Vol. 17 N° 2
Julio - Diciembre 2025
El objetivo de este estudio fue analizar la supervisión como indicador de calidad en las instituciones educativas de algunos países de Latinoamérica, apoyándose en los autores como Salas (2025), Gil (2025), Valdez (2025), Ramírez (2007), Rodríguez-Castro (2024), Martínez et al (2023), Bedoya et al (2021), Olivo-Franco (2020) y Leiva-Guerrero (2019). Este estudio se enmarca en una investigación documental bibliográfica, que incluye el análisis de artículos en revistas científicas. Se seleccionaron diez artículos de Latinoamérica, utilizando las bases de datos: Google académico, SciELO y Dialnet. Se utilizó la herramienta Atlas ti para analizar los artículos y realizar un mapa con las palabras que más se repiten en los artículos. Se concluye que la supervisión, entendida como un proceso sistemático de orientación, apoyo y evaluación, contribuye al mejoramiento continuo de las instituciones educativas. Para fortalecer el vínculo entre supervisión y calidad educativa, es necesario adoptar enfoques innovadores que integren la formación continua de los docentes y la participación activa de toda la comunidad educativa. Este enfoque no sólo potencia el rendimiento académico de los estudiantes, sino que también contribuye de manera significativa al crecimiento profesional de los educadores.
The objective of this study was to analyze supervision as an indicator quality in educational institutions in some Latin American countries, based on authors such as Salas (2025), Gil (2025), Valdez (2025), Ramírez (2007), Rodríguez-Castro (2024), Martínez et al. (2023), Bedoya et al. (2021), Olivo-Franco (2020), and Leiva-Guerrero (2019). This study is part of bibliographic documentary research, which includes the analysis of articles in scientific journals. Ten articles from Latin America were selected using the following databases: Google Scholar, SciELO, and Dialnet. The Atlas ti tool was used to analyze the articles and create a map with the most repeated words in them. It is concluded that supervision, understood as a systematic process of guidance, support, and evaluation, contributes to the continuous improvement of educational institutions. To strengthen the link between supervision and educational quality, it is necessary to adopt innovative approaches that integrate ongoing teacher training and the active participation of the entire educational community. This approach not only enhances students' academic achievement but also significantly contributes to educators' professional growth.
La supervisión genera transformaciones, reformas e innovaciones en los contextos, momentos, situaciones, sistemas educativos, basándose en su intervención con autoridad y en el marco de sus funciones y competencias definidas. En esta secuencia, la inspección se puede considerar un sinónimo de supervisión, debido a que informa, asesora, media, controla evalúa, además de respaldar la calidad educativa. En este sentido, uno de los propósitos que sustentan y guían la labor de la supervisión educativa es apoyar y asesorar a los docentes para que desarrollen actitudes de liderazgo democrático. Esto implica establecer relaciones éticas con los integrantes de la comunidad educativa, así como facilitar procesos de evaluación que reflejen los logros alcanzados en función de los objetivos propuestos, atendiendo así a las necesidades educativas.
Ahora bien, los distritos escolares son entidades fundamentales encargadas de la supervisión de escuelas, centros y comunidades educativas, la formación de docentes, las materias impartidas y la provisión de servicios educativos. En este contexto, sus funciones incluyen dirigir, coordinar, supervisar y evaluar la adecuada implementación de las políticas educativas. Esto permite llevar a cabo programas orientados a supervisar el trabajo de los docentes y gestionar los procesos que buscan mejorar la calidad de la enseñanza en las instituciones. Es evidente, que el ámbito educativo lleva a cabo la tarea de supervisión, asegurando que el plan operativo del sector funcione correctamente. Además, coordina diversas actividades sociales y académicas, brinda asesoramiento y orientación a quienes lideran las instituciones para el adecuado desarrollo de los programas, y también se ocupa de atender a directores, padres de familia y representantes en la resolución de inconvenientes.
