Revista Honoris Causa | ISSN: 2244-8217 / ISSN-L: 2244-8217
Revista Honoris Causa | Universidad Yacambú

Vol. 16 N° 1

Enero - Junio 2024

IMAGINARIO COLECTIVO DEL ACERVO CULTURAL; RASGOS IDENTITARIOS

COLLECTIVE IMAGINARY OF THE CULTURAL HERITAGE; IDENTITY TRAITS

Haddiel José Colmenárez Rangel
Doctorando en Cultura Latinoamericana y Caribeña
Recibido: 29-02-2024
Aceptado: 11-03-2024

Resumen

El presente estudio tiene como propósito interpretar el imaginario colectivo del acervo cultural; rasgos identitarios, el cual aborda la identificación de los saberes y haceres que lo componen, visualizando las características del imaginario colectivo y develando los elementos que constituyen el acervo cultural. Estos elementos se refieren a todas las expresiones que identifican a una comunidad, región o nación, y que es lo que la distingue de otras, desde su cotidianidad, hasta las manifestaciones estéticas y científicas más elevadas en pro del bienestar social. Este trabajo está concebido en el paradigma interpretativo, bajo un enfoque cualitativo con una metodología fenomenológica hermenéutica. Las referencias teóricas están centradas en los preceptos hermenéuticos de Gadamer G. y Ricoeurt P. Concatenados y enlazados con la teoría de Imaginarios sociales de Castoriadis C. Además, se hace referencia a los estudios de la Escuela Nacional de Culturas Populares, emergiendo el análisis detallado en matrices, donde se extendieron las aristas para la interpretación y comprensión del Acervo cultural, sus intríngulis y dimensiones. En conclusión, el acervo cultural se conforma y acciona con la totalidad de expresiones que atienden al imaginario colectivo, emergiendo así, en fin nuestra identidad, cargada de un bagaje cultural complejo que va de generación en generación.

Palabras clave:
acervo cultural; elementos Identitarios; imaginario colectivo.

Abstract

The purpose of this study is to interpret the collective imagination of the cultural heritage; identity traits, which addresses the identification of the knowledge and actions that comprise it, visualizing the characteristics of the collective imagination and revealing the elements that constitute the cultural heritage. These elements refer to all the expressions that identify a community, region or nation, and what distinguishes it from others, from its everyday life to the highest aesthetic and scientific manifestations in favor of social well-being. This work is conceived in the interpretive paradigm, under a qualitative approach with a hermeneutic phenomenological methodology. The theoretical references are focused on the hermeneutical precepts of Gadamer G. and Ricoeurt P. Concatenated and linked with the theory of Social Imaginaries of Castoriadis C. In addition, reference is made to the studies of the National School of Popular Cultures, emerging the detailed analysis in matrices, where the edges were extended for the interpretation and understanding of the Cultural Heritage, its intricacies and dimensions. In conclusion, the cultural heritage is shaped and activates the totality of expressions that make up the collective imagination, thus emerging, in short, our identity, loaded with a complex cultural baggage that goes from generation to generation.

Keywords:
Cultural heritage; identity elements; collective imagine.

Introducción

Esta investigación tiene como objetivo central interpretar el Imaginario Colectivo del Acervo Cultural, lo cual implica profundizar en los rasgos identitarios que lo conforman y en los haceres y saberes culturales que lo definen. Es decir, el estudio se enfoca en considerar los elementos que componen el Imaginario Colectivo y, por ende, nuestra identidad como comunidad.

Para abordar este quehacer, los postulados teóricos del estudio se orientaron a la comprensión del Acervo Cultural, entendido como el conjunto de bienes, conocimientos y prácticas que caracterizan a un grupo social. Asimismo, se profundizó en los rasgos identitarios que éste representa, como tradiciones, costumbres, creencias, expresiones artísticas y formas de organización, entre otros. Estos rasgos identitarios se transmiten y renuevan a través de las generaciones, conformando la base de la memoria colectiva y el sentido de pertenencia de los miembros del grupo.

La metodología empleada se basó en una investigación cualitativa apoyada en la hermenéutica, la cual permitió una reflexión metódica, rigurosa y profunda de diversas fuentes, como material bibliográfico, auditivo y visual. Este enfoque posibilitó responder de manera integral a las interrogantes planteadas en la investigación, brindando una comprensión holística del Imaginario Colectivo y su relación con la identidad cultural de los pueblos.

