más les ha afectado es la presencia de los migrantes, porque no respetan las medidas sanitarias y tanto los trabajadores, clientes y vecinos, temen que estén contagiados de Coronavirus, incluso asintomáticos, y pueda ser un foco de contagio.
“La cuestión migratoria en la ciudad está fuera de control. Vemos todos los días las mil 500 o más personas con las carencias que tienen, haciendo filas en el sol y ahora bajo la lluvia. Migración no tiene la capacidad, y no de personal, sino de estudios para tratar a esas personas así”, indicó. Así también, que “el INM no tiene la infraestructura necesaria para tratar a todas las personas que están afuera, que nos afecta demasiado porque de cada 600 migrantes solo 20 tienen cubrebocas y los demás andan como si nada, entre ellos niños”.
Consideró que debería de haber una regularización del trato a los migrantes y la capacidad del INM para darles una solución, porque pueden llegar en la desesperación y se puede originar un conflicto. (Salazar, 2020, junio 6).

La última nota evidencia claramente cómo la población relaciona la falta de capacidad administrativa de las instancias gubernamentales con la crisis de la sociedad local por el aumento de los migrantes, e incluso con la contingencia sanitaria del Covid-19. También se muestra un sentimiento ambivalente de la población hacia los migrantes: por una parte, expresan su comprensión y compasión a las situaciones difíciles que viven; son víctimas de la violencia y comparten las necesidades de migrar y vivir día por día, pues muchos de los habitantes de esta localidad también viven así, o han tenido la experiencia de intentar a cruzar la frontera norte; pero por otra, se siente el miedo y la inseguridad no solo de los actos delictivos sino ahora del contagio.

Esta ambivalencia conduce a los pobladores a pensar que los problemas actuales se originan por la incapacidad administrativa correspondiente. Por lo tanto, la solución deseada para ellos es que las autoridades federales hagan su trabajo necesario en forma efectiva para que los migrantes no se queden en su ciudad. Esta combinación es la base de la construcción del problema social en el contexto local. En este proceso, observamos el miedo, los estigmas, el descontento, pero también la esperanza. En el siguiente apartado, analizo la construcción del miedo y el intento de controlarlo por medio de la localización simbólica del problema.

ANÁLISIS DE LOS HALLAZGOS

Hacer los problemas comprensibles: construcción social de problemas y esperanza

De acuerdo con los planteamientos de Reguillo (2008), los miedos hacia la otredad son construcciones sociales, y, como ya hemos visto, en esa construcción las notas periodísticas tienen un papel protagónico, pues la construyen mediante la representación social, además de que la justifican con los discursos “reductores, estereotipados y estigmatizadores” (op.cit., p. 71) sobre un grupo de la población amenazante. De esta forma, la autora argumenta que los medios de comunicación configuran un ambiente en el que los actores perciben la realidad y ellos son los que demonizan la otredad.

Para vencer el miedo, la estrategia es construir gramáticas de movilidad urbana, códigos no escritos que prescriben y proscriben las prácticas en la ciudad (op.cit.). Por ello, debe “nombrar” y “contenerlos en un territorio urbano”, en una especie de muralla simbólica que permite contener a esos actores que provocan el miedo. Al respecto, Reguillo (op.cit.) afirma como sigue:

Dotar a las percepciones de la inseguridad de un territorio significa una victoria, en tanto confiere la ilusión de que controlar el lugar hace posible contener sus efectos desestabilizadores. Las relaciones entre territorio (emplazamiento) y seguridad-inseguridad develan los complejos mecanismos por medio de los cuales se elaboran los mapas subjetivos de la ciudad imaginada que repercuten fuertemente en la ciudad practicada (p. 65).

Por ejemplo, el mismo estudio arriba citado de Parra-Monsalve (op.cit.) muestra un caso del barrio urbano llamado “Bronx” de la ciudad de Bogotá, conocido como una zona en donde se desarrollan todo tipo de actos ilícitos. Esta connotación de sin ley ni orden del barrio y de las personas que habitan en sus calles se naturalizó por las notas periodísticas, convirtiéndose en el discurso justificante de la intervención del gobierno de la ciudad realizada en 2016 para desplazar a los sinhogares que ahí se congregan (op.cit.). El autor muestra cómo las notas periodísticas se convierten en una herramienta política para controlar las opiniones de los habitantes, al representar a los sinhogares como un agente peligroso.