En este sentido, se comprende que la supervisión educativa se relaciona estrechamente con la calidad en la implementación de cambios significativos transformadores. Estos cambios están orientados a mejorar diversos aspectos de la educación, incluyendo el ser, el hacer, el conocer y el convivir en todos los contextos educativos. Esto significa que la supervisión no sólo se centra en la gestión administrativa, sino que también busca promover un ambiente de aprendizaje más enriquecedor y colaborativo para todos los involucrados en el proceso educativo. Resulta claro que, uno de los ejes fundamentales del sistema educativo es la supervisión educativa, la cual está estrechamente relacionada con un proceso de cambio y transformación, este proceso busca establecer nuevos escenarios, enfoques y modelos educativos. En esta situación, la figura del supervisor escolar se convierte en un referente clave y un motor de iniciativas que promueven la redefinición educativa, contribuyendo así al mejoramiento de las prácticas pedagógicas.
Cabe resaltar, que una de las funciones más importantes del supervisor es ayudar a resolver los problemas relacionados con el aprendizaje dentro del sistema educativo. Por consiguiente, la supervisión educativa se convierte en un factor fundamental en el proceso de transformación y reinterpretación, especialmente en lo que respecta a la integración curricular y la revalorización de los principios educativos. Así pues, la supervisión educativa y la calidad de la educación son dos elementos interconectados que desempeñan un papel principal en el progreso de sistemas educativos eficaces, la supervisión abarca más que simplemente evaluar el rendimiento de los docentes; también involucra un proceso dinámico de apoyo y mejora continua.
Conviene poner énfasis, que, en un contexto educativo en constante evolución, la supervisión no debe ser vista como un mecanismo punitivo, sino como un proceso dinámico que promueve la mejora continua del aprendizaje, la innovación, la colaboración y el trabajo en equipo. De este modo, su objetivo principal debe ser garantizar que las instituciones educativas estén preparadas para enfrentar los desafíos del presente y del futuro, siempre con un enfoque en el aprendizaje y el desarrollo integral de los estudiantes. Además, la supervisión y la calidad educativa son dos conceptos que, aunque pueden parecer distintos, están intrínsecamente relacionados y son imprescindibles para el desarrollo de una educación efectiva y transformadora.
Es preciso señalar que, la supervisión en el ámbito educativo es un tema de gran relevancia que trasciende la mera vigilancia y control, no debe ser vista únicamente como un proceso de control, sino que se presenta como una estrategia colaborativa esencial. Este enfoque no sólo busca asegurar el cumplimiento de normas y procedimientos, sino que también se enfoca en fomentar el crecimiento profesional de los docentes y en promover la mejora institucional en su conjunto. Al adoptar una perspectiva más integradora, se puede potenciar el desarrollo de habilidades y la innovación en las prácticas educativas.
Así pues, una supervisión efectiva en el ámbito educativo es fundamental para el éxito de los procesos de enseñanza-aprendizaje; implica retroalimentación constructiva, capacitación constante y una alineación clara con los objetivos educativos. Además, es importante destacar que la supervisión educativa no se limita a ser una herramienta administrativa; es un componente clave para garantizar una educación de calidad, equitativa y pertinente en todos los niveles. Esta perspectiva integral no sólo mejora la práctica docente, sino que también enriquece la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.
Asimismo, la implementación adecuada de la supervisión educativa es un deber que trae múltiples beneficios, no sólo para los estudiantes y docentes, sino también para la sociedad en general. Es crucial que la supervisión sea entendida como una herramienta de apoyo y desarrollo, en la que el supervisor desempeña el papel de facilitador. Este enfoque permite que el supervisor proporcione recursos y estrategias valiosas a los docentes, lo que a su vez enriquece el aprendizaje de los estudiantes. Al promover un ambiente colaborativo y de apoyo, se potencia la calidad educativa y se contribuye al desarrollo integral de la comunidad. Sumado a lo anterior, es importante que la supervisión educativa se lleve a cabo de manera constante y proactiva. Esta perspectiva permite realizar ajustes y mejoras en tiempo real, en lugar de esperar a la finalización de un ciclo educativo para evaluar los resultados. Al adoptar una supervisión dinámica, se facilita la identificación temprana de áreas de mejora y se promueve un ambiente educativo más efectivo y adaptable, lo que beneficia tanto a docentes como a estudiantes en su proceso de aprendizaje.