Al estudiar en profundidad este Acervo Cultural, la investigación buscó comprender cómo estos elementos configuran el Imaginario Colectivo que da forma a la identidad de la colectividad. Esto permitió revelar los procesos de construcción y transformación de dicha identidad a lo largo del tiempo, así como la forma en que se manifiesta y se reproduce en la vida cotidiana de los individuos. De esta manera, el Acervo Cultural se convirtió en la ventana a través de la cual se pudo interpretar y analizar el Imaginario Colectivo de la comunidad objeto de estudio.

El Acervo Cultural y sus Elementos Identitarios del Imaginario Colectivo

La cultura representa procesos que históricamente han estado ligados al desarrollo y transformación de las sociedades. Por tanto, la conservación del acervo cultural, que identifican al hombre como ser social, adquiere principal importancia para la promoción de valores, conocimientos, creencias, costumbres, experiencias, a fin de preservarlas, enriquecerlas y recrearlas. Es por ello que el siguiente estudio, se debe visualizar desde la pertinencia social, histórica y cultural del presente, ya que mediante ella emergen aportes valiosos de diferentes manifestaciones de los saberes y haceres del acervo cultural, con la esperanza de vincularlas con cada territorio, las relaciones de poder y los sistemas de valores y creencias que las rigen, asumiéndolo como el modo de vida de un pueblo, según sus características y potencialidades socioculturales, para reflexionar, investigar y construir saberes vinculados a sus herencias culturales.

En relación con lo planteado, discurro que parte del acervo cultura es recogido en la acción escrita; canciones, poemas, cuentos, narrativa, recetas, mitos, leyendas, entre tantas expresiones que de la inventiva del hombre emerge. En un sentido amplio, éstos son los métodos que usa, consciente o inconscientemente, todo investigador en todo momento, por cuanto la mente humana es, por su propia naturaleza interpretativa, es decir, hermenéutica: trata de observar algo y buscarle significado. De esta manera se describen los procedimientos que recorrerá la información para la interpretación del imaginario colectivo del acervo cultural.

Imaginario Colectivo

Para el estudio de los imaginarios sociales, la realidad social no puede ser conceptualizada de forma objetiva, como un dato natural con una existencia preexistente, por el contrario, lo real es siempre el resultado de una determinada construcción social desde la cual esta realidad adquiere una significación para los sujetos. Quien otorga la creatividad, a lo subjetivo humano, y por ende designa al imaginario social es Castoriadis (1975) y lo define como “la capacidad creadora y transformadora que se sustenta en los lenguajes y que en cada sociedad deriva su unidad e identidad mediante la representación de sí misma en símbolos, mitos y leyendas a través del lenguaje” (p. 148). En otras palabras, es el medio por el cual esas significaciones sociales imaginarias llegan a manifestarse, representarse y constituirse en rasgos distintivo cultural. De allí la importancia de penetrar en los elementos subyacentes de tales representaciones e imaginarios, es decir, desentrañar su universo de significaciones.

Asimismo, es importante significar, que en el imaginario colectivo, reposan las creencias y normas que no están establecidas en las leyes cívicas, sino que prevalecen en la moral de una comunidad o región, en el campus cultural, las cuales subyacen con el fin de dominar o imponer un criterio social acerca de algún ámbito específico; religioso, comunal, educativo, político, religioso, entre otros. Y es aceptado con gratitud, pues de esta manera vela y garantiza el correcto disfrute del bienestar colectivo.

Es así como, estas normas se componen de símbolos, patrimonios muebles e inmuebles, tradiciones, rituales, gastronomía, relaciones sociales entre otras, evidenciados cada una en una expresión que sigue el común que habita una región puntual. Ejemplo de esto se evidencia en Venezuela, específicamente las creencias y normas que rigen el compadrazgo, hecho cultural y religioso donde se toma una persona con especial afecto a ser parte de la crianza, responsabilidad y sentimientos por un hijo de un matrimonio, este hecho es simbolizado por el sacramento del bautismo, en alusión al pasaje bíblico del acto bautista de Jesús de Nazaret, y practicado por la iglesia católica. Ráez (2015) explica que el compadrazgo:

Es una relación social por la cual unos individuos se convierten en parientes de otros a través de un ritual católico. En muchos casos, esta relación de parentesco, por su naturaleza espiritual, es tan importante como los lazos que establecen la consanguinidad y la alianza matrimonial. (p. 1).