Al mismo tiempo, se presenta la nota del periódico donde se reporta que este desplazamiento de los sinhogares de Bogotá provocó más miedo de los vecinos de los barrios cercanos al Bronx, pues son de “desplazamiento masivo” (op.cit., p. 266). Si analizamos este caso a la luz del planteamiento de Reguillo (op.cit.), este miedo se debe a que se perdió un espacio identificado con una característica ilícita: se perdió la “muralla simbólica” que separa a nosotros de los otros. Así, en el mapa mental de los habitantes cercanos a Bronx, los agentes peligrosos están dispersos. Esta dispersión del agente es un factor detonante que crea el miedo, Reguillo (op.cit.) describen factores clave para comprender los dominios del miedo en el contexto de la globalización, entre ello enlista:

  1. La proximidad (del elemento detonante del miedo), como referente espacio-temporal;
  2. (La idea d) el “daño” inminente que se traduce en (miedo a la) pérdida, (miedo al) perjuicio material o (miedo al) dolor físico o moral;
  3. La imbricación entre lo que tiene existencia efectiva y lo que es representado (p. 70)

Para analizar el caso de los migrantes en la ciudad de Tapachula con los tres factores enlistados, es importante dejar claro que, en esta ciudad, no existe un barrio identificado claramente como tipo gueto de los migrantes: viven en las periferias de la ciudad, y en el conocimiento general si se han identificado los barrios en donde muchos migrantes se congregan, pero no son barrios exclusivos para ellos, sino también se encuentran los mexicanos de bajos recursos. Algunos migrantes pernoctan en la calle, en el albergue, o incluso, hoteles del centro. El lugar en donde es visible es el centro de la ciudad: ellos duermen, compran, ofrecen sus diversos servicios, como hacer las trenzas. El centro históricamente ha sido lugar donde se congregan los migrantes, no solo los de paso como ahora, sino las trabajadoras domésticas o agricultores de origen guatemalteco (Arriola, 1995), aunque la concentración disminuyó notoriamente por el Covid-19.

En la representación mediática de la prensa local, los migrantes “varados” están dispersos sin ningún control: se describen como si ellos tuvieran más control del centro de la ciudad, pues no obedecen a la política de Sana Distancia y Quédate en Casa. Además, se argumenta que las necesidades eminentes de los migrantes de estar en la calle crean un foco de infección epidemiológica, incluso los impulsan a cometer algún acto delictivo. Y finalmente, en la representación mediática, sí hay una clara imbricación entre lo que son los migrantes y el miedo que ellos representan.

El otro actor de la crisis, el coronavirus, también cumple las tres características mencionadas por Reguillo (op.cit.). El virus es invisible y se propaga sin ningún control (proximidad), amenaza en forma directa a la salud de los humanos (daño inminente), y la representación social del peligro está construida en medios de comunicación (imbricación). Es una amenaza incontrolable, sin precedentes en donde una explicación científica no logra hacerlo entendible para la mayoría de los habitantes. En el escenario actual de Tapachula, estas dos agentes de miedo se juntaron.

Los miedos así construidos, sin embargo, tienen que ser “vencidos” no mediante la solución efectiva sino mediante una visibilización y familiarización: es decir, incorporarlos y ubicarlos dentro de la estructura comprensible de los habitantes, así “territorializarlos” en forma conceptual y simbólica. Es así el proceso de construcción social del problema: las quejas y los descontentos hacia los gobiernos de nivel federal reportados en las notas periodísticas indican que ahí culmina la construcción social de los problemas. De acuerdo con las voces locales, el problema queda en las manos de las autoridades: su incapacidad, su negligencia, su corrupción, su omisión, etc. Por consiguiente, las opiniones implican que la solución es que las autoridades correspondientes al trámite migratorio y control fronterizo, es decir, instancias federales, actúen como debe ser con su capacidad burocrática y gubernamental.