Este enfoque dinámico en la supervisión educativa no sólo fomenta un ambiente de aprendizaje más efectivo, sino que también promueve la colaboración entre los educadores. Al crear una cultura de mejora continua, se beneficia no sólo a los docentes y estudiantes, sino a toda la comunidad educativa. Este tipo de entorno impulsa la innovación y el desarrollo profesional, lo que resulta en una experiencia educativa enriquecedora y transformadora para todos los involucrados.
Es fundamental resaltar que, la supervisión educativa desempeña un papel trascendental en la mejora de la calidad educativa, actuando como un enlace entre la administración educativa y el desempeño docente. Al implementar modelos de evaluación formativa y continua, la supervisión no sólo garantiza el cumplimiento de las normativas educativas, sino que también fomenta la innovación y el ajuste permanente de los procesos educativos. Esta visión integral permite adaptar las prácticas pedagógicas a las necesidades cambiantes de los estudiantes, contribuyendo así a la creación de un entorno de aprendizaje más efectivo y relevante. Por lo tanto, una supervisión eficiente se convierte en un agente de transformación que permite identificar áreas de mejora y fomentar prácticas pedagógicas innovadoras, contribuyendo así al éxito académico y al desarrollo integral de los estudiantes.
Por consiguiente, la supervisión en el ámbito educativo no debe entenderse como un mecanismo autoritario o restrictivo, sino como una práctica colaborativa y reflexiva. Su propósito fundamental es facilitar la identificación de áreas de mejora y, al mismo tiempo, potenciar los puntos fuertes de las instituciones educativas, promoviendo así un desarrollo integral y sostenido. La calidad educativa no se logra únicamente mediante la aplicación de normativas o estándares preestablecidos. Para alcanzar una educación verdaderamente significativa, es imprescindible adoptar un enfoque integral donde la supervisión funcione como un instrumento para fomentar el compromiso, la creatividad y la excelencia en el quehacer educativo.
Para que la supervisión educativa cumpla su propósito de manera efectiva, es fundamental que sus procesos sean diseñados y ejecutados bajo principios éticos y pedagógicos sólidos. Además, deben estar cuidadosamente alineados con las necesidades contextuales de cada institución, reconociendo y respetando la diversidad de realidades sociales, culturales y económicas que influyen en el ámbito educativo.
Debe señalarse que, a medida que los sistemas educativos enfrentan desafíos significativos, la supervisión no sólo actúa como un mecanismo de control, sino que también se convierte en una herramienta de mejora y apoyo para docentes y estudiantes. Al examinar la supervisión como un indicador de la calidad educativa, es primordial entender su naturaleza multifacética dentro del contexto Latinoamericano. No se limita simplemente a un mecanismo de control; más bien debe considerarse una oportunidad para impulsar el crecimiento y la mejora continua en el ámbito educativo, garantizando que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad.
Según Urdaneta (2021) expone que los supervisores son responsables de brindar sugerencias constructivas y asistencia para guiar la administración escolar, estableciendo unidades de esfuerzo escolar para ayudar a los maestros a superar las debilidades. El supervisor educativo juega un papel relevante en la formación y capacitación docente, contribuyendo a la actualización constante de los educadores frente a los nuevos enfoques pedagógicos, avances tecnológicos y cambios en los currículos (Ramírez, 2022). De allí que el investigador considera que el supervisor, por lo tanto, se convierte en un líder en la profesionalización docente, asegurándose de que los educadores cuenten con los conocimientos y competencias necesarias para mejorar la calidad educativa. (Puche y Peña, 2025). En este sentido, se entiende que el supervisor es de vital importancia en los entornos educativos para evaluar la calidad educativa de los recintos educativos del continente Latinoamericano.
La supervisión es un proceso fundamental en diversos contextos ya que constituye una forma de poder garantizar que los procesos que se realicen con buen fin, realizando una retroalimentación oportuna, es por ello que la supervisión puede aplicarse en la educación, psicología, salud y el trabajo social. Existen diferentes tipos de supervisión, cada uno con enfoques y objetivos distintos.
Para Bernard y Goodyear (2019) “se centra en el desarrollo de habilidades clínicas y la mejora de la práctica profesional. Es común en campos como la psicología y el trabajo social” (p.18). Este tipo de supervisión puede aplicarse en entornos de salud, permitiendo tener una mejora constante de los procesos hospitalarios, incluyendo a la atención al ciudadano. Este tipo de supervisión puede abarcar un control constante de los cuidados sanitarios de los centros asistenciales y también de los fármacos que se utilizan.