Lo antes explicitado, permite dilucidar que el compadrazgo alcanza un pacto sentimental, unido por una creencia espiritual, donde emerge una relación idéntica a la de sus familiares y además toca la corresponsabilidad de la paternidad, pasando a ser la figura de compadre, parte del orden social familiar del venezolano. Cabe destacar que esta práctica se dispersa por todo el ámbito latinoamericano o países de habla hispana, convirtiéndose en parte del imaginario colectivo. Este ejemplo nos aporta una visión clara de la conformación de estos rasgos, que a su vez conforman el acervo cultural.

Acervo Cultural

El hombre es capaz de desarrollarse efectivamente en la vida en sociedad y para el constante desarrollo y transformación de las naciones, por lo tanto amerita conocer sus raíces, orígenes, costumbres, legados, eventos históricos, gente, mitos, leyendas, creencias, valores, gastronomía, que forman parte del acervo cultural del territorio en el cual se desenvuelve, puesto que la historia de la humanidad está inseparablemente fusionada con el desarrollo de su cultura. Entonces, se define la cultura en la Ley Orgánica de Cultura (2004) como: “El conjunto de manifestaciones, representaciones, procedimientos y modalidades de la creatividad humana, individuales y colectivas, aprendidas, acumuladas, permanentemente enriquecidas, que determinan la singularidad de una sociedad y las diversidades que integran como totalidad histórica situada en un espacio determinad”. (p. 1)

Este concepto, abarca la concepción antropológica y a su vez holística del individuo en sociedad, dado que integra diversos acontecimientos del quehacer cultural, que hace que se distingan pueblos y naciones, de los aspectos culturales que los identifican, incluyendo un desarrollo histórico social en el accionar de los colectivos que construyen de manera permanente su acervo cultural. En este sentido, el Currículo Básico Estadal (1998), define el acervo cultural como “la construcción, desarrollo y reafirmación del gentilicio, consustanciado con los valores del equilibrio ecológico y el desarrollo histórico cultural” (p.15), incluyendo aspectos materiales, recursos naturales, su gente, sus costumbres, y todo el imaginario colectivo que se construye alrededor de ello, entre otros, dándole sentido a sus modos de vida.

En apoyo argumentativo, no se puede, ni se debe seguir viendo la cultura desde afuera del ser humano, como el estigma de un espectáculo, relegado muchas veces a lo mediocre y farandulero de fantasear sobre lo que está ahí dispuesto para los fines de apropiación cultural; por el contrario, se debe avizorar el hacer posible con sustento a las nuevas realidades, que configuran el sentido organizacional colectivo como espacios de construcción, representando al pueblo viviente del acervo cultural donde convergen historias, costumbres, creencias, valores, normas como ese bosquejo de creación al que refiere la ley Orgánica de cultura. Sobre el particular, González (2007), manifiesta que la cultura es “todo aquello material o inmaterial (creencias, valores, comportamientos y objetos concretos) que identifican a un determinado grupo de personas, y surgen de sus vivencias en una determinada realidad.” (p.98) es decir este término está referido al conjunto de atributos específicos, espirituales y afectivos, que caracterizan a una localidad en particular.

En el mismo contexto, González (ob.cit) expone que:

El acervo cultural representa la totalidad de manifestaciones culturales y artísticas que comparte un determinado grupo de personas, que incluye tradiciones, costumbres y hábitos, por ello está vinculado a la identidad de un pueblo en el que se recogen los aportes de generaciones en generaciones, que van construyendo la identidad cultural de los pueblos. Engloba al total de las manifestaciones culturales y artísticas común al grupo poblacional, con sus tradiciones, costumbres y hábitos. Por eso suele vincularse a la identidad de un pueblo, ya que se constituye con las contribuciones de sucesivas generaciones (p.76).