Es aquí donde encontramos la representación mediática de otro actor importante de esta crisis: el Estado. En las notas periodísticas que hacen eco de las voces locales, se representa al Estado como disfuncional, sin orden coherente, ni poder de gobernanza. Al mismo tiempo, tiene una imagen muy rígida de “un aparato burocrático”, tal como se plantea en el estudio de Escalona (op.cit.) o de Nuijten (op.cit.). Es el que precisamente provoca el problema de los migrantes, quienes no pueden salir de la ciudad para seguir su camino hacia el Norte.

La representación del Estado en los discursos cotidianos en el tiempo de crisis coincide con lo planteado por Escalona (op.cit.): Estado como imaginario del orden y El estado como maquinaria, aparato o artefacto. Él explica que el Estado es una configuración local y cotidiana mediante los discursos, los imaginarios y algunos instrumentos esenciales de poder. Es decir, la figura del Estado se hace tangible en los discursos cotidianos, se construye como una unidad institucional y de poder que “debe” corresponder a la crisis nacional, depositando en él el descontento y frustración de mal administración, pero al mismo tiempo, la esperanza. 

La discusión y el análisis de la construcción cotidiana del Estado no es el motivo del presente estudio, pero los relatos mediáticos evidencian la construcción del Estado “imaginario” para familiarizar los problemas y los miedos tanto hacia los migrantes como hacia el Covid-19. A su vez, retomando el planteamiento de Nuijten (op.cit.) se puede concluir que al criticar la deficiencia de las autoridades, se demuestra la “esperanza” de los pueblos hacia “el poder central” coherente y todopoderoso quien podrá y deberá resolver los problemas sociales que ellos enfrentan.

REFLEXIONES FINALES

Las notas de la prensa local sobre la presencia de los migrantes que están atrapados durante la crisis de Covid-19 son un claro ejemplo de cómo las representaciones mediáticas crean sujetos latentemente “amenazantes” a través de los estereotipos y los estigmas. Vimos que, en las voces de los habitantes locales supuestamente recuperados por la prensa, son antihigiénicos, inmorales, drogadictos, además de que son criminales. Después de la pandemia, se agregó la imagen de rebeldes con las medidas sanitarias nacionales, y también son ignorantes. Así esta otredad se convierte potencialmente más peligrosa, pues puede provocar infecciones masivas.

Al analizar las representaciones mediáticas a la luz de la construcción social de los miedos, se evidenció que los estereotipos y los estigmas permiten que el miedo hacia la otredad sea justificado y también controlado, porque al etiquetarla negativamente, y con los valores ya existentes de la sociedad local, la convierten en un sujeto conocido y familiarizado. El propósito planteado del presente fue descifrar el proceso de construcción social de los problemas, la figura de otredad y los miedos hacia ella. En las lecturas críticas de las notas de la prensa local, sí se esclareció cómo los medios de comunicación tienen un papel principal en la construcción de los problemas sociales: se recupera una parte de las voces locales y se crean las representaciones con estigmas y estereotipos que se divulgan al mismo tiempo entre los lectores, y de esta forma, se hacen visibles y comprensibles los problemas sociales.

También se aclaró la representación del Estado, como un ente administrativo y gubernamental, otro actor importante en el problema de migrantes y del Covid-19. En las voces de los tapachultecos, publicadas en las notas, se observa que existe un sentimiento ambivalente hacia los migrantes: miedos y compasión por su difícil situación de seguir viviendo. Para dar una salida a esa ambivalencia, la conclusión a que llegan las opiniones públicas es que las instancias gubernamentales correspondientes deben actuar en forma cabal para solucionar los problemas de los migrantes para que ellos puedan seguir su camino hacia norte, y de esta forma, también solucionar los problemas sociales de la ciudad, es decir, la inseguridad sentida. Las quejas y los descontentos hacia las autoridades correspondientes, especialmente federales, a su vez, construyen un imaginario del Estado como un aparato burocrático y un ente con poder centralizado que sintetiza la esperanza local ante una crisis como la actual.

De esta forma, los medios de comunicación, a través de la representación mediática de los actores clave – en este caso, los migrantes y el Estado como un ente gubernamental y administrativo– logran construir los problemas sociales y hacerlos comprensibles entre los lectores locales, e incluso implicar su solución “mesiánica”, que es el buen funcionamiento de las instancias gubernamentales.

REFERENCIAS

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