Según Glickman, Gordon y Ross-Gordon (2018) “se enfoca en mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje a través del apoyo y la orientación a los docentes, coordinadores, directores y toda la comunidad educativa”. (p.43). De acuerdo con Velazco (2020) no solo transmite conocimientos, sino que también fomenta un ambiente de aprendizaje en el que los docentes puedan experimentar nuevas metodologías, ya que, al actuar como coordinador de las iniciativas de formación, el supervisor facilita el acceso a recursos educativos y conecta a los educadores con expertos que pueden aportar nuevas perspectivas. Lo que según el autor de este artículo es preponderante para y en la mejora de las competencias pedagógicas, contribuye al fortalecimiento de la institución educativa, creando un ambiente más dinámico, inclusivo y acorde a las necesidades actuales de los estudiantes.
De acuerdo con Hargreaves y Fullan (2012) “implica un enfoque en el trabajo en equipo y la colaboración entre el supervisor y el supervisado, promoviendo un ambiente de aprendizaje mutuo” (p.56). Para los investigadores, este tipo de supervisión juega un papel fundamental dado que el trabajo colaborativo hace que los ambientes escolares sean más amenos, reine la iniciativa y se logren los objetivos planteados porque fueron ajustados y comunicados previamente.
Por último, Durlak y Dupre (2008), “utiliza datos y evidencias empíricas para guiar la práctica y la toma de decisiones en el proceso de supervisión” (p.12). Este enfoque es importante para garantizar la consolidación de los objetivos planteados, las evidencias tangibles, números y resultados son indispensables para poder evaluar el proceso que se está haciendo. Es evidente que para poder saber cómo funciona una organización se necesita una evaluación constante que se hace a través de un supervisor que funge como persona externa a la organización par dar unos resultados lo más ecuánime posibles. Estos tipos de supervisión reflejan la diversidad de enfoques y metodologías que se pueden aplicar en contextos profesionales. La elección del tipo de supervisión dependerá de las necesidades específicas del supervisado y del contexto en el que se encuentre.
El estudio de la supervisión escolar presenta distintas perspectivas, entre ellas, que los cambios que se plantean en el terreno educativo exigen del supervisor un desempeño del rol más académico y eficiente que contribuya a los cambios necesarios para un modelo de escuela acorde al contexto actual. Soler (2015) señala que “los supervisores requieren el desarrollo de competencias profesionales para afrontar con éxito todos los retos y las actividades propias de las funciones que tienen asignadas” (p.150). La supervisión educativa es un proceso fundamental en el ámbito de la educación que se centra en la mejora de la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. Este proceso implica la evaluación, el acompañamiento y el apoyo a los docentes, así como la gestión de recursos y la implementación de políticas educativas.
Según Barba y Delgado (2021) la calidad educativa incluye las políticas, los métodos, los discursos, los significados y las prácticas que definen si el proceso educativo se ajusta o no a los principios subyacentes y al contexto en el que tiene lugar. En ese sentido, Guaicha de la Cruz (2020) sostienen que la calidad de una educación puede medirse por lo bien que prepara a sus alumnos para los retos de la vida adulta, construyendo una sociedad que mejore el nivel de vida de las personas. Sin embargo, Jaramillo (2020) manifiesta que esta no puede presumirse únicamente en relación con la eficacia del sistema educativo. Por el contrario, es una cuestión que plantea interrogantes morales sobre los fines de la escolarización y las conexiones que hay que establecer entre esos fines y los medios (Alvarado y Núñez, 2018). De acuerdo a lo dicho por los autores, se mencionan aspectos importantes como son las políticas educativas, preparación de los estudiantes en entornos universitarios y el sistema educativo, que son importantes para poder consolidar una calidad educativa en los entornos escolares.