Por consiguiente, el acervo cultural en el desarrollo cronológico del ser, va forjando su identidad, construyendo su imaginario social, sus instituciones y el bagaje cultural que será aportado de generación en generación. En la actualidad, el acervo cultural es la vía más expedita afrontar las nuevas teorías o tendencias educativas en un mundo globalizado, tecnológico y posmodernista, ya que este puede arropar todo el proceso de aprendizaje en sus diferentes etapas, y garantizar la formación de un ser con sentido de pertenencia, con identidad nacional, crítico, sensible, reflexivo y que puede transformar o adaptarse a la nueva era del siglo XXI, manteniendo, disfrutando, conservando y dejando su acervo cultural por los siglos de los siglos a nuevas generaciones. Con relación a la orientación cultural de los pueblos para su soberanía, es un quehacer que beneficia a todos en la edificación del ser humano que se redefine en su percepción social y refunda desde lo intrincado de su ser emocional, espiritual y cognitivo, para denotar el saber, hacer, producir, crear y co-crear desde la unidad a la diversidad cultural

Es por ello, que el acervo cultural es un proceso histórico-social de gran complejidad, pues no sólo es, en efecto, simplemente la acumulación de ideas, costumbres, tradiciones, lenguas, formas de cosmovisión de la existencia y el ser, transmitido de generación en generación, sino un proceso de construcción en el que individuos y grupos sociales se van definiendo a sí mismos en estrecha vinculación de interacción con sus diferentes y semejantes y en un contexto social de relaciones de dominación internacional. Se trata, en suma, de un proceso dialéctico, y complejo que implica concebirlo y explicarlo como la unidad de la diversidad, como deconstrucción y recreación, como continuidad y ruptura.

En lo que se refiere a las sociedades latinoamericanas, según plantea Araujo (2007):

En una crisis de identidad cultural, que se incrementa ante el proceso de globalización, a través del cual se pone en riesgo la estructura natural del conocimiento y la valorización de los elementos propios de cada comunidad, siendo éstos sustituidos por los cambios impuestos en el escenario mundial por las innovaciones tecnológicas, las transformaciones de la producción y el predominio de lo económico. Esta situación alcanza mayores niveles a causa de las migraciones, la intensificación de la pobreza, la crisis del concepto de nación, falta de presupuesto para la educación, entre otros, que exigen replantear, rescatar y contextualizar el concepto de cultura (p. 12).

De lo anteriormente expuesto, se desprende una problemática que se acentúa y que ha sido originada por el proceso de globalización de saberes y los avances de la tecnología, las comunicaciones, las nuevas relaciones económicas y los modos de producción, que han desfavorecido el arraigo y la preservación del acervo cultural de los pueblos latinoamericanos, principalmente por las migraciones, la pobreza, la identidad con las naciones y el poco presupuesto asignado a la educación. Por ello, se hace necesario replantear, contextualizar, el concepto de acervo cultural reforzado en los procesos educativos, en la presencia de espacios, estrategias, medios, entre otros, que optimicen la preservación de la cultura desde los diferentes niveles y estructuras de educación formal, en aras garantizar la conservación de la identidad cultural de los pueblos latinoamericanos.

En el mismo marco de la educación latinoamericana, Sosa (2010) refiere lo siguiente con la noción de identidad cultural:

La cuestión de la identidad cultural es un proceso histórico-social de una gran complejidad, pues no sólo es, en efecto, simplemente la acumulación de ideas, costumbres, tradiciones, lenguas, formas de comer y vestirse, cosmovisión de la existencia y el ser que es transmitido de generación en generación, sino un proceso de construcción en el que individuos y grupos sociales se van definiendo a sí mismos en estrecha vinculación de interacción con sus diferentes y semejantes y en un contexto social de relaciones de dominación internacionales. Se trata, en suma, de un proceso dialéctico, contradictorio y complejo que implica concebirlo y explicarlo como la unidad de la diversidad, como deconstrucción y recreación, como continuidad y ruptura y, sobre todo, como liberación en un mundo cada vez más global y cada vez más desigual. (p. 59)

En este sentido, dibuja la diligencia práctica y actitudinal del individuo latinoamericano, el esfuerzo constante hacia la creación de una realidad cultural propia digna de ser tenida en cuenta por cualquiera, para esto elacervo lleva intrínsecamente procesos como la endocultura, desde un enfoque antropológico, la identidad y los patrimonios por citar algunos de ellos. Sirva la analogía de ver el acervo cultural como el portafolio virtual que se trasmite a través de las etapas del hombre o sociedad, contentivo de todos los procesos antes citados distribuidos según la realidad, su contexto y su relación con su entorno. Visto así, el acervo no es la herencia que se deja al momento de morir o pasado un tiempo considerable, sino un devenir durante las etapas de crecimiento del individuo y su entorno que va recibiendo según lo establezcan sus necesidades.

Ante lo expuesto hasta este momento, las interrogantes que circundan en este planteamiento de la realidad cultural del ser humano, y que permiten orientar la investigación, giran entrono a ¿Qué significado tiene el acervo cultural? ¿Cuáles son sus elementos identitarios? ¿Cómo está presente en el imaginario del colectivo? En aras de evidenciar esta aproximación teórica, visualizar las cosmogonías, y éstas en los portadores de saberes y haceres del imaginario colectivo, partimos del precepto de acervo cultural, por cuanto, este representa la totalidad de manifestaciones culturales y artísticas que comparte un determinado grupo de personas, éste supone la herencia irrenunciable, de los modos de vida, valores, manifestaciones, costumbres y tradiciones, lenguaje y espiritualidad que constituye la nacionalidad como fundamento y expresión de identidad y soberanía, abierta al intercambio con otras sociedades que en su conjunto son patrimonio cultural de la humanidad.

Es decir, experiencias organizativas sociales en el hacer y pensar consecuente con las sensibilidades y necesidades del otro, se proyecta el puente sensible para crear espacios de integración, encuentros, redescubrimientos de un ser humano, que sostenga su propia identidad, lejos de una perspectiva que no permita alejarse de su esencia, sino que actúe de forma envolvente con sus propias potestades sociales de mejoramiento formativo y ejercicio ciudadano.

En este sentido, expresa Val Hondo (2003) que “el saber, definido o entendido como la capacidad de comprender los principios, como contraposición al conocimiento que comprende patrones y la información que comprende relaciones cuya acumulación puede dar lugar, en términos más prácticos a las experiencias” (p. 47). Es decir que el saber tiene que ver con los principios, la moral y siempre trata de dar respuestas al porqué de las cosas, en las experiencias del hombre con el medio. Con respecto a los saberes, Núñez (2007) aporta lo siguiente: “en el abordaje teórico de los saberes, se asume que son procesos y productos de la creación humana, se encuentran insertos en la cultura de los pueblos” (p. 62). El saber es lo que mueve al individuo, un contexto determinado que permite comprender la constitución del mismo.

Otro aspecto digno de reseñar lo constituye el hacer, inventamos o Erramos frase de Simón Rodríguez (1828), consustanciada con el aprender a hacer, caracterizado por el método o la manera de cómo lograr a través de la práctica un evento, innovar, ser originales; supone fortalecer y desarrollar cualidades creativas para lograr la relación con el contexto socio histórico cultural, dado por un sistema de experiencias de aprendizajes, lo que deviene porque el ser humano es un ser que vive y se desarrolla desde una práctica creadora en ambientes sociales que permitan relaciones armoniosas, en un clima de respeto de ideas.

Por consiguiente, la discusión de los saberes y haceres, crean ese encuentro filosófico epistémico, que va en contra de esa cultura depredadora que se envileció contra la cultura del olvido intencional, que por el pasar del tiempo y las incidencias de la globalización, hace, que las mentes de los venezolanos, por ejemplo, se internen en los modismos. Supone entonces esta relación saber hacer, pasar de la “cultura del sometimiento” a la “cultura de la emancipación”; se entiende con ello, la universalidad del pensamiento que se afiance en la necesidad de interpretar la realidad sin transvasar frases descontextualizadas o atemporales, sin embargo, no es la intensión evidenciar un salto paradigmático, o poner en evidencia algún rasgo crítico al respecto, pero es menester señalar que este proceso interpretativo en cuestiones del acervo, es sensible a las cambios que este es constantemente sometido por la sociedad y sus influencias.

Acervo cultural: campos del saber, campos del hacer

Dentro de los elementos y componentes de los campos de saberes y haceres del acervo cultural venezolano, la Escuela Nacional de Culturas Populares del Ministerio del Poder Popular para la Cultura (2012), presenta la siguiente propuesta organizativa de los mismos: “Diversidad Lingüística, Oralidad, Mito y Literatura, Procesos Productivos, Diversidad Musical, Diversidad Danzaría, Soberanía y Diversidad Alimentaria, Espacio Social de la Fiesta y El Ritual, Medicina y Salud Popular, Juegos y Juguetes y el Arte Popular” (p 2). Esta clasificación, recoge los campos del saber y hacer, donde se pueden dilucidar los rasgos característicos que identifican el imaginario colectivo, conformando el acervo cultural, estos campos a su vez están presentes en el devenir del día a día de las personas, en su cotidianidad y no como un proceso formativo controlado. Estos campos son:

Diversidad lingüística: Conocimientos de lenguas ancestrales originarias, patois, alemán coloniero, dialectos regionales y otros. Son manifestaciones en conocimientos y prácticas culturales relacionadas a la producción de la diversidad literaria tanto oral como escrita creadas de generación en generación, recreadas a través de la imaginación, creatividad y sensibilidad popular, permitiendo así la formación y desarrollo de la personalidad. En el mundo de la literatura tradicional se encuentran expresiones como la poesía, el cuento, leyendas, fábulas, adivinanzas, retahílas, refranes.