Para Pascagaza, (2019) destaca que el supervisor es responsable de fomentar una cultura de evaluación constructiva, donde el propósito es el crecimiento y el aprendizaje continuo. A través de la retroalimentación constante, tanto a los docentes como a los estudiantes, el supervisor promueve una actitud reflexiva y proactiva en la comunidad educativa. Por todo esto el investigador considera que este proceso de mejora continua asegura que las prácticas pedagógicas y los resultados académicos evolucionen de acuerdo con los cambios sociales y educativos, permitiendo una respuesta ágil y adaptativa a los retos que presenta la enseñanza en los tiempos actuales.
Según Urdaneta et al. (2018) uno de los roles más importantes del supervisor educativo es garantizar la evaluación y mejora continua del proceso educativo, siendo que esto implica supervisar y monitorear tanto el desempeño docente como el rendimiento académico de los estudiantes. A través de la recopilación y análisis de datos sobre los logros y desafíos educativos, el supervisor es capaz de identificar áreas de mejora y proponer estrategias de intervención que respondan a las necesidades de la comunidad educativa. La evaluación no se limita solo a los aspectos cuantitativos, sino que también abarca los aspectos cualitativos, como el ambiente de aprendizaje y la efectividad de las metodologías empleadas.
Hernández et al. (2014) enfatizan la importancia de utilizar técnicas adecuadas de recolección de datos, como encuestas, observaciones o análisis documental, para obtener información relevante y confiable sobre el objeto de estudio. Estas técnicas permiten a los investigadores no sólo recopilar datos, sino también contextualizarlos y analizarlos de manera crítica, lo que es esencial para la validez de los hallazgos. Por lo tanto, este estudio se ubicó en una investigación con un enfoque documental, centrado en la revisión, análisis e interpretación de fuentes teóricas y estudios previos relacionados con la supervisión educativa y su impacto en la calidad educativa. El enfoque documental permite explorar las relaciones conceptuales y prácticas entre ambos temas. Se analizaron diez documentos relacionados con la temática expuesta de los países, Venezuela, México, Cuba, Puerto Rico, Perú, Chile, Paraguay, Costa Rica y Colombia, para poder tener un panorama más Latinoamericano. Con relación la selección de los documentos se tomó en consideración las bases de datos: Google académico, Dialnet y SciELO.
Considerando el análisis documental, Hernández et al. (2014), señalan que en esta investigación se detectaron, obtuvieron y consultaron biografías y otros materiales que provienen de diversos conocimientos e informaciones recogidas de manera selectiva, con el fin de que sean útiles para los propósitos, del estudio. En este sentido, la metodología documental bibliográfico se presenta como una herramienta fundamental en el proceso de investigación y redacción académica. Esto implica seguir un conjunto de pasos y técnicas que permiten identificar, recopilar, seleccionar y analizar información de fuentes bibliográficas como libros, artículos y tesis, entre otros, con el objetivo de respaldar y fundamentar de manera sólida argumentos presentados en un trabajo académico.
Se resalta entonces, que el estudio se realizó mediante un análisis de contenido, categorizando la información en dos grandes ejes temáticos: supervisión educativa, definición, funciones, enfoques y modelos; calidad educativa, indicadores, factores determinantes y relación con la supervisión. Se compararon diferentes perspectivas teóricas y se sintetizaron los hallazgos más relevantes para construir una argumentación sólida sobre el vínculo esencial entre supervisión y calidad educativa.
En definitiva, la metodología es esencial para garantizar la calidad y la fiabilidad de los datos empleados en cualquier investigación. Esto se debe a que facilita la contextualización del tema, ayuda a entender los diversos aspectos involucrados y enriquece los estudios mediante la incorporación de ideas y teorías que han sido elaboradas anteriormente por otros autores. Para concluir, representa un procedimiento metódico y exhaustivo que impulsa la reconstrucción del saber y la formación de conceptos sólidos y bien sustentados en el contexto académico.
A continuación, se elaboró la tabla 1 donde se pueden observar los datos de los trabajos consultados:
A continuación, se podrá observar la tabla 2 donde se fijan las posiciones de los autores con relación a los conceptos que estudiados:
Analizando los aportes de cada autor en los trabajos compilados sobre la supervisión como indicador de calidad educativa en el contexto latinoamericano, permitirá identificar las similitudes y diferencias significativas en estos estudios. En primer lugar, los elementos comunes encontrados destacan el desarrollo profesional de los docentes, donde su rendimiento ha sido reconocido como un factor determinante en la calidad de la educación; las investigaciones han evidenciado que la efectividad de la enseñanza está estrechamente vinculada a la formación y el desarrollo profesional continúo de los educadores.