Oralidad, mito y literatura: Aproximación al mundo de los mitos ancestrales y sus rituales, la oralidad criolla, palabreros, rezanderos, curanderos y chamanes. La oralidad permite escuchar en el texto la cultura popular, palpar la filiación con un lugar cuando se recrea un habla regional o se reconoce un determinado registro lingüístico. Las tradiciones narrativas orales, se construyen a partir de un motivo oral de vieja data, alimentado con las visiones literarias de quien suministra la historia y por aportes de otras personas. Los detalles intermedios; la reasignación de segundos argumentos. Especificidad artística, técnica y el arte de la narración es técnica narrativa, que se podrá dar o bien en la oralidad, o bien en la escritura, o bien en ambas.

Es decir, las tradiciones narrativas orales, presentan dos grandes cauces la elaboración de textos abiertamente identificados con los sustratos orales o con fragmentos de narraciones conocidas, tales como perfiles de los personajes, lugares espectrales o símbolos para construir un nuevo corpus narrativo el amplio cultivo la recreación literaria.

Procesos productivos: Comprensión de las complejidades, desafíos y fortalezas de los procesos, artesanales, la cacería, la ganadería, la pesca artesanal y la agricultura tradicional. Implica desde el diseño, la producción misma del producto hasta la utilización del mismo por parte de los consumidores. Además, en este proceso participan recursos físicos, económicos, tecnológicos y humanos, entre otros. Ahora bien, se pueden encontrar dos tipos de productos, por un lado, los productos finales, que son aquellos que se comercializan en los mercados para que los adquiera el consumidor final y disfrute de ellos, y por otro lado los productos intermedios que son aquellos que se emplean como factores, materias primas, para completar otras acciones.

Diversidad musical: Importancia de la música de tradición popular en la expresión de las sensibilidades de los pueblos en la cohesión social y en el fortalecimiento de la memoria histórica, identidades culturales y espíritu libertario. Son manifestaciones, conocimientos y prácticas de diversos géneros musicales, de amplia ejecución y transmisión por cultores, cultoras, creadores de la herencia cultural del país.

Creada, reinventada y proyectada, desde su lugar de origen a un espacio escénico. En los géneros musicales se encuentran una diversidad y especificidad en cantos, que va desde su función social: devocional, diversional, mágicas religiosas, canto de trabajo, canto de cuna, canto infantil. Según el aporte étnico: música indígena afrodescendiente, criollas o mestiza múltiple y en relación a los instrumentos musicales, se clasifican de acuerdo a las culturas populares e indígenas: aerófonos, membranófonos, cordófonos e idiófonos.

Diversidad danzaría: Importancia de la danza de tradición popular en la expresión de nuestras sensibilidades, en la cohesión social y en el fortalecimiento de nuestra memoria histórica, identidades culturales y espíritu deliberativo. son experiencias culturales en conocimiento y práctica de los diversos géneros danzaríos, transmitido por el pueblo de generación en generaciones producto de diversas motivaciones festivas en danza y baile, según su función social, devocional, de diversión, mágicas religiosas y según la diversidad étnica: Indígena, afro- descendiente y criolla o mestiza múltiple dentro de baile y danza tradicionales danza-teatro.

Soberanía y diversidad alimentaria: Valoración y conocimiento de la diversidad de la ingesta alimentaria y las regiones geohistóricas. Entendida como el repertorio de plantas cultivables y de los potencialmente cultivables que dispone cada pueblo para sustentar su régimen alimentario, forma parte de ese eco base los animales de cría, silvestres, de cacería o de pesca que sustentan la soberanía alimentaria de cada pueblo.