De igual manera, se resalta el acompañamiento profesional y asesoría recalcando su valor como una estrategia fundamental para elevar la calidad de la educación, es decir, que el acompañamiento pedagógico no se limita únicamente a la trasmisión de conocimientos, sino que también fomenta un ambiente colaborativo en el que los educadores se sienten respaldados y motivados y, en cuanto a la asesoría, no se restringe solamente a la supervisión, también abarca la optimización de las prácticas educativas, lo cual es fundamental para el crecimiento profesional constante de los docentes.
Asimismo, se distingue el supervisor educativo como agente de cambio siendo primordial en la supervisión y en la calidad de la educación. Su habilidad para fomentar transformaciones, ofrecer retroalimentación constructiva, establecer relaciones humanas efectivas y evaluar los procesos educativos son componentes esenciales que influyen en la calidad educativa dentro de las instituciones, donde no sólo enriquece el ambiente escolar, sino que también favorece el desarrollo profesional de los docentes y el éxito de los estudiantes.
En segundo lugar, los aspectos diferenciales hallados en los estudios realizados distinguen la vinculación con estándares globales en la supervisión educativa enfatizando que estos ofrecen una estructura que facilita a los supervisores en la evaluación y el perfeccionamiento de la calidad educativa. Al relacionarse con estos estándares, las comunidades de práctica tienen la capacidad de detectar áreas que requieren mejoras y de definir objetivos específicos que se ajusten a las expectativas internacionales, lo que es vital para impulsar una cultura de calidad y responsabilidad en el ámbito educativo.
Además, la incorporación de estándares internacionales en la capacitación y el desempeño de los supervisores favorece el desarrollo de habilidades profesionales, elevando no solo la calidad de la supervisión, sino que también capacita a los supervisores para que se conviertan en agentes de cambio dentro de sus organizaciones, fomentando prácticas educativas más efectivas y adaptadas a las exigencias de la época actual, también, la conexión con estándares internacionales puede influir de manera significativa en la calidad educativa. Al establecer un marco de referencia común, se facilita la evaluación y el monitoreo de los procesos educativos, lo que a su vez puede llevar a una mejora continua en la enseñanza y el aprendizaje.
Por otra parte, se identifica la complementariedad administrativa pedagógica subrayando que la educación se encuentra en un proceso continuo de cambio, en el cual la complementariedad se vuelve esencial para ajustarse a nuevas formas de enseñanza, de igual manera, la complementariedad entre la administración y la pedagogía garantiza que las decisiones administrativas se correspondan con las necesidades educativas, lo que optimiza la supervisión y, como resultado, mejora la calidad de la educación.
En este mismo orden ideas, se indica la rendición de cuentas como elemento diferencial en el contexto de la supervisión y calidad educativa destacándose que los supervisores tienen la responsabilidad de evaluar y comunicar el desempeño de las instituciones educativas y sus programas, lo que no sólo va a facilitar la identificación de áreas que necesitan mejoras, sino que también promueve un clima de confianza y colaboración entre educadores y supervisores. Además, la supervisión efectiva implica que los directores y supervisores mantengan una transparencia total respecto a los resultados de sus evaluaciones, así como las acciones que se implementan como respuesta a dichos resultados.
Es importante señalar que, la rendición de cuentas se transforma en una herramienta que garantiza que las políticas y programas llevados a cabo realmente alcancen los objetivos fijados, lo que implica una evaluación constante que facilita la adaptación de estrategias y recursos, con el fin de optimizar el aprendizaje de los estudiantes. De igual modo, la rendición de cuentas está vinculada a la autonomía de las instituciones educativas, donde se anticipa que los directores y administradores asuman la responsabilidad por los resultados académicos y la administración de los recursos.
Imagen N°1: Análisis biométrico de los artículos seleccionados
Por medio del software Atlas ti se pudo realizar el análisis biométrico de los trabajos seleccionados previamente donde se pueden observar las palabras que más se repiten, se elaboró la nube anterior, que pone en evidencia la educación, docente, supervisor, calidad, gestión, directivo, relación y práctica como palabras más repetidas por los autores. El autor García (2015), define: “la supervisión educativa tiene una gran relevancia dentro del sistema ya que sirve de agente que impulsa el dinamismo, la interactividad y retroalimentación constante dentro de la educación” (p. 132). De acuerdo con lo expuesto por el autor, se puede evidenciar la importancia de la supervisión educativa como un proceso circular y de interacción que permita mejorar la calidad del proceso enseñanza aprendizaje.
Por otro lado, Olivo-Franco (2020), se refieren a la interacción pedagógica y su relación a la supervisión: “la práctica de la supervisión educativa sigue estando alejada de interacciones pedagógicas significativas entre los supervisores y rectores, y docentes”. Lo expuesto por el autor no solo deja en evidencia la importancia de alinear los procesos de supervisión con relación a la calidad de vida, sino que también los denomina como alejados, por lo que se puede inferir que no se considera que dichos aspectos deban ir de la mano.
Seguidamente Bedoya et al (2021), ponen en evidencia la importancia de la gestión pedagógica: “uno de los principales recursos de la gestión pedagógica son los docentes, donde su labor dependerá de las estrategias que debe aplicar para los procesos de enseñanza aprendizaje. A su vez está influenciado por una serie de parámetros externos, como carácter socioeconómico y geográfico, que moldean principalmente a la motivación”. Un elemento indispensable de función supervisora es el área pedagógica y de ella no se pueden desentender los docentes que son el máximo recurso humano para llevar adelante la función de enseñanza aprendizaje.
En este mismo contexto, Salas (2025) enfatiza que: “mayor colaboración y apoyo entre docentes: El trabajo en equipo y la colaboración entre docentes”. El autor pone en evidencia la relevancia del trabajo en equipo docente para fortalecer las áreas de aprendizajes en el contexto de supervisión. A su vez enfatiza sobre: menos ausentismo y rotación de personal: Un ambiente de trabajo positivo reduce la incidencia y promueve la retención de docentes talentosos. El objetivo de la supervisión escolar es el buen funcionamiento de cada uno de los centros escolares que tiene a cargo el supervisor; éste deberá impulsar y orientar las acciones para transformar y perfeccionar el sistema escolar. Gil (2025).
El desarrollo profesional de los docentes en Latinoamérica debe impulsar una cultura de investigación entre los docentes, no sólo para mejorar su práctica, sino también para contribuir a elevar los estándares educativos. Un factor determinante en la implementación de prácticas educativas efectivas es la asesoría puesto que esta brinda apoyo especializado a los docentes en la planificación curricular, la evaluación y la innovación educativa. Al ofrecer una asesoría oportuna no sólo se pueden solucionar problemas inmediatos, sino que también se puede promover una actitud proactiva hacia la mejora constante de la educación.
La supervisión educativa no se limita a ser un sistema de control; también se manifiesta como un agente de cambio capaz de transformar la calidad educativa en Latinoamérica. Al centrarse en el desarrollo profesional, la colaboración y la adaptación a los diferentes contextos, la supervisión puede desempeñar un papel importante en la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
La conexión con estándares globales también puede impulsar la creatividad y el desarrollo de nuevas ideas en el ámbito educativo. Al analizar y adoptar prácticas efectivas de otros contextos, los sistemas educativos en Latinoamérica pueden ajustarse y desarrollarse integrando nuevas tecnologías y enfoques que se alineen con las necesidades en constante cambio de los estudiantes. La colaboración entre la gestión administrativa y la pedagogía también ayuda a fortalecer la comunidad educativa. Al involucrar a todos los actores, incluyendo docentes, administradores, estudiantes y padres, en el proceso de toma de decisiones, se genera un sentido de pertenencia y compromiso que puede mejorar el clima escolar y, por ende, la calidad de la educación.
La complementariedad permite que las estrategias tanto administrativas como pedagógicas se ajusten a las realidades locales. Esto es especialmente importante en Latinoamérica, donde las condiciones socioeconómicas y culturales presentan grandes variaciones. Al tener en cuenta estas particularidades, es posible crear intervenciones que sean más eficaces y relevantes.
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