Espacio social de la fiesta y el ritual: Identificación y estudio de los lugares sagrados, ceremoniales y festivos. Son manifestaciones, conocimientos y prácticas de los diversos géneros musicales, de amplia ejecución y transmisión por nuestros cultores, cultoras, creadores y creadoras de la herencia cultural del país creada, reinventada y proyectada, desde su lugar de origen a un espacio escénico producto del aprendizaje pedagógico. Dentro de los géneros musicales se encuentra una diversidad y especificidad en cantos, (composiciones inéditas) y ejecución de instrumentos, que va desde su función social: devocional, diversional, mágicas religiosas, canto de trabajo, canto de cuna, canto infantil.

Medicina y salud popular: Conocimiento y práctica asociada a la domesticación y uso de las plantas medicinales y de partes de animales aplicadas a la prevención y curación de enfermedades, regímenes de alimentación, ciclos festivos y religiosos, entre otros. Incluye la gastronomía o arte culinario: son expresiones culturales en: comidas, bebidas y dulcerías propias de cada localidad poseedores de elementos identitarios, con una carga cultural, producto de los aportes étnicos, indígenas afrodescendientes e hispánicos, en función de satisfacer las necesidades alimenticias de los pueblos.

Juegos y juguetes: El juego colectivo como práctica de socialización y formación de valores sociales, riqueza creativa literaria y destreza física y mental: son experiencias culturales en conocimiento y práctica transmitidas de generación en generación, producto de los aportes étnicos que conforman el país o través de los juegos y juguetes tradicionales los cuales permiten el sano entretenimiento, la transmisión de enseñanzas y valores.

Arte popular: Arte popular individual y colectivo, el papel del artista en su comunidad. Son expresiones de la cultura popular elaboradas a través de un proceso manual que abarca una serie de prácticas culturales como: pintura, dibujo, escultura (arcilla y plastilina), cerámica, tejido, luthería, muñequería, cestería, talla en madera, los cuales identifica una localidad o estado. Incluye expresiones en conocimientos y prácticas teatrales inspiradas en el saber del pueblo y recreadas para realizar representaciones de uno o varios personajes desde un espacio escénico, dirigido a un público, para dramatizar un hecho o acontecimiento de la vida real o ficticia en los géneros popular, tradicional e histórico y reivindicar los usos, costumbres de los hechos, procesos y acontecimientos del quehacer venezolano, latinoamericanos y caribeños.

De esta manera, en estos campos del saber y hacer, podemos evidenciar las expresiones, vivencias, manifestaciones, en fin, todas las dimensiones donde reposa el imaginario de un colectivo, y se refleja el proceso hereditario del acervo cultural, que funciona como verbo, motorizando o tranversalizando el crecimiento desde su niñez e incluso hasta después de su muerte, puesto que este representa el legado de todo el bagaje cultural del individuo. El acervo cultural es entonces la composición del imaginario colectivo, que comienza desde lo individual hasta las más elevadas expresiones sociales generalizas y que identifican a determinadas comunidades, poblaciones, regiones, ciudades, estados o continentes.

Recorrido Metodológico

Este transitar metódico y metodológico, implicó enrumbarse en busca de esas rutas del acervo cultural que signan y orientan la investigación, ese comprender en el accionar que sólo puede entenderse a partir de la praxis, en función de los significados que tienen para los participantes del proceso ser edificadores de un contexto histórico social concreto.

Toda esta trayectoria, se hizo bajo el pensamiento paradigmático interpretativo donde las posturas metodológicas tienen gran impacto en el mundo de las organizaciones, la cual deben constituirse en el espacio vital donde suelen producirse los cambios requeridos, que por el mismo carácter interdisciplinario conjugue las diversas expresiones del saber y el abordaje de los nuevos conocimientos, cambios que exigen el encuentro de todos los saberes que componen el espacio cultural ya renovados y con propuestas con incidentes en torno al ser humano. El estudio se ubica en una investigación bajo el enfoque cualitativo, destacando a Martínez, (2006), donde señala que esta trata de identificar, básicamente, la naturaleza profunda de las realidades, su estructura dinámica, aquella que da razón plena de su comportamiento y manifestaciones (p.1). Es decir que la investigación cualitativa se centra en la estructura dinámica de las realidades.

Estas ideas presentan similitud con lo expresado por Filck (2007), al explicar que la investigación cualitativa pretende acercarse al mundo de “ahí fuera” y entender, describir y algunas veces explicar fenómenos sociales “desde el interior” de varias maneras diferentes, para analizar las experiencias de los individuos o de los grupos. En el mismo orden de ideas, la metodología que arropa o sirve de eje transversal para desarrollar la investigación es la hermenéutica, por consiguiente, tomar la hermenéutica como proceso permeable es la manera más idónea de abordar este estudio de acuerdo a su realidad.

Desde esta perspectiva, Gadamer (1960), expone su posición al respecto: La hermenéutica es el arte de comprender e interpretar. No es una metodología, sino una filosofía que refleja sobre las condiciones de posibilidad de la comprensión.” (p.8). La hermenéutica va más allá de una simple metodología, implica una reflexión filosófica sobre los fundamentos y las condiciones que hacen posible la comprensión del significado. Gadamer enfatiza que la hermenéutica no se trata simplemente de aplicar pasos o técnicas, sino de entender la naturaleza misma del proceso interpretativo y cómo este se inserta en nuestra experiencia y tradición cultural.

Por otra parte, para Ricoeur (1986), nos dice que la tarea de la interpretación consiste, en este sentido, en someterse a lo que el texto dice, a lo que propone, y a lo que significa. Un movimiento de interpretación que concibe tal independencia, suficiencia y objetividad del texto, necesita definir con claridad lo que se entiende por significado.

Hallazgos

Tal como puede apreciarse los campos del saber y hacer del acervo cultural, despliega que el acervo cultural es el conjunto de elementos que una colectividad posee de sí misma y del hábitat que le circunda, conformando un imaginario. Manifestándose en todas sus costumbres, tradiciones entre otras, es decir en la cotidianidad. De allí que es importante hacer ver, que no equivale simplemente a la acumulación de obras de artes que cierta élite produce, recoge y conserva o al bagaje cultural de su pasado, sino que es algo dinámico común al crecimiento de las civilizaciones en toda su evolución.

De igual manera, el acervo se concibe como un conjunto de conocimiento que una sociedad posee de sí misma y del entorno que le rodea, de esta manera puesto, en otros términos, el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social y, actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia. No obstante, no se ha logrado a cabalidad acceder a nuevos conocimientos y haceres sobre su herencia cultural, pues muchas veces avergüenza las raíces propias y se ve la inclinación por otras culturas, lo cual no permitirá desarrollar su sentido de pertenencia, olvidando un valioso recurso para la enseñanza enmarcada en los saberes y haceres que incentiven y fortalezcan las tradiciones, costumbres y valores.

En el mismo orden de ideas, se pudo apreciar que los elementos Identitarios del acervo cultural son amplios y complejos: conocimientos, prácticas, tecnologías e innovaciones desarrollados para el manejo de sus ecosistemas, conocimientos colectivos sobre medicina, formas de organización social y política, historia, espiritualidad y vivencias ancestrales, idioma, entre otros.

De igual forma, el acervo cultural no equivale simplemente a la acumulación de obras de artes que cierta élite produce, recoge y conserva o al bagaje cultural de su pasado, sino que es algo propenso al cambio y al crecimiento de las civilizaciones en su recorrido histórico, educativo y social. Otro aspecto a tener en cuenta es que, en los actuales momentos, se están sembrando las bases para que las instituciones educativas y gubernamentales, se organicen y hagan un trabajo colectivo en función de preservar las tradiciones y costumbres a nivel local y nacional, aspecto importante para construir esta nueva visión de país.

Reflexiones finales

Es de hacer notar que los saberes y haceres de los venezolanos, responden a un contexto sociocultural, y que este subyace en los imaginarios sociales (símbolos, creencias, orden jerárquico social, mitos, normas y habitas) conformando el Acervo Cultural y en consecuencia deriva en la identidad. Por ende, los rasgos identitarios se van adquiriendo en la evolución del ser 8 campos del saber y el hacer).

El Acervo Cultural, no es una herencia que se adquiere y consolida de forma inmediata, es un bagaje cultural construido y formado de generación en generación y determinar según sus rasgos, la identidad del ser humano.

La Identidad no es una indumentaria que podemos quitar y poner de formar ligera, está ligada al ser, y esta radica en los imaginarios sociales y la herencia cultural que deviene a lo largo de la historia.

El Acervo cultural va más allá del concepto hereditario del cumulo de bagaje cultural, es un complejo proceso de adquisición espontanea de conocimientos del saber y el hacer, que va a determinar el ser social. Se extiende desde la gestación del individuo, y puede permanecer por siempre en el mundo, no desaparece con la muerte, al contrario, se mantiene y evoluciona.

REFERENCIAS

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